Uno de cada cien ceutíes escolares de 7 años padece tuberculosis

Médicos de la Ciudad destacan el escaso contagio existente entre menores al tratarse de primeras infecciones de la bacteria

En 2006, el Gobierno de la Ciudad comenzó a elaborar el primer plan de salud, aún vigente. Aquel texto se publicó con la firma de la Consejería de Sanidad y Consumo y estuvo  pensado para ser desarrollado durante el periodo 2008-2011. Pasados los cuatro años establecidos, objetivos y resultados comienzan a dar sus frutos. El primero que verá la luz en el ámbito de la tuberculosis será el Riesgo Anual de Infección (RAI), cuyo registro se encuentra en sus últimos pormenores, según indicaron fuentes de la Ciudad. De manera adyacente, la Unidad de Tuberculosis de la Consejería de Sanidad y Consumo publicará próximamente un artículo en la revista ‘Gaceta sanitaria’ sobre la incidencia y el riesgo de infección por tuberculosis en la población escolar de 7 años, a cuyos resultados ha podido tener acceso este periódico.

Según el estudio de la Unidad de Tuberculosis, llevado a cabo entre 612 niños, casi uno de cada cien escolares ceutíes posee el conocido como el bacilo de Koch, la bacteria responsable de provocar esta enfermedad típicamente respiratoria. La proporción exacta de niños que sufren la tuberculosis con respecto al total de los analizados (prevalencia) es del 0,98%. “Los niños son los primeros indicadores de la existencia de la tuberculosis”, afirmó José María Sánchez, responsable del estudio. “Los escolares son una población caracterizada por tener más contacto con poblaciones de riesgo”.

Nuestros mayores llamaban tísicos  a los tuberculosos, cuando la enfermedad era uno de los cuatro jinetes del apocalipsis en la España del hambre de la posguerra. El hambre no forma parte ya del Apocalipsis del siglo XXI. Al menos en Ceuta. Distinto es lo que ocurre allende el Tarajal, cuya población tiene concedido el visado de permanencia en la ciudad, convirtiéndose en la población transeúnte. “Los análisis arrojan resultados que indican a una separación clara de la ciudad. Entre las tres zonas sanitarias se aprecian notables desigualdades”, reveló Sánchez al comentar la prevalencia de tuberculosis de la zona tres: dos de cada cien escolares contienen en su organismo la bacteria de la tuberculosis (2,07%), confirmándose la mayor tasa en las zonas más deprimidas y más próximas a la frontera.

“Suelen ser primoinfecciones, por lo que los escolares raramente contagian a quienes tienen a su alrededor”, señaló Sánchez advirtiendo de la no necesariedad de crear alarma. Los primeros contagios, los que afectan mayormente a la población escolar, rara vez generan daños de importancia en el organismo. Cuando sí lo hacen, cuando los bacilos responsables de la tuberculosis dañan los tejidos pulmonares, se convierten en “lesiones cavernizadas”, que es como se conoce en el argot sanitario. Los individuos que poseen la dolencia en este estadio sí son dables a propagar la enfermedad. Pero los niños no suelen alcanzar esas fases.

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El 25% era transeúnte
Las tasas de tuberculosis en Ceuta son “ligeramente superiores” a las del resto de España. Así lo aseguró Leopoldo Domínguez, jefe del Área de Neumología del Hospital Universitario del Ingesa, que señaló a la población transeúnte originaria de Marruecos como causantes de la sobredimensión de casos positivos en Ceuta. “Según los últimos datos del Ingesa –indicó Domínguez– el 25% de los enfermos registrados procedieron de Marruecos, algo que, en un análisis aislado, puede falsear las conclusiones”.
El ‘gran imitador’
Cuando se habla de los síntomas de la tuberculosis, los médicos suelen utilizar la denominación de ‘gran imitador’, puesto que la enfermedad cursa en su inicio de un modo similar a cualquier catarro de origen respiratorio. Los rasgos característicos, indicaron en el Ingesa, son la pérdida progresiva de peso, cansancio, sudoración nocturna, sensación gripal de larga duración (semanas) y acompañado de una tos cada vez más persistente.
Una bacteria conocida
Al hablar del tratamiento de la enfermedad, los especialistas señalan el alto grado de conocimiento de la bacteria causante de la tuberculosis, un bacilo con alta capacidad para crear resistencia. Hace falta pues un tratamiento con diferentes antibióticos y de larga duración.