Uniformes pixelados

Recientemente, en febrero de este año 2012, en aplicación de la Instrucción 70/2009, firmada por el JEMAD el 07 de diciembre de 2009, el Ejército ha cambiado de uniforme de campaña. El nuevo Uniforme Pixelado Árido (Upix/A), a nosotros los Regulares nos da como otro aire, nos atreveríamos a decir que más africanista, ¿cómo se diría?, más en consonancia con el continente donde nos encontramos y puestos a elucubrar, nos aproxima un poco al querido color garbanzo que vestimos con orgullo en nuestros actos institucionales.
Creo que todos  hemos visto alguna escena en el cine en la que un hombre primitivo o, más adelante en la historia, un “piel roja” en las praderas de América del Norte se ponían una piel de búfalo para evitar ser visto por la manada y  acercarse disimuladamente a distancia de tiro de flecha o venablo y cazar una pieza.
La naturaleza es fuente inagotable de animales que usan el camuflaje como método de supervivencia ante otras especies o bien como recuso de un depredador para no ser detectados cuando se disponen a atacar una presa.
Por citar algunos ejemplos, el leopardo tiene en el pelaje una manchas que le sirven para fundirse con el terreno circundante (se denomina micro-patrón) o el tigre que dispone de una rayas negras que le distorsionan la silueta y rompen su simetría del contorno (es el macro-patrón).
Ya en la Primera Guerra Mundial para evitar que la aviación enemiga localizara los cañones de color gris o verde, se empezó a pintar las piezas con trozos color rojo, amarillos, azul y blanco para evitar que el piloto no supiera que era lo que estaba viendo. Es decir, se aplicó la máxima de que “si no es posible hacer invisible algo, hazlo irreconocible deshaciendo sus formas”.
En la Segunda Guerra Mundial, prevaleció en algunas unidades especiales un modelo de uniforme de camuflaje basado sólo en colores con tonos en verde, marrón y negro, lo que se le llama “manchado”. Uniforme que perduró en guerras posteriores como la de Corea o Vietnam, incluso llega hasta nuestros días.
Fue en la Primera Guerra del Golfo a partir de 1990, cuando se empieza a utilizar un diseño de color crema con manchas blanquecinas contorneadas en negro mas acorde para combatir en ambiente desértico, a esto se le llamó coloquialmente “chocolate-chip”.
CÓMO SURGIÓ ESTE UNIFORME
En 1978 el teniente coronel Timothy R. O´Neill del ejército de Estados Unidos, experimentó con éxito y demostró que el cerebro humano se ralentizaba seis segundos más en detectar e identificar a un combatiente uniformado con un camuflaje pixelado que a otro vestido con la tradicional indumentaria manchada de varios colores. En un principio lo llamó “camuflaje digital” ya que tenía claras coincidencias con los píxeles de las fotografías digitales, en realidad quería lograr que se viera como una foto muy ampliada.
Lo que  O´Neill pretendía era unir ambos conceptos el macro-patrón y el micro-patrón, que antes veíamos con la explicación del tigre y del leopardo, con ello conseguiría crear un camuflaje que, a parte de mimetizarse con el paisaje que le rodea, también se difuminara los contornos y los volúmenes de la silueta humana, aumentando la dificultad en ser detectado.
Para concluir el proyecto, se realizaron en el laboratorio diferentes mediciones de varios sustratos (piedras, tierra, etc.) y de sus índices de reflectancia en varias longitudes de onda, incluso las que van mas allá del espectro de lo que visualiza el ojo humano. La idea quedó archivada por no considerarse viable en ese momento.
Fue en el año 2002 cuando una empresa canadiense retomó el trabajo de O´Neill y fabricó un modelo de uniforme llamado el CADPAT.
En vista de las prestaciones que este uniforme reportaba, los Estados Unidos realizaron su propio uniforme al que bautizaron MARPAT que es casi idéntico al que ahora estrenamos en el Ejército Español y que denominamos ACU (Uniforme de Campaña Árido). Por otra parte, el (Upix/B) Uniforme Pixelado Boscoso, se empezará a distribuir conforme se agoten las existencias del que todavía hoy está en uso.
CARACTERÍSTICAS DEL PIXELADO
La Instrucción 70/2009 del JEMAD, resalta, que los nuevos uniformes "deberán predominar la ligereza y confort sin menoscabo de la resistencia de los tejidos a la rotura y abrasión, y protegerán al usuario de las condiciones meteorológicas adversas".
Además, prescribe que los nuevos uniformes españoles "proporcionarán un camuflaje efectivo en cualquier ambiente" y "soportarán y protegerán de la exposición prolongada a las radiaciones solares; y las prendas del uniforme no serán ajustadas al cuerpo”.
El camuflaje pixelado árido/urbano español consiste en una mezcla de píxeles: gris pizarra (que es el dominante), un ocre (que es similar al de la tierra del desierto) y un verde (tan tenue que es casi imperceptible a la vista humana). Si lo comparamos con el estadounidense, es el color ocre el que predomina en el utilizado por esas tropas.
CONCLUSIONES
La eficacia de este camuflaje, se empieza a apreciar a partir de los 18 metros de distancia y a partir de  los 200 metros mejora un 40 % la capacidad de invisibilidad respecto a los anteriores uniformes manchados.
El ser humano, al detectar un camuflaje tradicional, la información sobre formas y volúmenes captados con los ojos, es comparada en la zona trasera del cerebro con patrones de imágenes conocidas, identificando el objeto como una persona, pero el camuflaje pixelado, como difumina contornos y colores (micro y macro patrón), prolonga el tiempo que el cerebro necesita para realizar dicha tarea.
El dato del tiempo es vital a la hora de que nos hagan fuego cuando somos descubiertos, esos 6 segundos extra ganados con esta uniformidad, más los 5 segundos que es el intervalo que un fusilero enemigo necesita para dispararnos (encarar el arma, apuntar y hacer fuego suponiendo que tenga un cartucho en la recámara), hace que el índice de la supervivencia propia se amplíe a nuestro favor en 11 segundos, tiempo suficiente para que nos protejamos.