El Archivo Intermedio Militar de Ceuta posee dentro de sus fondos documentos de un gran valor histórico. Dando un paseo por el fondo relacionado con la presencia española en el Norte de África, concretamente en el protectorado de Marruecos, hoy nos vamos a detener en una serie de documentos pertenecientes al fondo del Cuartel General del Ejército del Norte de África, concretamente a la Sección 2ª (asuntos), Subsección 10ª (organización), que nos permitirán trasladarnos a los años comprendidos entre 1927 y 1931, concretamente los relacionados con la activación y la presencia de unas pequeñas unidades indígenas de montaña en las zonas de alta montaña de la circunscripción del Rif. Posiblemente ésta sea una unidad prácticamente desconocida para gran parte de la población española, que operó con un excelente rendimiento en la zona citada.
Corría el año 1927, veintiocho años después de la publicación del Real Decreto que aprobaba en el seno del ET español, la creación de unas Unidades específicas de tropas de montaña, y ya pacificado el Protectorado español de Marruecos, con la entrega de Abdelkrim a las tropas francesas, cuando el Comandante General de Melilla ordenó que se constituyese una comisión para elaborar una ponencia sobre la organización de una “Mehaznia de montaña”, unidad combatiente de Infantería inicialmente propuesta para estar al servicio de las Intervenciones militares, designándose para tal efecto al Cte. de E.M. D. Manuel Estada Solana, destinado en el CG de la citada Comandancia, y al Capitán de Infantería D. Emilio Blanco Izaga, con destino en las Intervenciones Militares de Melilla.
Recibida la ponencia sobre la organización de esta nueva Unidad en el Cuartel General del Ejército del Norte de África, el día 25 de noviembre de 1927, el General Jefe del Ejército de España en África, emplazado en Tetuán, remite escrito al Señor Ministro de la Guerra participándole de los detalles orgánicos y de funcionamiento de la nueva “Unidad de Montaña”.
La misión de esta Unidad sería la de aliviar a las fuerzas estacionadas en la alta zona de cuantos servicios fuese posible en los crudos días del invierno atendiéndose a diferentes servicios militares, sanitarios y de enlace en la medida y alcance que a dicha unidad sea posible exigir.
Esta pequeña Unidad se pretendió que fuese un auxiliar seguro y adiestrado en servicios de guías, pequeños y urgentes aprovisionamientos, seguridad avanzada de las fuerzas que transitaran por la alta zona, reconocimientos especiales y emboscadas, evacuación urgente de enfermos o heridos, transporte de medicamentos, enlaces, estafetas, reparación de líneas telefónicas, …
La entidad inicial de esta Unidad sería de Sección, al mando de un Teniente, con 2 equipos, integrado cada uno de ellos por 3 patrullas, siendo la patrulla compuesta por un Maum (Cabo indígena), un enlace, un sanitario y un zapador. Estaría la Unidad compuesta por un Kaid (Oficial jefe indígena), dos Mokademin (Sargentos indígenas, jefes de cada equipo), y los 6 Maum, 6 enlaces, 6 sanitarios y 6 zapadores de los 6 equipos. Además de éstos, la integrarían 2 acemileros y un ordenanza, resultando un total de 30 hombres, asignándosele un caballo y 2 mulos al conjunto.
Un aspecto muy importante para la constitución de esta nueva Unidad fue el de la recluta, ordenándose que fuese constituida por personal indígena de los Grupos de Regulares de Melilla nº 2 y de Alhucemas nº 5, en calidad de agregado, asignándosele sobre sus haberes la gratificación de una peseta diaria en concepto de sobrealimentación y reposición de vestuario al que atenderá por su cuenta y asignando por igual concepto sesenta pesetas mensuales al Kaid. Además, se propuso la asignación mensual de 75 pesetas para gastos de reparación, acuartelamiento y escritorio, que sería administrada por el oficial instructor. A tal efecto, se da preferencia a que esta unidad fuese constituida por personal indígena habitante de la zona en la que iba a actuar por la ventaja que ya poseen sobre los demás, de conocimientos y aclimatación a la misma. Además, es de significar que en aquellos años aún no había cartografía de la zona.
En lo que a la instrucción y a la administración se refiere, la ejercería un Oficial europeo auxiliado por una clase para atenciones de oficina. El programa de instrucción de esta Unidad abarcaría 3 periodos y un total de 40 días; 1º.- de 10 días, preparatorio (habilitación de acuartelamiento que sería inicialmente en Targuist, recluta, organización, adquisición del vestuario, … 2º.- de 20 días, para prácticas militares de especialidades y de montaña y 3º.- de 10 días, prácticas de nieve en diez sesiones con todas las variantes de este aprendizaje.
El equipo propuesto para el personal de la Unidad, el vestuario y el armamento lo constituyeron en líneas generales lo siguiente: útiles de zapador, material de observación (podómetro, brújula,…), botiquín de patrulla, camilla especial, esquíes, bastones, raquetas,…; un zurrón de piel de cordero para resguardo en el reposo; las prendas más esenciales de vestuario fueron: un resá de lana que proteja cabeza, orejas y cuello, jersey, faja, calzado especial, dobles calcetines, yibalas de cuero y lana (impermeable y abrigo), guantes con manoplas,…; todos irían armados con mosquetón y gumía, excepto el kaid y los dos mokademin, que portarían pistola en lugar de mosquetón.
Para el mando de esta nueva Unidad de montaña fue designado, según escrito dirigido al Comandante General de Melilla, fechado el día 17 de noviembre de 1927, el Teniente nacido en Ceuta D. Carlos Blond Mesa, experto montañero, destinado en la Escuela Central de Gimnasia de Toledo, pasando a prestar sus servicios al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 5 de Alhucemas e incorporándose el 21 de diciembre de urgencia a Targuist para junto con el Capitán Emilio Blanco Izaga proceder a la organización urgente de esta Unidad Indígena de montaña, la cual pasaría a depender directamente del General de la Circunscripción del Rif. Cabe destacar que la “Mehaznia” era un cuerpo de policía indígena jalifiana subordinada a las intervenciones militares del Protectorado Español de Marruecos. En el caso que nos ocupa esta Mehaznia de montaña tendría además una dependencia administrativa del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 2 de Melilla.
Fue durante la época de nieves del año siguiente, 1928, cuando la Sección de Indígenas de Montaña, al mando del Teniente Blond Mesa, intensificó notablemente su actividad y destacó por la gran cantidad de servicios de todo tipo realizados, supliendo de manera sobresaliente la escasa o nula actividad llevada a cabo por el resto de las fuerzas que guarnecían la zona de la alta montaña debido a las inclemencias del tiempo.
En informe memoria remitido por el citado Oficial describe en detalle las actividades llevadas a cabo por la Sección durante el último temporal de nieve y expresa las deficiencias encontradas en los equipos del personal de la Sección y la necesidad de que fuesen dotados del material aún no adquirido, fundamentalmente las gafas de ventisca. También expresa que fue un gran acierto el construir numerosos refugios a lo largo de los itinerarios, expresando en su informe que a buen seguro evitaron que se produjese alguna víctima en el personal de su Sección y en los habitantes de la zona que se acogieron a dichos refugios durante el temporal.
En Orden General de la Circunscripción del Rif, fechada el día 5 de diciembre de 1928, en su artículo nº 2, cita que se ha finalizado la construcción de los refugios nº 2 y 3, de un total de 5, en la línea Targuist – Azib de Ketama, informando que quedan abiertos a cuantos militares o paisanos (europeos o indígenas), necesiten sus gratuitos servicios conforme al cuadro de instrucciones existentes en su interior y libro de reclamaciones, siendo su guarnición de una pareja de askaris (soldados indígenas) en cada uno y ofreciendo al transeúnte pasajero resguardo, lumbre, agua, botiquín de urgencia y teléfono. Su capacidad era de hasta ocho echados o de treinta sentados.
Es de reseñar que esta joven Unidad de montaña recibió toda clase de elogios y de felicitaciones por parte de la población civil indígena de la zona y por el resto de fuerzas españolas que desplegaba en esta zona abrupta del protectorado por las innumerables acciones en las que intervino durante el invierno de 1928-1929. Previamente, durante el verano de 1928 la unidad se desplazó a Villa Sanjurjo donde fue revistada por el Alto Comisario de España en Marruecos, recibiendo una felicitación de éste.
En carta del capitán Emilio Blanco, fecha y datada en Badú el 25 de diciembre de 1928, dirigida al jefe de E.M. de las Fuerzas Militares de Marruecos, informa de la gran actividad realizada por la Sección Indígena de Montaña durante las nevadas de ese año y expresa la necesidad de constituir una Compañía Indígena de Montaña vista la eficacia de este tipo de Unidades, ya que considera que para dar servicio a la línea Targuist – Imasinen – Asib el Ketama – Badu – Bak Tissi, serían necesarias 2 Secciones semejantes a la ya constituida. Además, informa que para dar servicio al macizo de Yebel Ars y de Tissi Iffri y prolongar el servicio para enlazar con Sebt de Tamorot sería necesario constituir una 3ª Sección, remitiendo en dicho mensaje la plantilla total de la Unidad tipo Compañía que se precisa, al mando de un Capitán, con un total de 178 efectivos, 8 caballos y 11 mulos.
El Teniente Blond estuvo al frente de la Sección Indígena de Montaña hasta el 19 de agosto de 1929. Es precisamente durante el verano de 1929 cuando se reorganiza esta Unidad, convirtiéndose en una Compañía con la plantilla citada en el párrafo anterior.
En julio de 1929 es destinado a la Compañía de montaña el Capitán de Infantería D. Carlos Letamendía Maure, relevando al Teniente Blond Mesa. Es destinado también en esta fecha el Teniente de Infantería Epifanio Loperena de Andrés, como Oficial subalterno del Capitán. Al año siguiente, concretamente el 21 de agosto de 1930, se haría cargo de la Compañía el capitán de Infantería Antera Goñi Rivero, siendo destinado a esta Unidad en mayo de 1931 su hermano, el teniente Luis Goñi Rivero.
Es de reseñar que todos los Oficiales españoles que formaron parte de esta Unidad Indígena de Montaña habían estado previamente destinados en la Escuela Central de Gimnasia de Toledo, con la excepción del Teniente Luis Goñi Rivero. En dicha Escuela recibieron la formación de montaña que después aplicarían en la constitución de esta Sección/Compañía Indígena de Montaña.
Con la llegada de la Segunda República se llevan a cabo profundas reformas y reorganizaciones en el Ejército español de Marruecos, produciéndose, entre otras, el día 18 de septiembre de 1931 la disolución de la Compañía Indígena de Montaña. Su personal fue agregado en partes iguales a los Grupos de Regulares de Melilla y de Alhucemas.
Una década después de la disolución de la compañía, ya en los años 40, hubo alguna intención de crear una nueva Unidad de montaña, como la efímera Compañía de Esquiadores compuesta por personal marroquí, formada en el seno del Grupo de Regulares Llano Amarillo nº 7, que después conformaría el Grupo Alpinista, con un pelotón de esquiadores, en la Meha-la Gomara nº 4 en 1944, pero la impronta montañera del Protectorado viene dada por las Unidades Indígenas de Montaña que operaron en la zona alta del Rif desde 1927 a 1931, sirviendo posiblemente la experiencia adquirida por los Oficiales que estuvieron en estas dos Unidades Indígenas para constituir el embrión de la Escuela Militar de Montaña que se creó en el año 1945.
Sirvan estas líneas para dar a conocer, casi un siglo más tarde, la existencia de estas pequeñas unidades de montaña, expresando de esta forma nuestra más profunda admiración y sincero reconocimiento para todos aquellos militares, españoles o indígenas, que sirvieron en ellas.
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