El informe que sobre violencia de género ha elaborado la oficina de atención a la víctima que desde hace años funciona en el Palacio de Justicia arroja una realidad clara: a menudo los mecanismos que ofrece la administración para denunciar la denominada violencia machista son usados más como escarmiento que como auténtica realidad social. Según los datos correspondientes a 2009 a los que ha tenido acceso ‘El Faro’, de las 119 historias de maltrato que llegaron a los juzgados de lo Penal casi 100 -en concreto 96- se saldaron con sentencia absolutoria. La gran mayoría resultó así porque en el acto de juicio oral la víctima no arremetió contra su presunto maltratador y ambos decidieron saldar sus supuestas diferencias con la negativa a testificar ante el juez. Del resto de sentencias sólo 13 resultaron con sentencia condenatoria por conformidad y 10 sin conformidad.
La tónica registrada en 2009 no parece variar en lo que va de año presente. Así las cosas de las 79 denuncias que han sido presentadas en los juzgados 50 ya han sido retiradas, es decir, nunca llegarán a juicio porque en las instancias judiciales previas la denunciante ha decidido retirarla. ¿Qué hay detrás de esta situación? Quienes se dedican a tratar directamente con la víctima perciben una situación cambiante en materia de violencia de género. Y es que en demasiadas ocasiones la denuncia se utiliza más como aviso que como determinación clara de llevar al supuesto maltratador al juzgado. Es una manera de ‘avisar’ ante comportamientos cambiantes en la pareja. El resultado de esta situación se traduce no sólo en las estadísticas publicadas sino en otra realidad más sangrante: el mal uso que se hace de los mecanismos que ofrece la administración lo que desemboca en un desgaste judicial, policial y social sin resultados.
En materia de violencia doméstica, es decir, la que se da entre familiares y no entre parejas como la denominada de género, la situación es también similar. De las 27 sentencias dictadas en 2009 por el juzgado de lo Penal, 22 fueron absolutorias, sólo 3 condenatorias vía conformidad -es decir, tras el acuerdo entre las partes-, y dos condenatorias sin conformidad -tras la celebración del juicio y la decisión del juez plasmada en dictamen-.
En cuanto a las órdenes de protección que fueron dictadas el pasado año, se registraron un total de 91 solicitudes dictándose 74 órdenes de protección. Resultado de la resta se deduce que 16 fueron denegadas, se tramitaron 4 medidas civiles y se registraron cinco casos de prisión por quebrantamiento de esta orden. Curiosamente el mayor número de solicitudes de protección se produjeron en meses de verano, sobre todo en la horquilla que comprende de junio a agosto.
Por sexos
Menos hombres
Del grueso de denuncias presentadas en 2009, 16 se correspondieron con denunciantes varones. Hombres que manifestaron haber sido víctimas de malos tratos ejercidos por sus parejas. El resto, 252, fueron mujeres. La violencia de género sigue teniendo sexo femenino pero cada año resulta más común encontrarse con varones que se deciden a llevar sus dramas al juzgado.
atención
¿Padre o asesor?
En demasiados de los casos la denunciante busca un apoyo paternal dentro de la oficina de atención a la víctima ya que su pretensión no es llevar a la pareja al tribunal sino darle un escarmiento para que determinados comportamientos no se vuelvan a producir. Las denuncias se mueren en el camino.
en 2010
Denuncias que bajan
Una situación clara en la oficina de atención a la víctima es el descenso en el número de denuncias que se están presentando en este año. Así se está registrando entre 2 y 3 denuncias por semana cuando, en 2009 y años previos, lo común era que se presentaran entre 2 y 3 al día. Eso sin contar que las denuncias presentadas son retiradas antes de que se celebre el juicio en casi la mayoría de los casos. La tendencia es a la baja.
protección
16 medidas aceptadas
En lo que va de año se han solicitado 19 medidas de protección de las que se ha autorizado 16. Estas medidas suponen un control policial sobre la víctima y una serie de restricciones sobre el maltratador para evitar que se acerque hasta el hogar.
situación
Tres víctimas mortales
Tres mujeres han fallecido en Ceuta víctimas de violencia de género. La última, Ikram, convivía con una pareja que había sido denunciado previamente por violencia de género. Lo hizo su otra pareja sentimental, con la que tuvo una hija. Ikram, en cambio, no había dado este paso. Es el ejemplo de la otra cara de la violencia de género, la representada por mujeres que todavía no se han decidido a dar el paso que se necesitaba dar.
Las mujeres denunciantes, cada vez más jóvenes
La violencia de género sigue afectando de manera sangrante a la mujer. Y dentro de este sexo, a la más joven. Así, de la memoria correspondiente a 2009 el 55% de los casos de denuncias de malos tratos correspondieron a mujeres de entre 18 y 30 años. En la franja que se corresponde con la edad de 30 a 50 años se registra un 34% de los casos; el 7% se corresponde con mujeres de más de 50 años y el 3% con chicas menores de edad. Esta estadística ofrece una deducción clara, cada vez son más jóvenes las denuncias pero, afortunadamente, no se estila que la misma no alcance los 18 años. En años anteriores la franja de edad con más denuncias se correspondía con la horquilla de 30 a 50 años.