Categorías: Política

Una unidad en el limbo

La Unidad de Rescate Acuático de Bomberos sigue sin gozar de una regulación adecuada por el vacío legal al que la tiene sometida la Ciudad. Tras la muerte del bombero Marco Antonio Navas, en 2009, poco ha cambiado. En la hemeroteca de ‘El Faro’ aparecen recogidos múltiples artículos cargados de promesas que sitúan “en breves fechas” la legalización de dicha unidad, pero la realidad es tozuda y a fecha de hoy nada se ha avanzado.
El responsable de UGT en Bomberos, Gonzalo Sanz, habla de “vacío legal” y de ausencia total de “voluntad política”. Respecto a esta unidad, “sigue existiendo ese vacío, lo que hace falta es que haya un empujón, una voluntad política para que después de tantos años de peticiones y promesas incumplidas la Unidad de Rescate se ponga en marcha”, valora Sanz en declaraciones a este medio. La Ciudad ha invertido un dinero importante en materiales y formación. Se estima que más de 200.000 euros. Dinero que, a efectos prácticos, es como si se hubiera tirado a la basura, porque los 12 hombres que componen esta unidad se pierden en un limbo en el que no existe garantía de protección alguna. Ni tan siquiera en el hipotético caso de producirse algún siniestro, como ya ha ocurrido. “Los compañeros se han estado formando durante dos años como buzos profesionales para dar ese salto de calidad que queríamos tener”, denuncia Sanz. “El mejor homenaje al compañero Marco es que se pueda dar luz verde a la tan cacareada unidad que no termina de conformarse”, añade.
¿Por qué?, ¿cuáles son las trabas que existen para que la Ciudad todavía no haya dotado de legalidad a esta unidad?, ¿por qué después de la trágica muerte de Navas y la ristra de irregularidades que aparecen en los tomos judiciales que integran su caso nada se ha hecho al respecto?
A juicio de Sanz, hoy por hoy existe “un vacío legal absoluto. Se escuchan muchas cosas pero los bomberos no tenemos idea de nada. La Ciudad no aclara” la situación en que están estos agentes “ni se postula. Todavía no hemos logrado siquiera las titulaciones por parte de la Ciudad una vez que se ha aprobado el nuevo reglamento de actividades subacuáticas. No tenemos titulación aunque la Ciudad ya tenga las competencias”, señala.
Así, la Unidad de Buceadores sigue sin estar legalizada y ninguna autoridad competente explica el porqué de esto. Ante esta situación cabe hacerse una pregunta clave: ¿y si ocurriera otro accidente?, ¿los bomberos que forman esta unidad podrían arrojarse al mar, estarían amparados por la ley y protegidos jurídicamente para poder actuar e intervenir apoyando a la Guardia Civil?
Sanz no deja lugar a dudas, lo harían, porque son bomberos y su función es salvar vidas, aunque carezcan del respaldo debido y no explicado que debe ofrecer el Gobierno local. “Si nos tiramos al agua no sabemos si se nos cubre o no. Ahora estamos tirándonos porque así lo hemos hecho toda la vida... Nuestro trabajo es salvar vidas, pero no tenemos titulación oficial, lo que hacemos es a cuenta y riesgo del propio funcionario. Es una situación incómoda y desagradable”, apunta.
Así que la lectura de todo esto es sencilla. Hoy por hoy la Unidad de Rescate no deja de ser un espejismo carente de pronunciamiento institucional, lo que lleva a estar expuestos a riesgos que pueden pasar factura.
“Los bomberos nos dedicamos a muchas labores... podríamos tener unidades de desescombro, de rescate vertical (que sí la tenemos pero no encaja con los parámetros legales que deberían cumplirse a nivel de riesgos laborales)... pero somos la navaja suiza del Ayuntamiento, acometemos tareas diversas difíciles de agrupar en una unidad profesional. Lo que hace falta es una voluntad institucional para hacer un esfuerzo a nivel formativo y de material para que todo lo que hagamos sea de acuerdo a la norma”, sentencia Sanz.
Tras la muerte del bombero Navas, la Ciudad avanzó en formación y se compró material homologado. Quizá fue un paso a la desesperada para tapar la ristra de incongruencias mantenidas en el tiempo y que todavía no se han aclarado, como es el hecho de que un agente pudiera usar una botella ajena al Cuerpo para sumergirse o la ausencia de titulaciones sin que hubiera un supervisor por encima del equipo. Después de aquello y tras el archivo inicial de la causa, se dio paso al olvido, ya no se hizo más por avanzar en esa legalización de la unidad a pesar de las advertencias contenidas en varios informes. Entre ellos del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales.
“De una vez por todas se tiene que avanzar en este campo”, apura Sanz. “Queda que la Ciudad nos titule y dé luz verde a la Unidad de Rescate”, aclara. Los bomberos están dispuestos a ello, incluso, asegura el representante de UGT en el Cuerpo, cuentan con el respaldo de su jefe para dotar de la legalidad necesaria. Pero falta el respaldo institucional.
“El jefe”, indica en alusión a Manuel Gentil, “está por la labor al 100% para que se forme la Unidad y ha estado codo con codo con nosotros, pero no sabemos por qué la Ciudad no termina de darnos un marco legal y de seguridad”.
Avanzando en el camino de las incongruencias topamos con el acuerdo que en marzo de 2011 firmaron los Bomberos y los GEAS de la Guardia Civil. Fueron el jefe Manuel Gentil y el comandante José Mª Jiménez los encargados de poner la firma sobre un acuerdo que ha quedado en nada. El Salón de la Rotonda del Palacio de la Asamblea fue el escenario de un convenio vacío de contenido porque nunca se ha podido ejecutar ya que una de las partes firmantes, los Bomberos, no tienen su unidad legalizada. ¿Cómo sellar algo cuando una de las partes no cumple los requisitos?, ¿por qué contó con el apoyo institucional de la Ciudad si es la misma institución la que no da la legalidad?
“Hemos conseguido crear una Unidad de Rescate Acuático compuesta por 12 miembros, que hicieron unos cursos de buceo profesional. El primero, en 2009 cuando obtuvieron el título hasta 30 metros de profundidad. Y el año pasado el que permite hasta 50 metros. Colaboramos con los GEAS, y era interesante firmar un convenio para llevar a la práctica y siempre estar más en colaboración. Ellos son los verdaderos especialistas y de ellos podemos aprender muchas cosas”, aseguraba por aquel entonces el jefe Gentil. ¿Y qué hay de verdad en esto sólo un año y medio después? Nada. Los bomberos siguen sin tener titulación. Han hecho los cursos, se han preparado, pero no están legalizados.
El jefe de los GEAS, Pedro Javaloyes, hablaba, aquel 7 de marzo de 2011, de que gracias a este acuerdo “el servicio al ciudadano será mejor uniendo la fuerza de la Ciudad con la del Estado. Las prácticas irán enfocadas a las misiones que tengamos conjuntas”, explicaba. Aquello quedó en la nada más absoluta.
El propio Gonzalo Sanz reconoce ahora que aquel acuerdo se firmó precisamente para que hubiese prácticas y para que los servicios se complementaran. “Nuestra situación de alegalidad por la indecisión de la Ciudad ha impedido que ese acuerdo se lleve a cabo. No podemos hacer protocolos ni practicas conjuntas”, lamenta.
Buscar una razón a esta situación es imposible. El propio sindicato, que lleva años peleando por hacer que las cosas funcionen mejor en el Cuerpo, considera la situación de, cuando menos, paradójica. “No sabemos por qué ocurre esto, ha habido cambios en la consejería, pero eso no es excusa para que el Gobierno no le dé luz verde”. Hoy por hoy, asegura Sanz, “tenemos un absoluto desconocimiento jurídico de lo que sucedería” en el caso de llevar a cabo una intervención de rescate, “pero te puedo decir que en los Bomberos su voluntad es que se van a tirar al agua como siempre se ha hecho... y Dios dirá. La Ciudad no nos da información ni conocimiento de esta situación”, añade.
Dejar en manos de Dios un asunto sobre el que ya debería haberse pronunciado la Ciudad Autónoma provoca situaciones confusas, vacías de contenido, arrastrándose las mismas deficiencias que ya han marcado imprudencias ahora judicializadas.

La Ciudad, con las competencias de buceo

La por entonces consejera de Juventud, Deportes y Menores, Susana Román, elevó a Pleno este año la propuesta de Reglamento para regular el ejercicio de actividades subacuáticas en Ceuta. La Ciudad Autónoma asumió las competencias de buceo en 1999 y es quien se encarga de expedir las libretas de actividades subacuáticas y de controlar el Registro de Buceo Profesional. El nuevo reglamento clasifica siete titulaciones distintas. Los niveles 1 y 2 serán los títulos de buceador profesional de pequeña y media profundidad. El tercer nivel agrupa al de gran profundidad de intervenciones, al de saturación y al jefe de complejo hiperbárico. También, se reconocerán las especialidades de buceador científico e instructor profesional.

En detalle

Preparación: Acción formativa “más ambiciosa”
Así denominaba Bomberos la preparación de sus profesionales: es la “acción formativa más ambiciosa”. Se refería a la especialización de doce bomberos en la categoría de buzos profesionales. Este titular se publicaba hace exactamente hoy un año, sin que todavía dicha unidad esté operativa. La Ciudad ha invertido en medios materiales, pero no ha dado luz verde al inicio legal de dicha unidad. Los doce bomberos se han formado en un curso de trece semanas de duración, diez de ellas pequeña y media profundidad, y las tres restantes en especialidad de rescate.
Situación: Carecen de cobertura
La Unidad no dispone hoy de la legalidad suficiente como para poder ejercer con todas las de la ley. Si ahora no está legalizada, en el momento en que se produjo el accidente mortal del bombero Marco Antonio Navas tampoco lo estaba. El hecho es que, a pesar de aquel accidente, nada se ha llevado a cabo para dar la necesaria cobertura legal de la que ahora carecen los efectivos del Cuerpo de Bomberos.
Irregularidades: Que se arrastran
Con la reapertura del caso judicial por la muerte del bombero Navas (en las próximas semanas habrá nuevas testificales), se han puesto de manifiesto la existencia de varias irregularidades que se dieron en su día, tal y como consta en el informe de la Guardia Civil que forma parte del rollo judicial, y que, curiosamente, persisten en la actualidad. Sigue sin cumplirse la normativa en materia de riesgos laborales ya que la Unidad no está funcionando con los supervisores que debía tener para, por ejemplo, controlar que el equipo que se usa sea el del propio Parque de Bomberos.
Intervenciones: Acuáticas
Hoy por hoy son los GEAS los que intervienen en el caso de producirse algún accidente en el mar. En base a un convenio suscrito el pasado año, podían contar con el respaldo de los Bomberos para servirles de complemento, pero el hecho es que dicho acuerdo nunca se ha podido materializar ya que al tratarse de una Unidad alegal cuyos componentes no tienen ni la titulación oficial expedida estarían actuando fuera de lo que establece la normativa.

archivo Foto institucional de marzo de 2011 de un acuerdo sin funcionar.

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