Una residencia de pájaros

Cynthia León acoge aves heridas y las trata en sus instalaciones. Recibe las alertas de esta fauna urbana en apuros a través de ‘Facebook’.

La satisfacción de ver a los pájaros retomar el vuelo tras su recuperación llevó a Cynthia León León a la creación de un refugio singular: una residencia para aves que cubre las funciones de hotel, hospital y lugar de acogida. La iniciativa que comenzó como un evento en Facebook se ha convertido en un punto de consulta para todo aquel que halle en apuros a una de estas criaturas con plumas.
Aunque por sus instalaciones pasaron multitud de ejemplares de la fauna urbana, en estos momentos solo rehabilita a dos –un gorrión y una paloma–. No obstante, hace justicia a su nombre de residencia porque muchos de los sanados continúan acudiendo a su domicilio a comer.
Esta amante de los animales se encarga de acoger pájaros heridos, proporcionarles hospedaje y tratamiento si es necesario. En su casa, cuenta con instalaciones preparadas que constan de grandes jaulones con limpieza diaria, alimentación –frutas, verduras y agua– así como voladeras. Asimismo, León cuida de aves de familias que salen de viaje o que, por algún motivo, no pueden hacerse cargo de ellas. Por tan solo un euro al día, que irá destinado a la compra de comida y vitaminas, se hace cargo de estas mascotas y, puntualiza, se hace responsable de cualquier pérdida aunque considera poco probable que esto ocurra. Para contactar con ella, solo hay que teclear en Facebook Hotel, hospital y acogida de aves.
La idea surgió cuando, hace unos meses, conoció a través de las redes sociales que, pese al esfuerzo de personas solidarias que los acogían para proporcionarles cuidados, no salían adelante. En contacto con administradores de otros grupos proteccionistas que difunden estas alertas, la disponibilidad de la residencia de aves ganó presencia en internet y ahora quien encuentra, entre otros, vencejos, gorriones, palomas o gaviotas, acuden a León. “De estos últimos no puedo hacerme cargo porque el espacio es limitado”, aclaró.
Esta joven carece de titulación pero ha adquirido conocimientos por la experiencia acumulada ya que tiene por mascotas con alas a tres agapornis y sus cuatro pollitos. “Mi vecina me trajo en una ocasión a su agaporni que tenía problemas para expulsar el huevo; con aceite y masajes, logré que lo echara y ambos siguieron adelante”, recordó. Además, consulta cualquier duda al veterinario de la zona en la que reside.
León aclaró que nunca ha capturado animales en libertad para enjaularlos, sino que su labor se centra en la acogida de, por ejemplo, pajarillos caídos de los nidos a los cuales, tras alimentarlos y curarlos, libera.
Éste es, precisamente, uno de los casos que más llegan a sus manos: ejemplares que se precipitan desde las fachadas y azoteas de los edificios por el ataque indiscriminado de las pavanas, ávidas de alimento. Con el sellado del vertedero de Santa Catalina, estas aves colonizaron distintos puntos de la ciudad autónoma donde buscan alimento y, “como buitres, se lanzan sobre estos pájaros indefensos”.
“Salvar la vida a estos pequeños es algo que me llena de orgullo y satisfacción... No lo hago por dinero ni por interés sino por amor a la vida. Todos merecemos una segunda oportunidad y más ellos, que no hacen mal a nadie”, explica.