Una pesadilla que no tiene fin

Llevamos casi dos meses padeciendo las continuas llegadas de fuel a las costas de Ceuta. Las primeras manchas llegaron a principios de noviembre del año que acabamos de dejar atrás.

En aquellos días un buceador deportivo se encontró con la desagradable sorpresa de toparse con algunas tortas de chapapote flotando en las aguas cercanas a la playa de San Amaro. Parecía un hecho puntual, ya que a los pocos días estas galletas de fuel desaparecieron y no se supo más de ellas. Pero dos semanas después las manchas de fuel volvieron a aparecer para, esta vez, ensuciar toda la franja costera entre Santa Catalina y Benzú. En cuanto tuvimos los primeros indicios de la localización de fuel en nuestro litoral examinamos la bahía norte ceutí, comenzando por la playa de San Amaro. Nos llamó la atención que en esta popular playa una parte, la próxima al muelle de Levante, estuviera manchada de fuel, y la otra, la cercana al fuerte, no presentara ni rastro de hidrocarburos. La incógnita se resolvió cuando al hablar con el Consejero de Medio Ambiente para avisarle de la localización de importantes salpicaduras de fuel en la playa de Benitez éste nos comentó que en los días anteriores habían estado limpiando la zona de San Amaro, trabajos de los que la opinión pública nada supo.
Una vez que desde Septem Nostra avisamos a las autoridades se activaron los planes territoriales y nacionales de lucha contra la contaminación marina. De inmediato se procedió a la limpieza de las zonas afectadas y empezaron las investigaciones para determinar la procedencia de este fuel. La primera hipótesis fue asociar estos vertidos con una limpieza ilegal de la sentina de un barco en alta mar, una práctica, por fortuna, poco habitual en nuestros tiempos, pero no erradicada del todo. En principio la explicación dada por Capitanía Marítima era razonable y creíble. La amplia dispersión de la mancha parecía corroborar la idea de que el foco del vertido habría que situarlo en un punto alejado de la costa. Sin embargo, días después las manchas volvieron a aparecer en nuestras playas y arrecifes costeros. De nuevo se volvió a especular con la posibilidad de un “sentinazo” como probable causa de la presencia de fuel en el litoral ceutí. Era mucha, demasiada casualidad, que tras muchos años sin la documentación de limpiezas de sentina en las aguas del Estrecho se repitieran dos episodios de este tipo en menos de una semana. Alguna sospecha debían tener las autoridades cuando solicitaron a las empresas petrolíferas que procedieran a realizar prueba de resistencia de sus instalaciones. Estas pruebas se hicieron en la tarde-noche del día 10 de diciembre de 2014. Al día siguiente toda la zona interior del puerto, las playas de la bahía norte y el foso de la Muralla Real aparecieron llenos de fuel. Las alarmas se encendieron. Una de las antiguas tuberías de la empresa Cepsa en la muelle de Poniente presentaba una fuga calificada como un pequeño “poro”. La prioridad entonces fue contener el vertido, limpiar las zonas manchadas e iniciar la reparación de la avería. Mientras tanto, desde Septem Nostra, además de solicitar la inmediata adopción de medidas encaminadas a reparar los daños causados –impacto físico, en la cadena trófica y en los arrecifes costeros-, comenzamos a tomar datos sobre el terreno para determinar el impacto ambiental de este episodio de contaminación marina.
La prioridad de nuestras investigaciones era evaluar las consecuencias de los vertidos en el LIC marino del Monte Hacho, espacio natural protegido por la Unión Europea por los valores de los hábitats marinos y las especies asociadas a ellos. Recorrimos a pie metro a metro del borde marítimo, tomando imágenes y recopilando datos sobre la presencia de manchas nuevas de fuel en los arenales y los arrecifes del Hacho. Lo más llamativo fue comprobar que las manchas frescas se superponían con claridad sobre las zonas asfaltadas por episodios de vertidos previos, algunos con décadas de antigüedad. Era la prueba definitiva de la cronificación de la contaminación de nuestro ecosistema infralitoral por el continuo trasiego de fuel en las costas de Ceuta, hecho que nunca ha querido ser asumido y reconocido por las empresas petrolíferas que operan en nuestra ciudad.
Las observaciones sobre el terreno fueron completadas con un recorrido en barco por las aguas costeras de Ceuta y por una campaña de inmersiones en determinados puntos de la bahía norte y sur. El resultado de este estudio lo hemos plasmado en un informe científico que hemos tomado como base  para la denuncia que esta semana hemos  presentado ante la Fiscalía de Ceuta, así como ante la Consejería de Medio Ambiente y la Autoridad Portuaria de Ceuta, cada uno en el ámbito de su competencia. De igual modo, hemos solicitado a la Consejería de Medio Ambiente, la Autoridad Portuaria, la Consejería de Fomento (Servicio de Industria y Energía) y la Capitanía Marítima que nos envíen todos los informes que puedan ser de interés para esclarecer lo que está ocurriendo en nuestras costas. Queremos que se esclarezcan todos los hechos relacionados con este grave problema medioambiental que parece no tener fin. Y es que cuando todavía no se había terminado de resolver el problema de la fuga detectada en la conducción del muelle de Poniente, uno de los tanques de almacenamiento de fuel que la empresa Cepsa tiene en sus instalaciones de Benitez falló, como también lo hizo, por falta de mantenimiento, la balsa de contención prevista para estos casos. La consecuencia fue un derrame de fuel en el arenal de la playa de Benitez que costó gran esfuerzo contener para evitar que el hidrocarburo llegara al agua.
Con dos frentes abiertos, la empresa Cepsa no da abasto para resolver los problemas que presentan sus equipos e instalaciones. Aunque las autoridades se afanan en transmitirnos  la idea de que la situación está controlada, los vertidos no cesan. Según hemos conocido a finales de esta semana, el fuel procedente de la tubería averiada se ha infiltrado entre los huecos del muelle de Poniente, creando un embolsamiento de fuel del que se desconoce su tamaño, disposición, dispersión y localización exacta. Esto explica que, en función del oleaje y las mareas, parte de este fuel embolsado en los bajos del muelle de Poniente sea arrastrado hacia el exterior y de ahí termine sobre las arenas y rocas de nuestras costas. Por lo que sabemos se están realizando catas en el muelle para localizar estas bolsas de fuel. Habrá que confiar en que estos trabajos permitan localizar y eliminar todo el fuel que se ha podido ir depositando entre las rocas que sirven de cimentación al muelle de Poniente. Esta tarea tiene que acometerse de manera inmediata para lo cual a la empresa responsable de este incidente hay que exigirle que movilice todos los medios humanos y materiales necesarios para acabar de manera definitiva con los vertidos de fuel en el litoral ceutí.
Al mismo tiempo que se trabaje en la solución de  los problemas de vertido de fuel en las aguas de Ceuta es necesario proseguir con el proceso de investigación de las causas y las consecuencias de estos episodios de contaminación marina. Es necesario determinar hasta qué grado eran evitables las fugas detectadas en las tuberías y tanques de los que dispone la empresa Cepsa en Ceuta. Como es bien sabido, las normas comunitarias y nacionales son muy estrictas en cuanto a la exigencia de mantenimiento de las instalaciones relacionadas con el manejo de sustancias altamente contaminantes, nocivas y peligrosas. Si ahora se ha comprobado que alguno de estos equipos no se encontraban en las condiciones de conservación adecuadas la responsabilidad no recae sólo en la empresa, sino también en la administración que tenía la obligación de inspeccionarlas y asegurarse de que estaban operativas y en buen estado.
En cuanto a las consecuencias de estos vertidos, en la denuncia que hemos presentado en la Fiscalía, la Consejería de Medio Ambiente y la Autoridad Portuaria se aportan pruebas del grave impacto que ha provocado en los ecosistemas marinos locales y en especies incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Protegidas, como la Patella ferruginea o el D. Petraeum. Por este motivo hemos solicitado que se realice un estudio para evaluar los daños en perspectiva histórica. Este estudio nos permitirá tomar las decisiones pertinentes que no sean improvisadas como hasta ahora (por ejemplo se están llevando sedimento original de la playa que no creemos que vayan a devolver y restituir en el mismo lugar). Además hemos requerido que se desarrolle un monitoreo permanente de la contaminación de las  masas de agua afectadas por estos frecuentes episodios de contaminación accidental.
Septem Nostra viene dando prueba de su madurez y rigor a la hora de sus manifestaciones y acciones respecto a estos lamentables hechos. El sentimiento que nos invade de un profundo malestar por una situación que es posible se hubiera evitado si la empresa Cepsa tuviese sus instalaciones renovadas y si las autoridades hubieran cumplido con sus obligaciones inspectoras y sancionadoras. Nos entristece ver nuestro litoral manchado de chapapote y nos preocupa que los vertidos aún tarden en desaparecer del todo. Queremos que esta pesadilla acabe cuanto antes y que sus responsables paguen por todo el daño que han provocado en nuestro medio marino. No pararemos hasta conseguirlo.