El esplendor de la Procesión Magna Mariana guarda un destello que ha captado la atención de Mariano Cerdá, el vicehermano mayor de la Venerable y Real Cofradía de Penitencia del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de la Soledad. En esta salida extraordinaria será “la primera vez que se vean todos los palios en la calle”. Un hecho que no hace sino acrecentar aún más la ilusión que ya siente por procesionar con su Titular.
“Además va a venir muchísima gente de la Península porque resulta que aquellos que son de Málaga, Sevilla u otros puntos de Andalucía no pueden venir a Ceuta en Semana Santa. Sin embargo, por la Magna Mariana, sí se puede desplazar hasta aquí para descubrir ‘nuestra Semana Santa’, que es muy bonita”, argumentó Cerdá.
El autor de esta dolorosa es José Pérez Delgado (1982) que, siguiendo modelos de Castillo Lastrucci, corresponde a la iconografía dolorosa. Conserva el juego de manos que tallara para la anterior imagen Manuel Pineda Calderón en 1960.
La Virgen de la Soledad sustituye a una imagen anterior de gran calidad artística, hoy retirada del culto, emparentada con las Soledades de Gaspar Becerra.
El paso busca la solemnidad y el estilo fúnebre propio del cortejo del Santo Entierro. Los respiraderos y varales son de Antonio Pérez Barrios, la candelería de Manuel de los Ríos, los faroles de cola de Orfebrería Mallol, los farolitos delanteros y jarras de Ramón León Peñuelas (Sevilla) y la peana de la casa Santarrufina de Madrid.
La saya y el manto de luto fueron adquiridos a principios del siglo XX a la Casa Aranda de Zaragoza, con elegantes y estilizados bordados en oro sobre terciopelo negro. Las bambalinas de aplicación están confeccionadas por José Durán Ambel, sobre dibujo original de José Francisco Gallardo Gómez. El vestidor es Juan Manuel Puig Pérez.
La antigua Soledad, imagen de gran valor artístico e histórico, sigue el modelo iconográfico creado por el escultor y pintor Gaspar Becerra (siglo XVI) que se veneraba en el desaparecido Convento de la Victoria de Madrid.
Esta imagen fue la primera en lucir palio en las procesiones de la Semana Santa ceutí, hecho que se produjo a principios del siglo XX.