Una multitud de personas, en su mayoría jóvenes, da el último adiós a Munir

“A ver qué consuelo se les puede dar a sus padres”. Con la vejez marcada en su rostro, una anciana intenta ponerse en la piel de Hossain y Rahma, los padres del joven Munir, fallecido de un disparo en el corazón después de ser confundido por unos pistoleros en plena plazoleta del Príncipe.

“Esto no se puede permitir, luego los detienen  y como van encapuchados no les hacen nada”, añade mientras, postrada en una de las aceras situadas frente a la mezquita de Sidi Embarek, contempla entre sollozos pasar el ataúd con el cuerpo de este joven de 20 años.
En silencio, “porque así es mejor, refleja más respeto”, añade un joven, una multitud de personas quiso acompañar a Munir a la última estación de su vida: el entierro que tuvo lugar en el cementerio de Sidi Embarek, en una de sus laderas más bajas cercana a la carretera frente a Loma Colmenar. La gran mayoría era gente joven. Muchachos como Munir, vecinos, compañeros de estudios o simplemente conocidos de la barriada. El de ayer fue uno de los entierros que mayor número de personas arrastró hasta la mezquita principal en donde, en torno a la una de la tarde, era introducida la caja de madera que portaba el cuerpo de Munir. Tras el rezo, pasadas las 13.30 horas, se procedía a su entierro.
La indignación era la nota común en las conversaciones de los presentes. “Lo confundieron con otra persona, no hay derecho, cómo puede pasar esto... ¿y ahora qué?, ¿el próximo cuándo toca?”, lamentaba Mohamed. Palabras de un joven que bien podrían extrapolarse al del resto de vecinos de un barrio roto. Porque la muerte de Munir se ha sentido como un auténtico mazazo. “Si es que nadie puede estar seguro... van, llegan estos locos, drogados, disparan y al que le toca le tocó. Ahora le han dado a este chico que no tenía nada que ver con cosas raras, pero mañana le puede tocar a cualquier otro niño... Y aquí no pasa nada...”, añade un joven.
La Policía sigue investigando los hechos. Manejan varios nombres de posibles implicados en la autoría intelectual del crimen así como de los ‘brazos ejecutores’. Manejan, de igual manera, varias tesis, pero de momento no han trascendido detenciones. Las sospechas apuntan  a que los pistoleros participantes, con los rostros tapados con cascos integrales, habrían querido matar a una persona que está en busca y captura por su presunta relación con unas lesiones graves causadas con arma de fuego hace unos meses. Pero el que recibió la bala fue Munir. “No entendemos cómo puede haber gente a la que se le está buscando y está por ahí, en la calle, tan tranquila. Y que no nos digan que no colaboramos, porque la gente colabora mucho más de lo que se dice. Si la Policía sabe lo que hay, tiene que subir y detener”, añade Mohamed, “no lo vamos a hacer nosotros”.
La desgracia ha calado hondo en una barriada que pide Policía, pero que sea fija. Mensaje que se repite una y otra vez, en el propio barrio, pero también ayer a las puertas de la mezquita. “Que haya gente que no quiere a la Policía... pues que la haya, pero la gran mayoría del barrio sí la quiere, pero la quiere con nosotros, dentro, permanente. Estando la Policía, igual sigue habiendo tiros, igual matan a más gente, pero seguro que no pasa lo que está pasando ahora, todo el día sacando pistolas, atracando, robando, amenazando a los padres de familia. Nosotros no queremos policías que se quedan en el vehículo o que vengan unas horas y se vayan. La queremos aquí con nosotros”, lamentaba un vecino. Los pistoleros que cometieron el crimen en la madrugada del viernes llegaron a la plazoleta del zoco justo cuando había terminado el turno de la UIR por la zona. Actuaron cuando ya no estaba la Policía. Un dato en el que insisten los vecinos. Éste y otro igual de preocupante: abunda el sentimiento de dejación de las autoridades, el convencimiento de que lo que suceda en el barrio no interesa al resto de ciudadanos ni a las autoridades. “Nos da la sensación de que esto no va con el resto de la ciudad. Han matado a un chaval por la cara, pero aquí es como si no les importáramos. Mira quiénes estamos, los de siempre. Ahora ha muerto este chico, pero cuántas madres están llorando la pérdida de los suyos... madres que deberían estar aquí, sería importante. No puede permitirse que esto siga igual, que parezca que esto interesa, que haya muertes interesa para después pedir más policías, más dinero... pero sin resolver nada”, advierte un hombre ya entrado en años que ha asistido ya a varios entierros de hombres o jóvenes como Munir.
En la calle ayer se daba el último adiós a este joven, pero en las redes sociales siguen las condolencias.

Las claves

Mensaje
Una nota de Tarek Abdeselam dirigida a Juan Vivas
Un joven de la barriada entregó esta nota que quiere que sea publicada y que va dirigida a Juan Vivas: “Han pasado muchas cosas en nuestro barrio, han muerto muchas personas y esto no puede seguir así. Por favor, Juan Vivas”.
Perfil
Pistoleros peligrosos
Todos coinciden en lo mismo. Los últimos disparos se están produciendo de una forma muy temeraria, con pistoleros alocados que ejecutan gran cantidad de disparos sin ver ni a dónde ni a quién disparan. Temen también por la elevada presencia de armas que son utilizadas de una manera violenta.
Justicia
Piden detenciones
Los vecinos reclaman justicia y piden detenciones. Quieren que se aclare quiénes están detrás de estos hechos y cómo se ha producido un incremento en el manejo de armas que hay en la ciudad. De las investigaciones que están en curso podría deducirse que algunos episodios estarían relacionados en cuanto a las personas que estarían haciendo uso de este tipo de armas. De los últimos disparos que se han producido no se ha dado a conocer la práctica de arrestos que lleven cárcel.