La Policía Nacional ha esclarecido el origen del hurto de numerosas joyas ocurrido en un domicilio de la ciudad sin que se haya podido actuar legalmente contra su autora. Y esto es así porque la misma terminó siendo familia directa de la víctima, quien desistió darle más recorrido al asunto.
La historia comenzó cuando una mujer acudió a la Jefatura para denunciar que le habían robado de su casa varias pulseras, broches, prendedores además de collares de oro y plata con piedras incustradas.
Las joyas las tenía guardadas en su dormitorio, en la vivienda que habitaba junto a sus cuatro hijos y un nieto de corta edad. Al cumplir con el trámite policial necesario para esclarecer este asunto, la denunciante se topó con lo que nunca hubiera querido saber, que la autora de dicho robo había sido su propia hija.
La Policía llegó a esta conclusión al saber, primero, que para acceder a la casa no se había efectuado forzado alguno de las puertas. Después supieron que esas joyas habían sido vendidas en un establecimiento dedicado a la adquisición y venta de oro, dando con la identidad de la vendedora: la hija de la dueña.
Finalmente ni se han ejercido acciones legales ni se ha podido recuperar el lote de joyas, ya que las mismas habían sido fundidas después de cumplirse los plazos legales establecidos de mantenimiento de las piezas.
No es la primera vez que la Policía Nacional se topa con casos así, descubriendo que detrás de robos de este tipo perpetrados en domicilios están familiares directos de los autores con lo cual no se presentan denuncias de ningún tipo.