En la sesión plenaria de ayer martes se habló sobre la necesidad de que Ceuta cuente con una nueva ley de ordenación del territorio y de urbanismo. Por lo visto, fue una de las conclusiones que se pusieron encima de la mesa durante las Jornadas sobre el Plan General de Ordenación Urbana. En este punto, durante el pleno, se habló de todo, desde el propio estatuto de autonomía, hasta la necesidad de enviarlo directamente a las Cortes o que era mejor que fuera primero al Gobierno de la Nación porque los proyectos de ley que envía al Congreso se tramitan con mayor rapidez. Lo cierto es que resulta verdaderamente bochornoso que solamente las ciudades de Ceuta y Melilla sean las únicas de toda Epsña que continúan rigiéndose por una normativa urbanística que es anterior a nuestra Carta Magna y que durante estos años, ningún Gobierno central haya querido, de alguna manera, ponernos al día sobre este particular. Pero también resulta bochornoso que ninguno de los Gobiernos que hemos tenido a lo largo de estos cuarenta años tampoco se haya preocupado de exigir a Madrid que nosotros no podíamos seguir por este camino. Al menos, el compromiso que se alcanzó en la jornada de ayer fue que, en primer lugar, se estudiaría qué se puede cambiar de la normativa, dentro de las competencias de Ceuta, en materia reglamentaria y en todo lo demás, solicitarle a la Administración General del Estado que nos ponga al día.