Categorías: Sucesos y Seguridad

Una joven porteadora sufre fractura de vértebras y se prepara su evacuación

La marroquí, llamada N.A., cayó desde varios metros por el hueco entre dos naves. Sufre fractura de la vértebra dorsal y lumbar, además de una pierna y contusiones. Los Bomberos tuvieron que rescatar a la herida haciendo un butrón en una pared

Una porteadora de 30 años de edad, marroquí cuya identidad responde a las iniciales N.A., sufrió ayer fractura de vértebra dorsal y lumbar, además la pierna derecha y contusiones en todo el cuerpo, tras caer desde varios metros en un hueco entre dos naves de los polígonos del Tarajal.
La caída se produjo a las siete menos cuarto de la mañana, cuando la porteadora subió una escalera que se encuentra entre dos naves y al llegar al extremo cayó desde varios metros por un pequeño hueco que no vio por la oscuridad, quedando atrapada entre dos paredes.
En el rescate tuvo que intervenir el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), que se vio obligado a hacer un butrón en una pared de una nave para acceder al lugar en el que se encontraba la porteadora herida.
Una vez rescatada, la joven fue trasladada al Hospital Universitario, donde se evaluaron los daños que presentaba y se tenía prevista su evacuación de manera inminente al Hospital Puerta del Mar, de Cádiz, debido a la fractura de vértebra dorsal y lumbar que presentaba. Finalmente el traslado no se produjo en el día de ayer y se llevará a cabo, previsiblemente, en la presente jornada, tal y como informaron a este medio desde el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa).
La pasada  semana, concretamente el miércoles, se produjo la caída de otro camalo, en este caso un hombre, quien cayó desde unos 5 metros sufriendo politraumatismos, fractura de mandíbula y varias costillas rotas.
El accidente de ayer se produjo a primera hora de un nuevo día frenético en los polígonos, con largas colas, amagos de avalanchas frenadas por los policías y lanzamiento de piedras y otros objetos a los agentes. Los funcionarios del CNP volvieron a establecer los habituales filtros para evitar la entrada de porteadores y así grandes aglomeraciones en este recinto comercial. Una vez más, los agentes controlaron el acceso principal a las naves y el ‘corralito’, lugar donde se agolpaba un importante número de porteadores que cuando se iba acercando la hora del cierre del Biutz –ayer lo hizo en torno a las doce del mediodía– protagonizaban momentos tensos y originaban algún que otro intento de avalancha para intentar lograr el objetivo de pasar a Marruecos con un bulto.
Una vez más, numerosos porteadores se quedaron sin poder pasar y los paquetes tuvieron que ser devueltos a las naves de las que habían salido.
Algunas personas mostraban sus quejas en declaraciones a este medio ya que decían que habían sido “sacados” por la policía al exterior de los polígonos. Algunas de ellas decían tener contrato de trabajo.
En la mañana de ayer no se produjeron incidentes destacados, sólo algún que otro intento de avalancha y algún apedreamiento, afortunadamente sin heridos. Días atrás tuvieron lugar otros actos vandálicos como la quema de cartones e incluso apuñalamientos a porteadores. El último se produjo durante el pasado miércoles y el herido se encuentra aún hospitalizado, pero ya ha pasado de la UCI al área quirúrgica, en la segunda planta.

Bultos de hasta 70 kilos con 28 mantas

Los porteadores saben que pasar un bulto es complicado y que muchos, después de largas horas de espera, tienen que volver a sus casas en Marruecos con las manos vacías.
La ‘batalla’ del tamaño de los bultos está perdida desde hace tiempo, concretamente desde que se suprimió la vigilancia privada, pasando de los 60x40 a bultos mucho más grandes y que en ocasiones alcanza un tamaño cuatro veces superior.
Estos grandes paquetes llegan a pesar hasta 70 kilos, por lo que resulta imposible llevarlos a cuestas. De esta manera, muchos porteadores optan por echarlos a rodar. Algunos incluso llevan paquetes rodando y otro en la espalda, aprovechando así en ‘viaje’ para ganar el máximo dinero posible, hasta 50 euros. Frente a este caos y a la falta de control en el tamaño de los bultos, hay empresarios que abogan por establecer de nuevo vigilancia privada para controlar estas medidas y que vuelvan a ser menores, con el objetivo de que un mayor número de porteadores pase un bulto aunque sea de menor medida y, por consiguiente, compensación económica. Consideran que de esta manera el tráfico de porteadores sería mucho más fluido y se beneficiaría mucha más gente, aunque cobrarían menos por viaje.
Tal y como publicó este medio, propietarios y comerciantes, por separado, han pedido ya presupuesto a varias empresas de seguridad para restablecer este servicio en los polígonos.

“Vengo desde Tetuán a diario y llevo un mes sin poder pasar”

“Vengo a diario desde Tetuán y me gasto unos 5 euros en transporte y llevo un mes sin conseguir pasar, y hoy parece que tampoco”, decía desesperado un porteador que se encontraba en la conocida como ‘Calle del Río’, tan cerca y a la vez tan lejos de conseguir el objetivo de llevar un bulto a Marruecos para poder solucionar su economía doméstica por unos días. Pero ayer tampoco pudo ser y se vio obligado a volver a casa con las manos vacías, aunque pensando ya en volverlo a intentar al día siguiente. “¿Qué hago? Si en Marruecos no hay nada y esta es la única manera que tengo de poder meter dinero en mi casa, para mi familia”, decía.
Junto a él, otro porteador explicaba en declaraciones a este medio que tiene más suerte que su compañero y consigue pasar bultos unas dos veces por semana, ganándose cada día “unos 30 euros”. “Con eso por lo menos puedo pagar luz y agua, y a veces ni eso, pero es lo único que puedo hacer para ganar algo de dinero porque en Marruecos la cosa está fatal”, explicaba.
Otros decían que llegan a conseguir hasta 100 euros pasando bultos dos días por semana, por lo que al mes llegan a conseguir unos 400, lo “justo” para poder mantener a su familia en el país vecino. Esta cifra es la que pueden llegar a cobrar marroquíes que cuentan con un empleo regular.
La cantidad que pagan por pasar un bulto u otro varía según la mercancía, por ejemplo, ayer estaban pagando 50 euros por un bulto con mantas y 30 por diez calentadores.
No existe un perfil del porteador, ya que en las colas se pueden encontrar desde universitarios que logran pagar sus estudios a través de esta práctica, hasta padres de familia en desempleo que encuentran en el tráfico de mercancía la única manera de conseguir un ingreso, pasando por personas que han dejado otros trabajos en Marruecos, como camareros o dependientes de tiendas, porque este tráfico de mercancías les reporta más beneficio. Entre los porteadores también hay localizados más de un centenar de ceutíes en situación de desempleo.

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