A Inaer, hasta ahora la única empresa aparentemente interesada en regresar a Ceuta para explotar la línea aérea, le han salido nuevos competidores. Según reconoció Emilio Carreira tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno, hay otras empresas que han establecido ya contactos con la Ciudad, y entre ellas citó a “una cántabra” que está
“insistiendo” en cerrar una reunión con el Ejecutivo. “Contrastaremos con las que muestren interés, pero vamos a procurar que si se restaura el servicio no sea un nuevo ensayo del ‘a ver qué pasa”, advirtió.
En esa elección pesarán, según el consejero, dos factores: que la empresa sea solvente, para evitar nuevos casos como el de la fuga de Ceutahelicopters “sin avisar y sin decir por qué”, y que la Ciudad, a cambio de la aportación económica que ponga sobre la mesa, obtenga algún tipo de beneficio social. El primer condicionante lo cumpliría Inaer, pendiente de una reunión inminente con el presidente de la Ciudad y de la que Carreira cree que los ceutíes “guardan buen recuerdo” por ser “seria y de confianza”. “Es una desgracia que se fuera porque desde entonces hemos ido de mal en peor”, subrayó.
El segundo argumento determinante se cumplirá si la compañía de helicópteros que recupere los vuelos se compromete a garantizar el servicio en casos como el del traslado de enfermos oncológicos, un acuerdo que ya cerró la Ciudad con Ceutahelicopters pero que ésta no llegó a ejecutar porque coincidió con su decisión de hacer las maletas de forma definitiva.
El Gobierno, no obstante, advierte de que las ayudas públicas a los operadores aéreos en un régimen de competencia privado son “muy restrictivas”, circunstancia que obligará a la Ciudad a actuar con cautela para que esa ayuda no provoque “distorsiones”.