Una ceutí al mando en Ferraz

La estrategia de comunicación del PSOE federal pasa desde hace un mes por las manos –y las carpetas, y los móviles, y los teclados...– de una ceutí.

Maritcha Ruiz Mateos ya era desde agosto pasado una de las integrantes del equipo moldeado por Pedro Sánchez cuando su órdago para convertirse en secretario general del partido recibió el respaldo mayoritario de la militancia, pero en marzo la confianza depositada en aquella periodista que en su día se sentara en las aulas del Colegio ‘San Agustín’ y del IES ‘Abyla’ fue crédito y aval suficiente para auparla hasta el cargo de directora de comunicación a nivel nacional. El despacho de la madrileña sede de Ferraz es ahora para ella una especie de su segunda casa porque por delante tiene la titánica tarea de contribuir a que ese candidato de sonrisa amable y hasta hace meses un desconocido logre atravesar a finales de año (para quedarse) el dintel de La Moncloa. No eran precisamente desconocidos. El azar, y una vocación socialista heredada, cruzó la trayectorias de ambos casi por azar hace ya 20 años. Recién desembarcada en Madrid para estudiar Ciencias de la Información, Maritcha decidió afiliarse al PSOE recién cumplidos los 18 años, justo el mismo día en que también lo hacía en Ceuta su madre, Salvadora Mateos, exconcejal en el Ayuntamiento. Consultó los trámites y le recomendaron que lo hiciera en la sede del barrio de Tetuán, donde debía encontrarse con un muchacho que le avalaría. Aquel joven alto que se presentó era Pedro Sánchez, el mismo que hoy aspira a convertirse en presidente del Gobierno. “Él tenía 21 años y yo era una universitaria de 18”, recuerda. Con él y otro grupo de amigos – “la pandilla de Tetuán”, la define– inauguró una etapa política que le llevaría a convertirse en secretaria de Organización de una agrupación que Sánchez dirigiría. No lo imaginaban entonces, pero los caminos de ambos acababan de solaparse. Sin olvidar su compromiso político, Maritcha prefirió concentrarse en su vocación de comunicadora y en alimentar su currículum. Se licenció por la Complutense y sumó másters y cursos hasta convertirse en experta en comunicación política y corporativa, protocolo o relaciones institucionales. Su trayectoria le hizo pasar desde 1998 por el Grupo Prisa, una asociación de consumidores, una fundación de estudios farmacéuticos... “Y también hice prácticas en El Faro”, añade con una sonrisa. Fundó incluso su propia empresa, pero el retorno a la política estaba a punto de fraguarse. “Pedro me confesó como amigo que estaba dispuesto a presentarse a las primarias, que quería cambiar las cosas en el partido, y no lo dudé. Le dije que si daba el paso contase conmigo. Y desde entonces... hasta hoy”, recuerda. Con Sánchez investido secretario general tomó las riendas del área de comunicación digital y, desde el 12 de marzo, de todo el departamento de Prensa. Es, con el apoyo de su equipo y de los responsables de prensa autonómicos, quien define mensajes, elabora estrategias y vela por la difusión del ideario que el PSOE intenta que cale entre el electorado para que se traduzca en cosecha de votos en un año que considera “muy emocionante”. Sus jornadas, asume, son “una locura”, aunque a continuación añade a esa vorágine los apellidos de “locura organizada y cariñosa”. Meses “apasionantes” que asegura que ya han arrancado con “la victoria de Susana Díaz” y concluirán, intuye, “con la recuperación de La Moncloa”. En un mundo en el que imperan los hashtags, la fuerza se puede calibrar en número de retuiteos y los electores devoran redes sociales, la comunicación, más aún la que fluye a través de las redes sociales, se ha convertido en instrumento de poder. Maritcha, experta en esas batallas, lo sabe pero cree que a su favor juega la complicidad del jefe. “Pedro es un auténtico nativo digital. No es de ahora. Antes de ser secretario general ya era un apasionado de las redes sociales. Hay políticos que tienen cuentas gestionadas, pero él no: elabora y publica sus propios mensajes, aunque es normal que cuando la falta de tiempo le desborde le ayudemos”, detalla. Cuenta también con ese torrente regenerador que le ha catapultado hasta tocar la máxima cota de poder dentro del partido. “Pedro Sánchez es el hombre de Estado ahora mismo en España, como se pudo ver en el Debate del Estado de la Nación. Tiene una impresionante oratoria, pero es que además es un hombre de la calle y de su tiempo, que encarna el cambio que la ciudadanía está reclamando. Es también un férreo defensor de una recuperación económica justa, no esa trituradora de derechos que nos trajo el PP. Si González fue el presidente de los derechos y Zapatero el de las libertades, Pedro Sánchez será el de las oportunidades”, augura. La baza, insiste, se la juegan los socialistas en la calle, escuchando y dando respuesta a las inquietudes diarias que atenazan al ciudadano. “Hay una frase de nuestro secretario general muy elocuente: Pedro suele decir que el socialismo se asfixia en los despachos, de ahí que esté convencido de que hay que estar abierto a escuchar, a trabajar por y para el ciudadano”. Esos mensajes son los que Maritcha se encarga de pulir y lanzar a través de Facebook, Twitter, Instagram... “Son valores, una forma de vida que hemos heredado de nuestras familias... El orgullo de ser socialistas”, proclama.

Aquella llamada  a ‘Sálvame’

Según su definición, Pedro Sánchez es alguien que “besa y toca, es cercano y campechano”. Tanto, que recuerda como “algo totalmente espontáneo” aquella famosa llamada al programa Sálvame en pleno debate sobre la polémica fiesta del Toro de la Vega. “Aquello fue muy natural, como es Pedro. Pero hay que quedarse con lo importante: después hubo una proposición no de ley sobre el tema”, recuerda convencida.