Una Biblioteca para lectores de todas las edades

Tenía un interés especial en conocer la Biblioteca de Ceuta, que lleva el nombre del político más interesante de la transición a la democracia en España.

Me refiero a Adolfo Suárez. La biblioteca, a pesar de estar ubicada en una parte muy céntrica de la ciudad, ofrece desde su parte alta unas vistas que permiten contemplar magníficamente Ceuta.
Desde arriba, desde lo más alto del edificio de la biblioteca, podemos contemplar el mar, con vistas que hacen posible divisar Gibraltar. Podemos contemplar todos los montes; en la parte de acá, el de la Mujer Muerta.
Incluso pudimos ver en algunos momentos las diversas direcciones que llevaban los 17 barcos que en ese momento cruzaban el Estrecho. Es una simple apreciación aplicable a otros muchos lugares de Ceuta, con lo que la Biblioteca Adolfo Suárez no da la espalda a nada de lo ceutí.

Seis plantas
Accedemos a la Biblioteca Adolfo Suárez y en la misma entrada lo primero que encontramos es la recepción, atendida perfectamente, a lo largo de las doce horas que está abierta. De nueve de la mañana a nueve de la noche.     
En esta planta cero tenemos la recepción, el servicio de información, el de autopréstamos, el salón de actos y un yacimiento al que dedicaremos un reportaje aparte.     
El salón de actos se utiliza prácticamente como si fuera una sala múltiple donde se dan conferencias, se realizan presentaciones de libros o se montan exposiciones. Es una parte bien aprovechada y muy funcional donde hay lo que tiene que haber, donde nada sobra ni falta nada de lo que es necesario.  

Planta primera
Este espacio es muy interesante porque desde él nos podemos volver, en el tiempo, hasta nuestros años niños o incluso hasta más atrás de nuestro nacimiento. Y es que aquí hay una gran hemeroteca con toda la prensa que ha habido en Ceuta desde 1936. Está perfectamente organizada e incluye todos los periódicos que nacieron en Ceuta, hasta ésos que duraron muy pocos años, que no llegaron a hacer la ‘primera comunión’. Además, en esta sala, tenemos una serie muy interesante de revistas, algunas casi descoloridas ya. Tuvieron una gran importancia en los años 40 o 50 del pasado siglo y conviven con otras que casi están recién salidas de la rotativa. Desde esta primera planta podemos llegar directamente hasta esos yacimientos que hemos citado anteriormente.  

Planta segunda
La podemos considerar como la auténtica ‘planta noble’ del edificio. Es la planta infantil y está destinada a niños de hasta doce años. Ahora bien, los niños a ciertas edades, salvo contadas excepciones, no son muy partidarios de estar en un lugar totalmente controlado. Prefieren el juego. Como en esta biblioteca está todo muy pensado, por eso mismo los niños tienen que estar en esta planta de la biblioteca acompañados por un adulto. Esto implica que la supervisión directa de ese adulto y todo lo demás, especialmente lo relativo a los cuentos que se les narren allí a los más pequeños, correrá a cargo de la persona encargada de esa área. En esta función la señorita Mati es la persona competente y conocedora de todo lo que hay para los niños en la biblioteca. Tuvimos la suerte en nuestra visita a la biblioteca de que fuera precisamente ella la que nos guiara en nuestro recorrido por el edificio, desde la planta cero hasta la sexta, al haber tenido que ausentarse el director José Antonio Alarcón. No podíamos haber tenido mejor guía para llegar hasta el fondo de todo lo que entraña la biblioteca. Con personas así no cabe otra posibilidad que estos organismos funcionen bien, y en el caso de la Biblioteca Adolfo Suárez lo hace como un auténtico reloj de los de marca.  

Plantas tercera y cuarta
Dejamos atrás a los niños y nos encontramos con los mayores. En esta planta está toda la narrativa para adultos. Ahí está todo lo que uno pueda buscar ya que dispone de un fondo bibliotecario de gran importancia. Además cuenta con ordenadores para localizar el volumen que interese a cada usuario. La cuarta planta puede ser considerada la continuación de la anterior, con fondo bibliotecario, fondos de diversas materias y, muy especialmente, la novela narrativa.     
Aquí encontramos aquello que a los niños les puede interesar menos, pero sí atrae a quienes están acostumbrados desde hace años a leer a diario haciendo ellos su propia selección. Es una planta en la que la seriedad se manifiesta por todas sus esquinas. Estamos en una verdadera biblioteca.  

Planta quinta
Esta planta vuelve a ofrecer un espacio para la juventud. Es una planta juvenil, para los chavales a partir de los 13 años. Allí pueden encontrar novelas, música, audiovisuales, elementos que tanto gustan, tanto atraen y ayudan a formar a los jóvenes que ya empiezan a mirar el camino que, no tardando mucho, pueden seguir definitivamente. Además, esta planta se encuentra abierta a la inferior, con lo que se puede acceder de una a otra, aunque guardando esas normas que hacen que la una y la otra, a pesar de quedar muy cercanas, estén perfectamente delimitadas.  

Planta sexta
Aquí se llevan a cabo trabajos internos bibliotecarios. Se establecen todas las marcas para saber de qué obra se trata, catalogarla y colocar el dispositivo de seguridad a cada libro. También es un depósito de libros antiguos, de libros que ya están descatalogados y que conviven con otros que son raros. La sexta planta alberga también las oficinas, el despacho del director, José Antonio Alarcón, la reprografía, la digitalización y todo lo que luego pasará a otras plantas. Podemos considerar esta planta como el principal depósito de libros, que una vez puestos ‘en condiciones’ van a estar en otras plantas, según su especialidad, a disposición de los usuarios.