Una batalla que ganan los culeros

¿Debe haber distinciones entre los detenidos en el control de pasajeros de la estación marítima por la Policía Nacional y los que lo son por la Guardia Civil al resultar sospechosos de ser muleros en el tráfico de drogas? Si el que responde es alguien ajeno a las fuerzas de seguridad o a la administración general del Estado diría que no, porque la lógica apunta a que el tráfico de estupefacientes debe combatirse desde todos los ámbitos posibles con tal de hacer el mayor daño posible a un negocio que lucra a los narcotraficantes a costa de hundir a las familias.

Pues bien, la realidad muestra que el sistema no funciona, al menos en la detección del tráfico de drogas en el puerto. Y esto es así por las trabas continuadas que se producen en torno a los detenidos  de la Policía Nacional por presunto tráfico de drogas. Ahí la norma falla y el imperativo legal se convierte en algo que aprovechan las redes dedicadas al narcotráfico. La alarma la ha tocado la Asociación Unificada de Guardias Civiles -AUGC- que ha denunciado la absoluta discriminación que existe entre los servicios antidroga que hace la Policía Nacional y los que hace la Benemérita por culpa de la forma de actuar que tiene la administración.
Así las cosas, tal y como denuncia la asociación, cuando un individuo es detenido por un policía nacional en el control de pasajeros del puerto, al ser sospechoso de portar drogas en su organismo, debe ser trasladado para la realización de las oportunas radiografías hasta el Hospital de Loma Colmenar. ¿Y qué pasa cuando el detenido lo practica la Benemérita? Que esas mismas radiografías se harán en el puerto, ya que existe una ATS de guardia las 24 horas que depende de Aduanas pero que sólo lleva a cabo pruebas a los detenidos que han sido interceptados por agentes de la Compañía Fiscal.
Así funciona la ley y así surgen las trampas que son aprovechadas por los narcotraficantes. Las competencias, los protocolos y las leyes se convierten en una burla para quienes se dedican al tráfico de estupefacientes a pequeña escala.  AUGC pide explicaciones. ¿Qué diferencia hay entre un detenido por una u otra fuerza de seguridad? Eso es lo que la asociación quiere que se le explique. Si es cuestión de competencias, si los policías no tienen por qué hacer detenciones de culeros, AUGC pide a la Delegación del Gobierno que lo diga con total claridad para que así este Cuerpo se atenga al mandato oficial. “Si un agente de la Nacional, que está colocado en el primero de los filtros del embarque de pasajeros, para a una persona sospechosa de portar drogas, no puede pedir que se le haga la radiografía ahí mismo, en el puerto, como sí hace la Guardia Civil. Esos policías se ven obligados a llevar a los sospechosos hasta el Hospital de Loma Colmenar teniendo al lado un servicio que para ellos no está operativo”, denuncia AUGC. “¿No estamos hablando de una única dirección general, de una administración única... cómo en la práctica suceden estas cosas?”, se pregunta la asociación, que piensa trasladar su queja al Defensor del Pueblo.
Hecha la denuncia, ahora vienen los efectos colaterales. Sucede que en demasiadas ocasiones se presentan policías nacionales con detenidos en el Hospital para la práctica de las radiografías y se topan con un clínico abarrotado de urgencias. ¿El efecto?: más colapso y más carga tanto para los profesionales de sanidad como para quienes esperan ser atendidos. Sucede también que aumenta el riesgo en los operativos. No es la primera vez que uno de estos detenidos se escapa en los traslados al Hospital: “¿Es necesario que se estén corriendo estos riesgos pudiendo hacerse esas mismas pruebas en el mismo puerto?”, señala AUGC. Para más inri sucede también que las sospechas policiales fallan y el sospechoso al final no lo es tal porque no lleva drogas en su interior. Al final se ha obligado a un individuo a tener que esperar horas para cumplirse un trámite que hubiera sido mucho más rápido en la zona portuaria, con los consiguientes problemas de quejas ciudadanas por el trabajo de los agentes. Esa persona, además, habrá pasado por el bochorno de su vida al verse en unas urgencias hospitalarias, flanqueado por dos agentes, como si de un criminal se tratara.
Conocida la queja de AUGC, ‘El Faro’ se ha puesto en contacto con la administración. La respuesta oficial se centra en lo que establece la ley y, “por imperativo legal este servicio está única y exclusivamente para atender a los detenidos por la Compañía Fiscal”. Es decir, que si un guardia civil que no pertenece a esta unidad presenta un detenido en esa zona tampoco se le permitiría la realización de la inspección oportuna por el ATS de guardia. Este tipo de servicios se hacen con cargo a la Agencia Tributaria y aunque se han producido excepciones en alguna ocasión, la ley especifica que ese es el proceder.  Y esa misma ley es la que provoca un derroche económico y de personal por otro lado. AUGC lo explica: “Mientras dos policías tienen que desplazarse al Hospital con el detenido y esperar que se le hagan las pruebas, hay que cubrir ese vacío de seguridad... y al final no hay agentes suficientes para todos los huecos que hay que cubrir. No se tiene en cuenta que esos desplazamientos suponen también un gasto, que podría ahorrarse si el servicio de control sanitario sirviera para todos los detenidos. Aquí debe tratarse de alcanzar un único fin, detener a la mayor parte de culeros y no obligar a duplicar los esfuerzos como se está haciendo”.

“Hay señuelos para los narcotraficantes”

Las organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes conocen a la perfección los defectos y las virtudes de quienes están ahí para vetar el tránsito de drogas hacia la península. Son los primeros en estudiar el funcionamiento de las fuerzas de seguridad y en aprender los huecos vacíos de los que puedan aprovecharse. Y el que ahora denuncia la AUGC es uno. La asociación no se esconde al denunciarlo: los narcos se nutren de “señuelos” para intentar pasar mayor cantidad de droga. Si la Policía Nacional traslada a dos o tres sospechosos de portar droga al Hospital llegará un momento en que los controles aleatorios lo serán aún más, ya que existirá una falta de infraestructura para poder prestar la vigilancia como se debe. No hay policías disponibles para seguir estos trámites y la ecuación tiene un único resultado: puede haber más posibilidad de pase.

Todos los puntos de vista

AUGC

Pide que se anule una ley que cree discriminatoria
La asociación lanza la pregunta, ¿qué pasa si el detenido por la Policía se le entrega a la Guardia Civil y ésta se la entrega a Aduanas? El detenido sí sería aceptado, pero no si lo entrega otra fuerza de seguridad. AUGC considera que existiendo este servicio de control sanitario en la zona portuaria debería atender a todos para hacer una causa común contra el tráfico de estupefacientes. Pide que Delegación aclare el papel que debe jugar la Policía.

Agencia Tributaria

Se cumple lo que marca la ley y tiene turno especial
Aduanas es la competente en este control de drogas que puedan ser pasadas en el interior de organismos. Dispone de un servicio las 24 horas de una ATS para realizar las pruebas radiológicas a los posibles culeros. Por imperativo legal solo sirve para resguardo fiscal de la Guardia Civil, así que no puede realizar este tipo de controles sobre detenidos que se le entreguen por parte de otra fuerza de seguridad o incluso por agentes de la Benemérita pero de distinta sección.

Policía Nacional

Competencias en materia de documentación
Los policías nacionales desarrollan labores de control de documentación en el primero de los filtros en la zona de embarque. Ahí debe por competencia parar su labor, pero eso no impide que haya policías que en ese trabajo detecten a personas que les resulta sospechosas de portar algún tipo de droga. Pues bien, en este caso, la Policía debe trasladar al sospechoso al Hospital de Loma Colmenar que está en la otra punta de la ciudad ya que no puede hacer uso del servicio sanitario del puerto.

Guardia Civil

Competencias en materia fiscal en el puerto
Los agentes de la Benemérita desarrollan labores en el puerto en materia fiscal. Registran vehículos y personas en busca de drogas, evitando así el traslado de pequeñas o grandes cantidades a la península. En un filtro, ayudados de canes antinarcóticos, controlan la salida de sustancias ocultas en vehículos. Arriba de la estación marítima, en el embarque de pasajeros, controlan el posible tráfico de culeros o de droga adosada al cuerpo.