Un mal con remedio ... pero sin medios

Hay un dolor, que es el de la mente que llega a superar en muchos casos la gravedad del físico. Es el dolor también de la vergüenza, aunque poco a poco se ha ido desestigmatizando una dolencia que durante siglos se guardó en las despensas de los hogares bajo llave, sin tratamientos, sin atenciones y seguramente sin intenciones de convertirla en la enfermedad de la locura que tantas veces cuesta reconocer.

“Todos tenemos un punto”, explican las psicólogas que cada día comparten su vida con familiares y personas afectadas por alguna enfermedad mental en ACEFEP. Pero ese “puntito” sigue en muchos casos intentando mantenerse en el anonimato y muchos ceutíes deciden acudir a Algeciras al especialista o simplemente no se sacan el certificado de discapacidad “porque el estigma social sigue existiendo”. Los últimos acontecimientos sobre el traslado de varios enfermos psíquicos a la península al denunciar los hermanos franciscanos de la Cruz Blanca la falta de instalaciones adecuadas para ellos, ha puesto en entredicho la escasez de los recursos psiquiátricos de la Ciudad. En la mente de todos, la eterna polémica sobre si la reforma psiquiátrica ha sido o no adecuada. Sin manicomios. Sin psiquiátricos. Y con unas familias responsables de los cuidados de unos enfermos a los que la sociedad ha querido hacer invisibles durante mucho tiempo.
El caso de Cruz Blanca ha destapado una caja de Pandora en la que cientos de personas “afrontan prácticamente solas” un problema que cada vez afecta más a la población: una de cada cuatro personas sufre un trastorno mental a lo largo de su vida. La tela es amplia y el juicio ha comenzado. Los recursos para atenderles se han puesto en tela de juicio mientras desde las administraciones se ha fijado el compromiso de solucionar unas carencias que todos reconocen y que se llevan denunciando desde hace mucho tiempo. Dependiente del Ingesa existe la unidad de hospitalización de agudos ubicada en el Universitario con ocho camas y el Equipo de Salud Mental situado en Centro de Atención Primaria de Otero. En la actualidad  contamos con un psiquiatra destinado en el hospital y dos psicólogos y un psiquiatra en el Equipo de Salud Mental de Otero. En julio se incorporará un nuevo especialista en Psiquiatría. La tasa media de psiquiatras  en la mayoría de comunidades autónomas de España es  aproximadamente de 1 por cada 15.000 habitantes en Ceuta nos situamos en 1 por cada 40.000, muy por debajo de la media. Existen además otros dispositivos dependientes de la Ciudad que dan cobertura a personas  con patología psíquica como son FEAPS o ACEFEP. Y la Ciudad tiene un convenio con un hospital malagueño, San Francisco de Asís, con 17 plazas concertadas de ingreso llevado a cabo por informes médicos o resolución judicial que está completo pero para el que se prevé incrementar tres plazas más de manera inmediata tal y como ha explicado la consejera en funciones del área, Adela Nieto.

Hay que ocuparse
No hay más. Cruz Blanca advirtió que lo único que podría hacer con las personas que atendía sería trasladarlas a la península porque aquí no había espacio. La Ciudad, tras las quejas de los familiares, solucionó el problema de manera transitoria y con el objetivo de trabajar para conseguir paliar las carencias de manera definitiva. Pide unidad de las partes implicadas y remar en la misma dirección. El Imserso apuesta por desarrollar un estudio de las necesidades reales y en base a eso, seguir trabajando. Todos están de acuerdo. Sobre todo, los familiares y los enfermos. Decía Benavente que si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escaparíamos de estar encerrados por locos. ¿Y qué es la locura? Sea lo que fuere, lo que parece de locos es que ante patologías graves, las familias e incluso los enfermos, se encuentren solos.

 

ACEFEP: “No hay que preocuparse, hay que ocuparse”

La Asociación Ceutí de Familiares y Personas con Enfermedad Mental está ahí. Y menos mal. Eso es lo que piensan cientos de familiares con los que Ana Belén Nuñez y Verónica García Berlanga, psicólogas de ACEFEP, comparten la cotidianeidad de la vida de estos enfermos, sus problemas...y sus tragedias. ¿Lo peor? “Sin duda tener que explicarles que les entiendes, que eres consciente de la angustia constante que salpica sus días, pero que no podemos hacer nada más. Es muy triste. Pero es lo que hay”. Y lo que hay es que no hay nada. Ningún dispositivo intermedio que permita a esos enfermos y a esas familias respirar, saber que están y estarán bien atendidos el día de mañana, cuando no tengan a nadie que pueda tutelarles. “Es injusto. Muy injusto. Y no puedes explicarles nada más que eso. Ves cada día que por el hecho de residir en Ceuta y no en Andalucía, a pocos kilómetros, tu vida se reduzca tanto. Se les están negando unos derechos, así de simple”. Ellas llevan mucho tiempo luchando, justo al resto de personal de la asociación, por ese derecho. “Si tengo un hijo con una enfermedad mental, tendrá mejor recuperación en Algeciras que en Ceuta, porque posee una red de servicios públicos a años luz de la que hay aquí”, explican. Sin diligentes, atienden a las personas que acuden a una sede repleta de humedades con la mejor de las sonrisas que intentan no dejar que se desvanezca cuando se topan de bruces con la imposibilidad de poder ayudarles más de lo que lo hacen. Talleres de manualidades, óleo, narrativa, historia, debates, videos forum, charlas en institutos para explicar que las enfermedades mentales son más comunes que el cáncer. Piden medios. “Entre un centro de rehabilitación psicosocial y una unidad de agudos hay miles de dispositivos intermedios”. Todos los que caen en una enfermedad mental tienen algo común: el miedo. A estar sólos, a volver a tener un brote, a no poder hacer vida normal, a quedarse solos, a la angustia... desde ACEFEP aseguran que la mental, es la enfermedad más ingrata. Los mismos enfermos se culpan. No son delincuentes. Ni están locos. “No hay que dramatizar, hay que actuar. No hay que preocuparse. Hay que ocuparse”. Y con estas premisas, desde ACEFEP animan a los afectados a unirse para luchar con contundencia por el derecho a una atención. Porque todos tenemos un punto. Y punto.

 

Esta semana comenzarán a reunirse Ciudad e Imserso para resolver la problemática planteada
Todas las partes están de acuerdo y eso ya es un punto ganado. Hace falta un centro que atienda a estas personas. El INGESA contará con un nuevo psiquiatra. La Consejería de Sanidad llevará a Consejo de Gobierno el incremento en tres plazas más para el hospital malagueño en el que se internan los casos más graves de estas patologías ya que hay lista de espera de dos personas y las 17 plazas, conveniadas por valor de 405.000 euros anuales, no son suficientes. Nazaret acogerá a 15 personas con discapacidad psíquica (dolencia en la que se engloba la enfermedad mental por una parte y la intelectual por otra) que siguen en Cruz Blanca hasta que se encuentre un lugar para acoger a todas estas personas sin que tengan que ir a Málaga o ir continuamente de Urgencias sus casas o viceversa. Se están dando pequeños pasos pero siguen siendo insuficientes tal y como explican los afectados. Las opciones son varias y desde la Ciudad la consejera en funciones, Rabea Mohamed, ha anunciado que se reunirá con Imserso y partes implicadas para analizar concienzudamente la mejor solución. Un nuevo centro o la recuperación de algún espacio como el Hospital Militar son las opciones que más suenan. Hay voluntad pero la realidad es que el tiempo  de espera para que el psiquiatra cite supera los  40 días. Que son las familias en Ceuta las que atienden a estos enfermos y que la carencia sigue estando aunque se vaya parcheando. La voluntad es firme. Al tiempo.

 

“Ceuta necesita una dotación acorde a sus necesidades”
Alberto Fuentes llegó del Hospital Reina Sofía de Córdoba a Ceuta hace ya 16 años para desempeñar su carrera profesional como psiquiatra. Sabe de lo que habla. Por sus manos pasan la mayor parte de los ceutíes que sufren dolencias psíquicas. “Ellos me han enseñado que el dolor de la mente puede acarrear más sufrimiento que el físico”. Habla sin tapujos sobre la situación de sobrecarga laboral que existe en el área.
–¿Cree insuficiente los recursos humanos existentes en Ceuta para atender estas patologías?
–La tasa media de psiquiatras  en la mayoría de comunidades autónomas de España es  aproximadamente de 1 por cada 15.000 habitantes, por tanto creo que estamos muy por debajo de esa media ya que somos dos en la actualidad. Sin ir más lejos el Campo de Gibraltar cuenta con 17 psiquiatras y dos residentes en psiquiatría para 260.000 habitantes aproximadamente. Esto tiene como consecuencia que el número de pacientes que atendemos como primera consulta  triplique a los atendidos en el resto del país.
–Parece que no sólo humanos, sino materiales, también son insuficientes. ¿Las autoridades sanitarias del Ingesa en Madrid son conocedoras de estas deficiencias?
–Por supuesto, y así se lo he hecho saber públicamente en alguna ocasión al Subdirector del Ingesa y también la Dirección Gerencia y la Dirección Médica del Hospital aseguran haberse hecho eco de esta reclamación. También es cierto que en los últimos meses parece existir un esfuerzo  por parte de la Administración para la dotación de personal para  la psiquiatría en Ceuta con la contratación inminente de un nuevo psiquiatra y la dotación de personal de enfermería exclusivo en la planta de hospitalización. Esperemos que este sea un primer paso para ir consiguiendo cada vez una dotación más acorde con las necesidades de la Ciudad.
–¿De qué dispositivos carece Ceuta con respecto a otras ciudades de la España?
–No existe un hospital de día, aunque una labor muy similar la realizan  en el centro de Acefep. Eso sí con unas infraestructuras muy deficientes y un sobre esfuerzo físico e imaginativo que decir que es de admiración es quedarse muy corto y a los que aprovecho para felicitarles y seguirles animando. Tampoco tenemos una unidad de salud mental infanto-juvenil, una unidad de media estancia (camas de hospitalización para ingresos superiores al mes de hospitalización que es en teoría para lo que está destinada la unidad de hospitalización de agudos), pisos protegidos...
–¿Es factible esta infraestructura psiquiátrica en Ceuta?
–Hay que aceptar que es imposible reclamar las mismas dotaciones para Ceuta que las existentes en una gran comunidad autónoma. Ceuta tiene la particularidad de la insularidad y 80.000 habitantes. Por ejemplo en Córdoba y provincia, en la que se atiende a 750.000 habitantes hay una Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil. Por tanto,visto desde fuera  pedir una unidad de salud mental infantil para Ceuta parece disparatado. Pero también es cierto que ningún psiquiatra ni psicólogo de un Equipo de Salud Mental de adultos, como el existente en Ceuta en Otero, atiende en Andalucía a un menor de 18 años y eso sí lo hacemos en Ceuta. Esa exigencia es una de las muchas que recae sobre nosotros. Pero además nos vemos “obligados”, a dar solución a muy distintos problemas que en esas comunidades autónomas mayores quedan muy diluídos. Desde la psiquiatría infantil a la que nos referíamos, pasando por la atención de patología dual (patología psiquiátrica unida a consumo de tóxicos), psiquiatría legal como asesor de los forenses y de los jueces, atención de patología psíquicas en las residencias de mayores, atención psiquiátrica de los centros de minusválidos psíquicos (Apros, Cruz-Blanca), de los centros de menores,  y además ofrecer una cobertura de guardias localizadas en psiquiatría los 365 días del año. Por tanto, no sería justo reclamar la misma dotación que la existente en Madrid, pero tampoco parece razonable que todo esto sea llevado a cabo con los medios que contamos.
–¿Qué cree haría falta?
–El Dr.Rojas Marcos, que fue durante años el encargado de los Servicios de Salud Mental en Nueva York  y en los que yo realicé un  rotatorio durante 4 meses, dijo hace unos días que la reforma psiquiátrica en Estados Unidos y en España se había hecho mal. Afirma que la atención del enfermo psiquiátrico había recaído en las familias. Este es un aspecto al que nos enfrentamos a diario y que cada vez nos preocupa más:¿qué va a ocurrir con los pacientes cuando los padres octogenarios que  hoy cuidan de ellos no estén? Hace unos días, uno de estos padres que tiene un hijo en Cruz-Blanca, me decía que se llevaban a su hijo a Huesca, y que posiblemente no se verían nunca más porque él sólo había ido a Algeciras en dos ocasiones. ¿Es moralmente aceptable que porque tu hijo tenga una enfermedad psíquica tengas que renunciar a él? ¿Aceptaríamos eso si se tratase de un enfermo renal? Hoy felizmente parece que la Ciudad Autónoma ha resuelto el problema. Pero da la impresión que se ha hecho de forma improvisada y bajo presión. Yo invitaría a la Ciudad Autónoma, a la Administración central y a los distintos ministerios, que realizaran un esfuerzo y pensaran en soluciones eficaces para un colectivo que afecta a muchos ciudadanos de Ceuta y comenzaría por buscarles una ubicación digna.

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