Un joven de 27 años denuncia que ningún médico en Ceuta le quiere operar las piernas

Lleva 2 años en lista de espera para curarse una necrosis vascular provocada por un mal tratamiento para la enfermedad de Crohn.

Salvador Sánchez Rivera tiene 27 años y necesita una operación en ambas piernas para recuperar su vida. Convive con el dolor día a día mientras espera una respuesta, una llamada que no llega. Dos años en lista de espera para una operación preferente, que no urgente, y que a cada puerta que llama o no se abre o le mandan a otra. Acude a El Faro con su hermana Mª Ángeles para hacer un llamamiento desesperado. Dos años sin que ningún médico en Ceuta prácticamente se atreva a operarle de una necrosis vascular en las caderas derivada, afirma, de una mala medicación para tratar la enfermedad de Crohn que padece.
Este joven dice no entender por qué ningún médico le quiere operar en Ceuta. Recuerda que le enviaron a un hospital de Sevilla, donde rechazaron su caso porque la operación que necesita se puede realizar en nuestra ciudad o en alguno de los hospitales de referencia, el Puerta del Mar o el Puerta de Europa. Desde agosto él o su hermana acude a diario al hospital para conocer el estado de la tramitación de su caso, sin respuesta hasta el momento.
“Todo son excusas y pasarse la pelota de un lado a otro”, lamenta el joven Salvador, mientras que su hermana explica que han intentado incluso hablar con el propio director territorial del Ingesa, Fernando Pérez Padilla, “pero a lo máximo que he llegado es a hablar con el secretario”. También quiso reunirse con el presidente Vivas, pero debería esperar al menos cuatro meses para que le recibiera.

50.000 euros por lo privado
Salvador y su familia han recurrido también a la vía privada para saber si la operación es viable. En Ceuta los facultativos le desaconsejaban operarse, debido a la enfermedad de Crohn, pero su médico de Digestivo asegura que con la medicación y esta enfermedad estabilizada la operación es viable. En Sevilla, los facultativos son de la misma opinión e incluso le aseguraron a este joven de 27 años que su vida daría un vuelco. Pero en Ceuta “todo son excusas” y no le quieren operar. Pero una operación por lo privado costaría más de 50.000 euros.
“Si tuviéramos dinero nos buscaríamos la vida para pagar la operación. Pero es una intervención que puede hacerse por la seguridad social y no quieren”, lamenta Mª Ángeles.
Cree que debe ser el único caso que se ha presentado de estas características en la ciudad, y por ello ningún médico local “quiere arriesgarse”. Salvador asegura que incluso estaría dispuesto a firmar un documento en el que se haría responsable de cualquier complicación que pudiera presentarse en la operación, pero ni por esas.

Un mal tratamiento
Padece la enfermedad de Crohn una dolencia clasificada como enfermedades raras. Un mal tratamiento inicial de esta dolencia, a base de corticoides durante cinco años, le provocó, asegura él y su hermana, en una necrosis vascular que le afectó a una de las piernas. El dolor y la cojera terminó por afectar a la otra pierna y ahora apenas puede andar y hacer vida normal.
Durante este tipo ha sido sometido a infiltraciones, con un coste de unos 800 euros cada una, doce operaciones quirúrgicas por fístulas y padece osteoporosis. Tiene dificultad para andar, convive con el dolor a diario, como así también son las visitas a Urgencias cuando no puede soportar el dolor. “Me ponen una inyección y así puedo dormir durante cuatro horas que hace efecto. No puedo ni siquiera agacharme”, explica.
Incluso uno de los médicos que le atendió, prácticamente, le condenaba a una silla de ruedas. Un chico deportista y con mucha actividad, recuerda su hermana Mª Ángeles, que ahora se ha visto limitado por una enfermedad que aún con solución, nadie se la quiere dar. “La enfermedad no solamente le afecta a él sino a toda la familia, especialmente, le afecta psicológicamente por el dolor que tiene que sufrir todos los días. No puede jugar con su hijo y tiene que trabajar”, explica.
Este tiempo de espera está deteriorando su cuerpo a pasos agigantados. Salvador explica que como no puede andar bien la columna vertebral sufre y ya tiene una de las vértebras ‘aplastada’. “Yo jamás he tenido desviación de columna hasta ahora”, afirma.
Ni él ni su hermana ni su familia se pueden explicar cómo una operación que es factible y viable puede tardar tanto en tramitarse. “El caso de mi hermano debería ser urgente y se lo han puesto como preferente”, lamenta. Mientras esa llamada para ingresar y operarse se produce, Salvador piensa en todos aquellos casos en los que otros, con su misma dolencia, tras operarse han recuperado su vida. Esa vida que él, con 27 años debería llevar y no puede. “Me han dicho que deportistas y bomberos se han operado de lo mismo que yo y pueden hacer vida normal. Pero a mí me dicen que me haga con una silla de ruedas”.

Un llamamiento desesperado

Han tocado todas las puertas sin que nadie le dé una respuesta. “Si no dan una excusa, falta un papel o un informe no está bien hecho...”, afirma Salvador Sánchez Rivero, quien incluso ha dado a conocer su caso a través de las redes sociales. En el periplo de puerta a puerta le acompaña su hermana Mª Ángeles quien reconoce que en algunas ocasiones “se pierde la paciencia”. Desde agosto acude casi todos los días al hospital, ha ido a la Dirección Territorial del Ingesa sin que por el momento haya podido explicarle el caso de su hermano al director territorial. “Ya no sabemos a dónde más acudir, salvo dar a conocer el caso para ver si alguien reacciona o a alguien se le mueve la conciencia”, explica Mª Ángeles.