Pendiente de una operación, el paciente teme que se retrase después de 15 días en el clínico.
Francisco Sánchez Hervás, ingresado en la segunda planta del Hospital Universitario del Ingesa, donde espera para ser intervenido por el servicio de Urología, presentó una queja ante Atención al Paciente porque sufre un enfriamiento que, sostiene, le provoca estados febriles de 39º por el efecto del aire acondicionado en su habitación.
“El jueves pasado tuve una especie de lipotimia cuando conectaron el aire acondicionado; hay pacientes que han puesto papel de periódico en el conducto para tener menos frío”, explica Sánchez. Tras su protesta formal, recuerda que recibió la visita de una supervisora y del personal de mantenimiento, quienes dijeron que todo estaba correcto, normalidad que el hospitalizado niega.
El principal temor de Sánchez responde a que la dirección médica pueda retrasar su operación, para la que calcula llevar ingresado 15 días, o que surjan complicaciones en el transcurso de la intervención quirúrgica.
El ingresado aclara que el servicio prestado por el personal sanitario es excelente y defiende que el verdadero responsable de su situación es la Dirección del hospital y aquellos que le asignaron para esta función. Este usuario del Ingesa avanza que está dispuesto a denunciar al hospital cuando reciba el alta.