Un agente de la Guardia Civil ha presentado dos denuncias, una ante la Agencia Española de Protección de Datos y otra ante el Colegio Oficial de Médicos de Ceuta, por lo que considera “una grave vulneración” de sus derechos tras constatar la difusión, sin su consentimiento,
del resultado de una evaluación médica a la que fue sometido. Las acciones emprendidas se dirigen, en concreto, contra el coronel médico que ejerce como director de la Clínica Militar de Ceuta, el centro sanitario en el que se le practicaron las pruebas.
Los hechos se remontan al mes de abril, cuando el denunciante fue requerido para someterse a un examen médico que corroborase la situación de baja laboral en el Cuerpo en la que se encuentra desde el mes de julio de 2012. Tras el reconocimiento, el jefe del Servicio de Psiquiatría-Psicología de la Clínica, también coronel, emitió el preceptivo informe, con fecha 2 de mayo, que fue entregado al agente en mano en la sede de la Comandancia de la Guardia Civil. En el sobre lacrado, bajo la leyenda Confidencial, figura claramente que contiene “información de carácter personal” y que “por ello sólo podrán tener acceso a su contenido el destinatario y las personas expresamente autorizadas, todo ello en cumplimiento de la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de Diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal”.
Hasta ese momento la historia no se desvía del cauce habitual. Sin embargo, un hecho fortuito hace sospechar al agente que sus derechos han sido vulnerados. Semanas después de recibir el informe le es entregado, de nuevo, una copia del mismo con los resultados de la exploración. Sin embargo, esta vez la carátula revela que en verdad se trata de una comunicación interna entre el coronel médico director de la Clínica Militar y el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, superior máximo del afectado, en la que el primero informa al segundo del contenido del examen psiquiátrico, en teoría confidencial y al que no debería tener acceso. El documento llega a manos del afectado por casualidad, al interpretar la persona que gestionó la documentación que era el agente, y no el teniente coronel, el destinatario del escrito.
En la denuncia presentada ante la Agencia Española de Protección de Datos, el afectado exige el “inicio del procedimiento sancionador o de infracción de las Administraciones Públicas” contra el coronel médico que dirige la Clínica Militar de Ceuta, al que acusa de remitir sin su consentimiento el informe a su mando. En el escrito, al que ha tenido acceso El Faro, alega que la máxima autoridad de la Comandancia “no debería tener acceso [al informe médico] porque ninguna norma le habilita para ello” ni se le ha otorgado “consentimiento” para “la cesión” de los mismos. Además, recuerda que no es “médico que deba seguir mi tratamiento ni instructor de expediente alguno”, circunstancias que, considera, ratifican la vulneración de sus derechos. También insiste en que “no existe rango de ley que ampare la cesión de datos a esa persona” y que no fue informado en ningún momento de que el documento confidencial llegaría a manos de su máximo superior. “De no haberse producido el error, ni tan siquiera hubiese conocido que se estaban cediendo mis datos”, subraya en la denuncia.
En el escrito dirigido a la presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Ceuta, el agente reproduce esos argumentos y añade que en el documento supuestamente filtrado se reproduce su “estado de salud”, pero también “conversaciones privadas mantenidas ya no sólo en dicha valoración, sino en seguimientos por parte de otros especialistas”. Incide también en que el escrito remitido al teniente coronel viene “sin sobre alguno ni indicación de confidencialidad, teniendo acceso cualquier oficinista de la Comandancia”.
El agente considera que se han infringido las leyes de protección de datos en el ámbito sanitario, la Carta Europea de Derechos de los Pacientes y el Código de Deontología Médica. “¿Cómo puedo fiarme ahora del especialista que me está atendiendo y de que la información que le estoy facilitando no llega a menos de mis jefes?”, se pregunta el afectado en el escrito.
“No quieren que se reincorpore; quieren hacer daño por sistema”
La familia del agente afectado no duda al asegurar que la supuesta filtración del informe médico es fruto “de la amistad” que une al coronel médico que dirige la Clínica Militar y al teniente coronel de la Guardia Civil. Y va más allá al asegurar que el objetivo es que “no quieren que se reincorpore y quieren hacer daño por sistema”. Denuncian que el agente es fruto de una “persecución” desde septiembre de 2011, cuando fue detenido por Asuntos Internos y acusado de varios delitos, entre ellos el de blanqueo de capitales. Desde entonces, el caso está en manos de la Fiscalía, sin que hasta el momento se hayan decretado medidas cautelares ni laborales. Pese a ello, su familia asegura que le han hecho “la vida imposible”, incluyendo una baja psicológica. “Cuando le dieron el alta la presentó, pero el agente al frente del botiquín y de la tramitación de altas y bajas se negó a aceptarla”, por lo que presentó una denuncia en marzo de 2012. “Son tretas para fastidiar. Dicen que no se puede reincorporar por la alarma social de su caso y le quieren obligar a que deje su destino en Ceuta y que coja otro en la península, con el consiguiente perjuicio personal y económico. Se lo inventan todo, no hay base”, aseguran.
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