Sabes que nunca te he mentido. Por dos motivos. Uno por que eres un buen amigo y por otro lado, por mi edad. Pero yo realmente no tengo documentación. Aunque parezca mentira nunca he podido identificarme ante ninguna autoridad. He procurado no meterme en líos. Sabes que tengo hijos pero si miras bien sus documentaciones son sólo hijos de mi querida compañera. Ella era la única que sabía toda mi historia.
Con los años que tengo me importa poco que más gente lo sepa y por esto te voy a relatar todo lo que se de mí. Eran los año 50 cuando al despertarme tuve unas imágenes que todavía están grabadas en mi quebradiza memoria. Mucho mar. Unas gaviotas. Yo completamente empapado de agua. No me podía mover del lugar. La siguiente escena que recuerdo fue estar debajo de una jaima gigante. Tenía al lado un hombre mayor con mucha barba. Me encontraba boca abajo con mi torso desnudo. Me estaba echando una pasta por toda mi espalda. Tenía mucha sed. Y él con un paño blanco empapado en agua me ponía en mi boca para que pudiera chupar poco a poco. No comprendía lo que decía aunque por sus gestos fui asimilando que debía quedarme quieto. Tenía unas heridas muy grandes por todo mi cuerpo. Mis labios estaban agrietados. Eran signos evidentes de haber sufrido una prolongada exposición al sol.
“Yo siempre he ayudado a todos los que he podido. Incluso a ti, para que puedas publicar una hermosa y secreta historia”
Allí junto a mí había muchos niños, mujeres y hombres. Se iban relevando en mi cuidado. Fueron muchos días hasta que pude levantarme y hacer mi vida normal. Aprendí su idioma. Fueron muchos años con ellos. Estaba por la parte de Tánger. Nos dedicábamos al comercio. Teníamos animales: burros, caballos, vacas, y un largo etc. Se veían con un alto grado tanto de cultura como monetaria. Me dijeron si quería entrar en Ceuta y yo les dije que sí. Me pusieron en antecedente que no tenía ninguna documentación y que tendría que entrar oculto. Y así fue.
Llevando un burro por el monte acompañado de Hassan ese hombre grandísimo y con barbas que me curó. Y una vez que estuve aquí él fue quien me empezó a aleccionar de cómo buscarme la vida. Pasar de un lado a otro por la noche, traer cosas hacia aquí venderlas y luego volver. Pero aunque estuve muchos años ya me establecí aquí. Tenía el inconveniente de la documentación. Pero tuve mucha suerte como ya he dicho. Nunca me la han pedido. Mi mujer lo achaca todo a que soy muy guapo. Pero creo que es por mi suerte. Todo lo que tocó lo convierto en oro. Soy un pequeño Rey Midas. Ella asumió tener hijos conmigo y ponerle sus apellidos. Todos son muy guapos. Se parecen a la madre. Yo siempre he ayudado a todos los que he podido. Incluso a ti para que puedas publicar una hermosa y secreta historia sobre un personaje enigmático y buen amigo como soy yo.