Un detenido tras una persecución policial en las calles del centro

La Policía Local capturó la pasada madrugada a un joven fugado tras no atender el alto en la zona del botellón

La escena era propia de una película policiaca no apta para menores. Sirenas, frenazos, gritos, persecuciones en auto, a pie, y hasta la colisión de un zeta sobre el escaparate de un comercio céntrico. Los vecinos no daban crédito. Era la noche víspera de festivo y en las calles Solís, Sargento Mena y General Aranda apenas se oían voces en el interior de algún establecimiento abierto solo para los íntimos. El sonido de la sirena de un coche patrulla fue el contraste que cortó el sosiego de las horas previas  a la celebración del Eid al-Adha.

“A mí me ha hecho acercarme aquí el sonido de la sirena –explicaba el guardia de una obra cercana– que no callaba, y seguía, seguía y seguía en un mismo lugar, sin moverse”. Se trataba del lugar de los hechos. El primer escenario estaba en la calle Solís, donde un coche patrulla lucía con el morro dañado tras haber colisionado con el escaparte del comercio Nola. “Yo sé lo que ha pasado –murmuraba un transeúnte al periodista–. Te cedo las fotos, pero a cambio me tienes que dar 20 euros”.
No era el dinero, era que la verdadera foto, la verdadera historia, estaba sucediendo en otro lugar, una calle más arriba, en el edificio de Caja Madrid. Pero ese detalle, a esa altura de la noche, era desconocido. El segundo escenario de impacto estaba Sargento Mena abajo, en el cruce con La Marina. Un todoterreno permanecía con las puertas abiertas custodiado por varios agentes de la Policía Local. De sus altavoces salía música propia de una discoteca periférica. Ambos escenarios, juntos, empezaban a dar algún sentido.

La calle Sargento Mena había sido el punto de inflexión de dos modalidades persecutorias: en auto y a pie. La historia fue recomponiéndose en un orden lineal de tiempo. El detonante de la persecución había sido la desobediencia a un alto de la Policía Local en la zona del botellón de La Marina. Dos jóvenes se habían dado a la fuga en dirección hacia las Puertas del Campo. A la altura del cruce quedó frenado el todoterreno, del que se aperaron los dos jóvenes dejando sus pertenencias en el interior. Y a correr.

En las calles quedaban los rastros de la persecución. El zeta empotrado tras intentar cerrar el paso de un infractor y los dos jóvenes, uno huido y otro cazado en el tercero de los escenarios: el interior del número dos de General Aranda, que estaba siendo el lugar verdaderamente sustancioso de la noche de persecuciones. El colofón culminaba, aunque ajeno al conocimiento de los vecinos. Los ruidos eran los propios de una película policiaca en pleno centro de la ciudad. Pero, ¿por qué?, se preguntaban todos, también los contactos del detenido que llamaban con pertinacia al teléfono móvil abandonado en el interior del todoterreno. “Hui porque no tengo permiso de conducir”, informó un agente que había alegado el conductor del auto fugado. Ahora le toca al juez, que es quien aportará la verdad.

Secuencia de los hechos
2:50
Minutos antes de las 3:00 de la madrugada de ayer, una patrulla de la Policía Local da el alto a un vehículo en la zona del botellón, que declina atender la orden de las autoridades y se da a la fuga en dirección a las Puertas del Campo. Los agentes inician la persecución.
3:00
En el vehículo fugado viajan dos jóvenes que no se arredran de la situación y continúan por La Marina en dirección Este. Son alrededor de las 3:00 y la patrulla de la Policía Local ha puesto en aviso de la fuga a todos las patrullas que operan de madrugada. Por causas desconocidas, los jóvenes frenan en el cruce de Sargento Mena y abandonan el vehículo, iniciando la huida a pie.  
3:05
En el operativo de emergencia puesto en marcha por la Policía Local hay ya participando cuatro zetas. Con el copiloto huido y en paradero desconocido, los agentes focalizan sus esfuerzos en el piloto, que corretea por las calles Sargento Mena y Solís, vía donde un coche patrulla colisiona con el escaparate de Nolan al tratar de cerrar el paso al joven huido.   
3:20
El joven es capturado en el interior del número 2 de General Aranda, donde se había escondido, finalizando así la persecución.