El Partido Popular ya nos había dado pistas suficientes con el caso Gürtel o con la asignatura de Educación para la Ciudadanía sobre la poca costumbre que tiene de cumplir las leyes, y ha seguido en su línea llevando al Tribunal Constitucional la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, demostrando un escaso talante democrático y una absoluta falta de respeto a las instituciones y a los ciudadanos. Es indignante que dirigentes políticos con importantes responsabilidades institucionales, miembros de un partido que se quiere presentar antes los ciudadanos como alternativa de gobierno se comporten de este modo tan irresponsable, es lamentable que sea necesario recordar al Partido Popular que en democracia todos estamos obligados a cumplir las leyes aprobadas por las Cortes.
Habrá que preguntarle a Rajoy si forma parte de su proyecto de país el que cada ciudadano decida por sí mismo, y en función de sus propios intereses, si cumple o no con las leyes, o si ésta es una prerrogativa exclusiva de los dirigentes de su partido. Lo único claro en todo esto es el escaso respeto que están demostrando los dirigentes de la derecha por el Estado de Derecho, y su curioso concepto de la democracia.
En cualquier caso, centrándome en esta última ley, hay que destacar que en ella se recogen las recomendaciones en materia de interrupción voluntaria del embarazo que realizan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo de Europa, homologando nuestra legislación a la existente en 20 de los países de la Unión Europea, entre ellos Alemania, Francia o Italia, donde sus leyes están vigentes desde los años ochenta.
Creo que el problema es que en el PP sobra demagogia y falta sentido común para reconocer que las mujeres están plenamente capacitadas para decidir sobre su propia maternidad de un modo responsable y coherente.
Esta ley es necesaria, ya que busca, sobre todo, luchar contra el imparable aumento de los embarazos no deseados, mejorar la seguridad jurídica de mujeres y profesionales, y velar por la dignidad de las mujeres, ya que acaba con los vacíos legales de la anterior ley, que sólo creaban inseguridad y clandestinidad.