Un ceutí injustamente olvidado: Ángel Ruiz Lillo

Aunque siempre es bienvenido homenajear a un artista, pues, con algunas excepciones, como ha sucedido con mi querido amigo el historiador Paco Sánchez, en esta tierra nuestra se festejan a los que no pasan de aprendices, de ahí que en el año que se nos va la ciudad ha perdido oportunidad de celebrar el 80 aniversario del nacimiento de uno de los más importantes en el dominio de lo plástico. Él y Elena Álvarez Laverón forman un duo del que deberíamos mostrarnos más que honrados. A ella sí le ha venido el reconocimiento, aunque también con demora; él murió sintiéndose ignorado por sus paisanos y hasta despreciado por una derecha inculta y una izquierda pusilánime. De Elena, por suerte, contamos con algo de su obra; de Angel, absolutamente nada.
En efecto, Ángel Ruiz Lillo, por desgracia (y eso se evidencia)es el gran desconocido, incluso para los iguales de su profesión; por eso cuando la Asamblea ceutí se muestra tan  generosa en etiquetar calles y plazas (o los restitos de calles y plazas) con un variopinto número de personajes, muchos de los cuales no fueron merecedores de la mínima estimación ciudadana, debería pensar en tantos trasterrados caballas, como fue Lillo, más auténticos en el amor a su pueblo que los que acostumbran a pasear el Revellín con aires de marquesones. Estoy seguro de que a nuestro artista todo eso de ver su nombre en azulejos trianeros se lo pasaría por el forro, sobre todo cuando sabemos que quien le da nombre a una calle hoy, dentro de diez o quince años, esos azulejos pueden estar en un derribo. Ya sugerí que como la vanidad humana es tan escandalosamente obscena y no hay quien renuncie a verse inmortalizado con estas etiquetas de mampostería (no nos basta con la lápida en Santa Catalina), lo mejor sería que el Ayuntamiento pusiera en funcionamiento un modo de que, cada uno o dos lustros los nombres de las calles cambiasen su rótulo; algo parecido a una bolsa para nombrar hijos ilustres. Así, por ejemplo, si Alfau fuera sustituido por Manuel Chaves, a éste podría seguirle, de aquí a 30 años, el de África Fortea, la que popular y cariñosamente llamábamos “África la macho”, ese personaje inolvidable en el imaginario urbano ceutí, que nos acarreaba garrafas de agua, sin que hubiese cuesta que se resistiera a su carretilla. pero para África yo pediría, no una calle, sino una de esas fuentes del paseo de la Marina, merecido galardón dado que como el personaje evangélico también ella nos calmó la sed.
Pero a Lillo, y vuelvo a repetirlo, no se le desagravia con darle su nombre a un callejoncito, sino con una antológica que no hace falta que sean en el Museo de las Murallas Reales, bastaría con el del Revellín, oportunidad para que de una vez por todas, la ciudad aprobase esta asignatura pendiente, pues las veces que expuso, el autor no estuvo conforme con lo que habían programado o, como sucedió cuando expuso en un bazar que también hacía las veces de galería, alquien con poder en el Ayuntamiento de entonces, amenazó con enviar una pandillita azul y destrozarlo todo. Lillo, ante tal actitud de histeria ideológica, se vio en la obligación de desmontarla.
Ángel Lillo merece atención y porque así lo creo, no cejaré en escribir sobre él y lo que hizo, cuantas veces sea necesario. Mi hermano Pepe ya empezó con aquel “Cuaderno del Revellín” que le dedicó en 1991 y que Germán Borrachero redactó. Pero queda mucho por clarificar, como las causas de que “La dama de Ceuta”, esa bellísima estatua de mujer no figure en sitio privilegiado de la ciudad. Será imposible la original, pero con un vaciado bien hecho esa ausencia podría salvarse.

Entradas recientes

Viudas de Regulares y madres de una barriada

Sus arrugas son el escaparate del paso del tiempo y de las dificultades que las…

23/11/2024

Los detenidos en la operación antiterrorista, a la Audiencia Nacional

Los detenidos en la operación antiterrorista llevada a cabo este viernes en Ceuta serán puestos…

23/11/2024

La obligada regeneración

No es difícil entender al ciudadano cuando manifiesta sin cortapisa alguna la incredulidad y desconfianza…

23/11/2024

Sueños recurrentes

Generalmente, sobre todo cuando somos jóvenes, no reflexionamos sobre el porqué de nuestras motivaciones y…

23/11/2024

Qué me estás contando

A veces me gustaría tener una mente plana, sin atajos ni desvaríos. Mente que calmar…

23/11/2024

Polvo y tierra

El viaje ha sido uno de los grandes temas de la literatura de todas las…

23/11/2024