El tiempo de descuento ha comenzado para Mohamed ‘El Veterano’, Antonio Casas, Manuel Montes y su otro compañero, Alami, para salir del hostal ‘Entre dos mares’. En este lugar se han hospedado durante tres meses tras el cierre a cal y canto de las
en las naves del Tarajal, instalaciones que sirvieron en Ceuta como albergue de emergencia. Este jueves recibieron la dura respuesta por parte de una
asistenta social, quien les hizo saber que deben marcharse mañana a las 08.00 horas. Palabras que han caído como losas sobre sus espaldas, puesto que no han obtenido solución al respecto. Los mensajes que en su momento les prometió la
Ciudad, según asegura Antonio Casas, parece que han caído en saco roto. “Nos prometieron que íbamos a permanecer en una pensión hasta que nos buscasen una casa”, explica este hombre de 57 años. No les han dado margen de tiempo, “ni siquiera nos han avisado con diez o quince días de antelación para que tomemos cartas en el asunto”. Tampoco lo tienen mentalizado, solo se hacen preguntas como: “¿A dónde vamos a ir?”, “¿con quién tenemos que hablar para solucionarlo?”.
Muchas preguntas, pero ninguna respuesta. La única certeza es que
la calle se convertirá en el nuevo albergue de estas cuatro personas, lugar que ellos recuerdan a la perfección. En el pasado ya estuvieron durante largos periodos. Lo que no pensaban es que esta pesadilla volverían a padecerla en sus propias carnes. “En mi caso, como el de mi compañero Antonio, ya estuvimos viviendo en una cabaña en la zona del Hacho”, recuerda Manuel Montes con cierto tono que aboca a la tristeza. Las palabras de Montes ahora cogen fuerza, tiene experiencia a la hora de hablar frente a los medios de comunicación. Él ya sirvió como portavoz cuando tuvo lugar la problemática del cierre de las naves del Tarajal, instalaciones que sirvieron durante un largo tiempo como albergue de emergencia para subsaharianos, marroquíes, argelino y españoles. El resultado final de todo ello fue el cierre a cal y canto por parte de la Ciudad, pero durante un periodo estas cuatros personas convivieron bajo ese techo.
"En mi caso como el de mi compañero Antonio, ya vivimos en una cabaña en el Hacho"
“En las naves hicimos familia, nos sentimos muy a gusto”, rememora Mohamed ‘El Veterano’. Este grupo conformado por decenas de iguales se redujo poco a poco, muchos de ellos fueron destinados a otros puntos de la Península, mientras ellos cuatro quedaron en la ciudad autónoma. El destino los llevó al ‘Entre dos mares’, la estancia que ha sido su hogar hasta este jueves. Y mientras tanto, Luna Blanca ha sido la encargada de surtirles de alimentos. Al menos, esta oenegé les ha surtido tanto el almuerzo como cena durante casi cien días. Los esquemas se han roto, pero “la culpa no la tiene la asistenta que ha venido a decírnoslo, ella ha hecho su trabajo promovido por los que se encuentran detrás”, reconoce ‘El Veterano’. Imaginan que para esta profesional tampoco ha resultado fácil esta misión. “Parece que vamos a volver a los cartones” dice él a sus 61 años. “¿Dónde voy con esta edad?”, se pregunta mismamente.
"La culpa no la tiene la asistenta que ha venido a decírnoslo, ella ha hecho su trabajo"
Esta cuestión se la hacen todos. “Los cuatro tenemos una edad en la que apenas nos brindan las oportunidades de trabajo”, manifiesta Antonio Casas. “No vamos a tener dinero, ni techo. Nada”, asevera con voz firme. La ilusión se esfuma, desaparece por completo. El pequeño haz de luz que los iluminaba, ha desaparecido por completo para dejar paso a un futuro incierto.
Tras el Tarajal, pasaron al hostal y ahora no saben qué ocurrirá con ellos. Incertidumbre y algo de miedo. Lo único de lo que son medianamente conscientes es que mañana, a las 8.00 horas, deben dejar el hostal. Sin retorno y sin una solución de por medio.
El duro pasado de 'El Veterano' con las drogas
La vida demuestra que, en ocasiones, se trascurre por momentos complicados. Un tropiezo que lleva al equívoco, caer al suelo y que deja sin fuerzas para retomar al equilibrio. Esto le sucedió durante años a Mohamed ‘El Veterano’, quien fuera consumidor de estupefacientes. “No quiero acordarme de ello porque lo pasé muy mal”, expresa él mismo. De igual manera se cuestiona si, “¿qué quieren que vuelva otra vez? Pero esto no va a ocurrir”. La salida del hostal ‘Entre dos mares’ lleva a la desesperación, a la falta de ayudas por parte de la Ciudad. “Nos tratan como perros”, manifiesta Mohamed, quien ya cuenta las horas para regresar a la calle, pero sin retorno al hospedaje.