El próximo lunes, 12 de agosto, la comunidad islámica de Ceuta estará de celebración, gracias a una de las fiestas más importantes del calendario musulmán, el Eid al-Adha o Pascua del Cordero. Aunque algunos deciden cruzar a Marruecos para pasar este día con la familia de vive allí, muchos otros se quedan en la ciudad y cumplen la tradición comprando un borrego para su sacrificio el mismo día de la festividad.
Por ello, las explotaciones ganaderas de la ciudad están en su temporada alta, guardando a los animales hasta su recogida el día antes o ya el lunes por la mañana, dependiendo si cuentan con lugar en sus casas. La jornada previa, cuenta Manuel Jimena, administrador de la empresa Herederos de Manuel Jimena S.L., desde por la mañana hasta por la noche, es constante el flujo de compradores que llegan a por el animal que hace meses reservaron.
“Ahora mismo nos quedan aquí unos 300 animales, pero los demás ya tienen sus propietarios que han hecho la reserva y lo tenemos aquí hasta el domingo, que es cuando empiezan a retirarlos”, detalla Manuel Jimena, cuya actividad enmarcada a esta festividad comienza meses atrás, con la compra de los animales en la Península. Esta empresa lleva 40 años con la venta de borregos y desde hace 15 años adquiere a los animales en Medina del Campo, Valladolid. Es allí donde los compran y los engordan y unos quince días antes de la festividad, los trasladan hasta Ceuta.
Se hace de esta forma porque, como el mismo Manuel reconoce, engordarlo en Ceuta sería mucho más caro, ya que el alimento se encarece por la extrapeninsularidad. De esta forma, cada animal cuesta entre 190€ y 210€, dependiendo del peso que tengan, un precio mucho más barato, aseguran, que lo que cuestan en Marruecos.
Este año, por culpa de algunos casos que se han dado de fiebre aftosa en el país, han cambiado los protocolos para el transporte, impidiendo traer a los animales de una sola vez hasta Ceuta. No obstante, Manuel ya tiene en sus instalaciones unos 1.600 animales, 1.500 corderos y otros 100 cabríos, la mayoría ya vendidos.
Sólo quedan aproximadamente 300 borregos aún sin dueño, aunque por la experiencia de otros años, seguramente después del lunes no les quede ninguno. “El último día, hasta el mismo lunes por la mañana, siempre llega alguno pidiendo uno”, explica el administrador de esta empresa familiar que lleva ya tres generaciones con esta actividad.
Brahim es uno de esos compradores de toda la vida, que forma parte de la clientela fiel de la que se enorgullece de esta empresa. Tal y como llegan deciden qué animal quiere, se les marca y ya sólo tienen que venir el día antes a por él, ya que tal y como marca la tradición, el animal debe pasar la noche en la casa.
“Hoy he venido para comprar el mío y el de la familia y a esperar al día de la Pascua”, comenta mientras el mismo Manuel marca al animal que ya es de su propiedad. Para él es una tradición llegar a esta empresa ubicada cerca de su barrio, El Príncipe. “Para nosotros es como familia”.
El mismo día 12, la Ciudad dispondrá, como viene siendo habitual, más de 20 carpas repartidas por la ciudad, para proceder a la matanza de todos aquellos que no puedan hacerlo en sus viviendas por motivos de espacio. Asimismo, distribuirán las bolsas donde tendrán que depositar los restos orgánicos, que más tarde recogerá la empresa concesionaria de este servicio.
Un día que destaca, ante todo, por ser una fiesta familiar, en la que todos se juntan para vivir la tradición. En el caso de Brahim, se reúnen en casa de su madre para el sacrificio de más de 20 borregos. “Somos una familia grande, solemos matar 20 ó 22 borregos. Cada familia viene con su borrego, aquí en Ceuta, en el barrio del Príncipe”.
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