En mayo de 2017, ante el Nivel 4 de alerta terrorista (riesgo alto de atentado) que se mantienen vigente nuestro país y teniendo en cuenta la “amenaza real y palpable que vivimos en nuestra ciudad”, la Secretaría provincial de la Unión Federal de Policía planteó, mediante un escrito dirigido al titular de la
Jefatura Superior de Policía de Ceuta, la necesidad “urgente” de un control más intenso sobre las zonas “sensibles” como lo era, y lo sigue siendo,
la frontera del Tarajal. Esta secretaría solicitó que se dotara al puesto fronterizo del Tarajal de medios estáticos disuasorios como bolardos o barreras automáticas,
con la finalidad de evitar la entrada de posibles vehículos kamikazes, según precisaban en esta petición, e igualmente impedir que se den a la fuga los vehículos que cruzan la frontera, dirección Marruecos, evitando con ello su identificación y haciendo imposible su persecución. En aquel momento, hace ya más de dos años, justificaban estas medidas de seguridad “por la frecuencia con la que se produce este tipo de hecho y el consiguiente riesgo de atropello de algún funcionarios o ciudadano en su huida, con especial incidencia en el turno de noche donde aprovechan la escasa afluencia de vehículos”, advertía la UFP. Dado que estas medidas no se implementaron, el sindicato remitió un nuevo escrito con fecha del 16 de agosto de este mismo año, después de que un kamikaze lograra cruzar la frontera y entrar en España, de manera violenta, cuando venía huyendo desde Marruecos. En esta ocasión y aludiendo a esos últimos acontecimientos, la UFP remitió un nuevo escrito, también dirigido al jefe superior de la Policía Nacional en Ceuta, recordando que España se mantiene en el mismo nivel de alerta, por lo que reiteraran la necesidad urgente de más presencia policial y la instalación de medidas de protección concretas para impedir el paso de vehículos considerados hostiles. Con imágenes en ambos escritos, exponían ejemplos de dónde podrían instalar esos bolardos o barreras automáticas para frenar la huida de estos conductores. Sin embargo, desde la UFP lamentan que, pese a las advertencias, no se haya hecho nada para mejorar las medidas de seguridad de la frontera y se haya vuelto a producir un episodio violento con la entrada de una furgoneta kamikaze, con 52 inmigrantes en su interior. “Llevamos pidiéndolo desde 2017 los medios pasivos para la frontera, lo hubieran puesto y no hubiera pasado esto”, recuerdan desde la UFP y advierten que de no poner medidas ahora, “cualquier día va a ocurrir una desgracia”.