Turismo sostenible para Ceuta

Hace tiempo que se habla de que Ceuta ha sobrepasado su capacidad de carga. O dicho de otra manera, que vivimos en la ciudad más personas de las que este pequeño espacio puede soportar. Esto conlleva dificultades en la gestión de residuos, falta de vivienda, o alto desempleo, por citar algunos de los problemas más acuciantes. Pero este fenómeno no es exclusivo de Ceuta. El planeta está colapsado y se deteriora a pasos agigantados. El calentamiento global, del que hay ya suficientes evidencias científicas, es el efecto más visible. La contaminación de los mares y del aire, la falta de agua potable o la desertización, avanzan sin descanso. Frente a ello, hay pocos compromisos. Los países desarrollados no están dispuestos a cambiar su forma de vida. Los que están en vías de desarrollo, reclaman su parte. Nuestro viejo planeta, con más de 7.000 millones de habitantes, está mostrando ya alarmantes signos de agotamiento.  La crisis económica que vive Europa en la actualidad, y los consiguientes adelgazamientos de su Estado de Bienestar, quizás no sean más que la “punta del iceberg” del reajuste que se está viviendo a nivel planetario. Cada vez hay más personas que reclaman derechos sociales, pero también las desigualdades se incrementan como consecuencia de este salvaje e inhumano modelo de crecimiento económico. Los tiempos de la abundancia sin límites no volverán. Ahora nos toca aprender a vivir con la escasez. Si sabemos hacerlo, saldremos adelante. De lo contrario, nuestra civilización sucumbirá irremediablemente.
Una de las alternativas de desarrollo económico para Ceuta puede ser el turismo sostenible. Según la Alianza para los Criterios Mundiales de Turismo Sostenible (GSTC), algunos de los criterios globales sobre turismo sostenible son la maximización de los beneficios sociales y económicos a la comunidad local, utilizando para ello los recursos humanos y de cualquier tipo locales; la maximización de los beneficios para el patrimonio, desarrollando para ello códigos de comportamiento que respeten dicho patrimonio cultural en las visitas que se planifiquen para que utilicen adecuadamente los elementos del arte, la arquitectura o el patrimonio cultural local; o la maximización de los beneficios para el medio desarrollando para ello prácticas de utilización adecuada de productos ambientalmente saludables, consumo responsable de energía y agua, o práctica de actividades no agresivas con el medio ambiente. La cuestión es ver de qué forma se puede llevar a la práctica todo esto en Ceuta.
Veamos primero la situación de la que partimos. Según los datos que ofrece el Instituto de Estudios Turísticos de España, en 2011 visitaron nuestro país casi 100 millones de personas, de los que 57 millones fueron turistas y el resto excursionistas. Ello supuso un incremento del 6,5% respecto al año anterior. Esto nos ha reportado un saldo favorable en nuestra balanza de pagos de más de treinta mil millones de euros (un 13,5% más que el año anterior). Todos los indicadores de ocupación hotelera también se han incrementado. Respecto al PIB, el turismo en España representa un 10%. En Ceuta, Los datos nos indican que la media de visitantes a la ciudad en el periodo 1981 a 2010 fue de 62.441 persona/año. Los índices promedio de ocupación hotelera fueron del 42,87%, con un máximo del 58,39% en 1999 y un mínimo del 32,47% en 1989. El promedio anual de pernoctaciones durante el periodo estudiado fue de 117.066, con un máximo de 203.050 en 1999 y un mínimo de 62.026 en 1993. El crecimiento medio anual en estos años fue del 1,2% para el total de visitantes, del 0,9% para el de ocupaciones hoteleras, y del 2,8% para el de pernoctaciones. Los últimos datos de 2011 nos siguen ofreciendo un balance positivo, con un total de 80.700 visitantes y un número de pernoctaciones de 161.914, lo que implicó una estancia media de algo más de dos días por visitante y un incremento importante respecto al año anterior.
Es decir, el turismo está ayudando al desarrollo económico de Ceuta, como lo está haciendo en el resto de España. Pero si conseguimos que sea sostenible, tendrá además el valor añadido de contribuir a que nuestra capacidad de carga ecológica sea más llevadera. La Organización Mundial del Turismo tiene claro que esta actividad, además de un importante motor de desarrollo económico, es  un primordial vehículo de relación y de intercambio cultural entre los pueblos. Pero también, y esto es lo verdaderamente importante, nos llama la atención  constantemente sobre el hecho de que el turismo no es algo que dependa sólo de las acciones que emprendan los gobiernos, los empresarios, o los trabajadores del sector. El turismo es algo más. Son un conjunto de acciones que se han de desarrollar de forma sostenida y conjunta por toda la sociedad. No es posible diseñar una estrategia de desarrollo turístico mínimamente eficaz, si no se hace con el consenso e implicación de toda la comunidad receptora de visitantes.
Sobre estas cuestiones vamos a debatir esta semana en la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta, en un curso de verano organizado por la Universidad de Granada, en colaboración con la Consejería de Educación, Cultura y Mujer de la Ciudad Autónoma de Ceuta, en el que profesionales del sector y profesores universitarios van a intentar acercarse a la realidad ceutí desde distintos puntos de vista, y en el que cada uno ofrecerá su visión y alternativas de desarrollo económico para la ciudad. Esperemos que sea un éxito de asistencia y que tenga utilidad práctica para la promoción turística local. No me equivoco si digo que es el sincero deseo de la Universidad de Granada.