Cuando llega fin de año hay que recordar algo muy importante. Normalmente hasta mayo o junio de cada año los vecinos de Ceuta no se preocupan por la declaración de la renta. Se realiza a mediados del próximo año, pero se cubre el periodo del 1 de enero al 31 de diciembre del anterior, así que hay que cerrar el ejercicio de la mejor manera y diciembre es clave para ello.
Además, la llegada de la fecha de la declaración de la renta suele generar prisas y agobio, ya que las penalizaciones por no presentarla a tiempo pueden alcanzar hasta el 150% de la deuda. No se trata de adelantarse tanto, sino de comenzar a organizar las finanzas de 2023 para evitar sorpresas desagradables o beneficiarte de saber terminar el año fiscalmente hablando.
La aportación a los planes de pensiones, la planificación de las ganancias y pérdidas patrimoniales o los donativos son los tres de las actuaciones clásicas que ayudarán a rebajar los pagos en el IRPF y ahorrar en la próxima declaración de renta a presentar en la Agencia Tributaria.
A pocas semanas de que finalice el año 2023, es el momento clave para influir en el gravamen fiscal del IRPF que presentarás entre abril y junio de 2024. La reducción del importe a pagar es el objetivo principal, logrando que las retenciones e ingresos a cuenta aplicados durante el año sean menores que el gravamen correspondiente a sus ingresos. Este escenario favorable permitiría recoger dinero y, al mismo tiempo, ahorrar para la jubilación, generando una renta complementaria a la pensión pública.
Las donaciones a ONG, Iglesia católica y otras confesiones, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro pueden deducirse. Estas acciones no solo benefician a la sociedad, sino que también pueden tener un impacto positivo en su declaración de impuestos.
Desde 2020, estas donaciones permiten desgravar hasta un 80% del dinero aportado, mientras que esta deducción tiene un límite de base liquidable del 10%. De los primeros 150 euros que done la persona, podrá deducirse el 80%, es decir, 120 euros.
Aportar a planes de pensiones u otros instrumentos de previsión social es un clásico de las deducciones. Al hacerlo, está generando una renta complementaria a la Seguridad Social. El límite máximo de reducción aplicable es la menor entre 1.500 euros y el 30% de los rendimientos netos del trabajo y/o actividades económicas.
La deducción por adquisición de vivienda habitual permite desgravar el 15% del dinero aportado en el año fiscal, con un límite máximo de 9.040 euros. Esto significa que el contribuyente puede deducirse hasta un máximo de 1.356 euros o de 18.080 si lo pagas con tu cónyuge y declaráis por separado.
También puede deducir gastos de las obras de eficiencia energética, terminadas en tu vivienda habitual o en otra de tu propiedad arrendada para vivienda, siempre y cuando dispongas de un certificado de eficiencia energética previo a las obras y otro posterior.
Por otra parte están exentas y libres de impuestos las ganancias patrimoniales derivadas de la transmisión por personas mayores de 65 años de la vivienda habitual. La exención también se aplica si se transmite la propiedad y se reserva el usufructo vitalicio sobre la vivienda.
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