Triunfo para los hermanos Solís

El domingo finalizó  la segunda edición del Torneo Febrerillo Loco organizado por Ceutapadel y que contó con el patrocinio de la Clínica de fisioterapia Rafael Atencia. Durante cuatro días 14 parejas en el cuadro Masculino A, 16 en el Masculino B, 4 en Femenino A y 8 en Femenino B se disputaban el premio de estar en las finales que en la jornada del domingo se pudo disfrutar.
Entre las ausencias mas destacadas en el torneo podemos realizar una variada y gran lista de jugadores y jugadoras que no participaron por diversos motivos, casos de Santi Palomares, Juan Carlos Puerta, Marcelo López o Jesús López  y en chicas la pareja formada por Olga Chaves y Lorena Pastor u Olga Azcoitia por lesión. Muchas fueron las parejas inscritas que se animaban a probar suerte con diferentes compañeros por las bajas que hemos comentado, por ejemplo Ángel Arroyo formo tándem con J. Enrique Aparicio, Luis Palacios con Lillo González o Candí Jiménez que por la ausencia de su compañera Olga Azcoitia lo hacia con Rosa Sánchez.  
Referente a la competición el torneo se lo adjudicó en la categoría reina del cuadro masculino los hermanos Ramón y Emilio Rodríguez Solís que no cedieron ningún solo set en todos sus partidos, desplegaron un gran pádel.
Destacar a la pareja formada por Pepe mix y Javi Benítez que vencieron con un juego espectacular en cuartos de final a una de las parejas favoritas para conseguir el torneo la formada por Guille Vivas y Michel González, después de salvar tres bolas de partido en contra y remontar el marcador que tenían adverso.
Ya en semifinales se vieron las caras con Ángel Arroyo y Aparicio y si les hubiera acompañado un poco la fortuna habrían tenido un sitio en la gran final del domingo.
Tampoco hay que olvidar a Tini Atencia, gran torneo el suyo tanto en categoría A donde fue subcampeón de la consolación con Javi Terriza y en categoría B donde se proclamo campeón con su compañero Antonio Blanco.   
En chicas sobresaliente torneo  en Femenino A de Isa Jiménez y Maribel Sieres que consolidan con su segunda victoria consecutiva en un torneo que hay pareja competitiva y puntera para poder seguir ganando títulos. Y también mencionar a Raquel Isla y Merche Savignon que barrieron en todos sus partidos a sus contrincantes hasta llevarse el Torneo en el femenino B.
Para resumir las finales del domingo comenzamos por la del cuadro principal masculino A, donde se veían las caras Arroyo–Aparicio contra los hermanos Rodríguez-Solís.
Tras amanecer el día con fortísimo viento, a las 13 horas hubo un pequeño respiro y calmo un poco para que se pudiera disputar la final sin ningún tipo de problemas, solo con algunas pequeñas rachas algo molestas pero que prácticamente no era impedimento para que todos los jugadores realizaran la magnifica final que se vivió. El inicio fue muy igualado en el primer set donde se llegaron a ver puntos muy buenos y un padel de alta escuela, solo una ruptura del servicio por parte de los hermanos Rodríguez-Solís les valió para ganar el primer set por un tanteo de 6-4.
Ya en el segundo set los hermanos  no bajaron la intensidad con la que habían finalizado el primer set  y  consiguieron  con dos rupturas de servicio ponerse con una ventaja de 4-1 a favor, pero la casta de arroyo y Aparicio volvió a parecer tras un inicio dubitativo hasta llegar a ponerse 4-4 en el marcador, el juego era intenso, con grandes golpes y puntos magníficos. Con 5-4  a favor de los hermanos Rodríguez-Solís llegaron a tener tres bolas de partido pero volvieron a levantar el tanteo arroyo y Aparicio y conseguir la igualdad de nuevo.
El partido estaba abierto y cualquier fallo de concentración de cualquiera de las partes les podría pasar factura.  E físico de los hermanos fue clave en el tanteado final  7-5 para los  Rodríguez–Solís que necesitaron 5 bolas de set para hacerse con el torneo. En mi opinión el cansancio (debido al gran esfuerzo que realizaron por no despegarse en el tanteador les paso  factura a arroyo y Aparicio) y otro de los factores fue la falta de compenetración entre Aparicio y Arroyo fue clave.