El Presidente del Banco Central Europeo, el sabio económico Jean Claude Trichet, no se ha cortado un pelo… “total, para qué?” se habrá preguntado el francés. En un ejercicio de pura sinceridad, el pope de las finanzas comunitarias se ha desligado con eso de “en estas circunstancias, subir los sueldos sería la última de las tonterías a llevar a cabo”. Mira que bien… lo suyo vamos.
A ver si yo, con mis cortas luces que diría mi abuelo, logro entender la situación; resulta que los bancos se han hartado de ganar ingentes cantidades de dinero (¿o debería decir indecentes?), a costa nuestra, para que compráramos cosas y casas… pero resulta que en el ejercicio de siempre querer amasar más, los bancos vendieron (todos, sin excepción) a quien no podría pagar y terminaron acumulando pérdidas brutales. Con al agua al cuello, los Señores de la Pasta cogieron sus carpetas con números en rojo y se fueron hacia los palacios presidenciales con un único mensaje, una suerte de OPA hostil de la negociación en forma de ultimátum: “o me salváis o todos nos vamos a la mierda, así de simple”. Lo cierto es que se dejó poco espacio para la duda, es lo que tiene tener la sartén por el mango….siempre.
Así, y bajo el argumento de “esto se hunde en el caos mundial” los inquilinos de las residencias oficiales, que nunca están por la labor de jugarse el sillón, firmaron prestos decretos, leyes y reglamentos para reflotar a las pobres entidades bancarias……y todo de nuevo a nuestras expensas, claro está. Ya se sabe, en el Monopoly de verdad, la Banca es la que gana.
Evidentemente, como el dinero estaba en otra parte, nos tocó otra vez a los de siempre (¿de qué me sonará esto?) tragarnos los recortes de todo tipo. Con los recortes llegaron las mermas en el consumo, con las mermas el paro y, lógicamente, la desgracia para millones de familias que no entendían de IPC, de activos contaminados o de fluctuaciones.
Y también vinieron los otros recortes, los llamados sociales.
Demasiada gente sin trabajar no se podía sostener y empezamos a cuestionarnos que pagar a parados para no hacer nada no era productivo, ni a tanto médico, ni a tanta enfermera, ni a tanto maestro, y claro, hubo menos de todo….es más, hay menos de todo.
Y ahora, con los sueldos más que rebajados, así como suena, (muchas empresas han pactado bajada de sueldos para no despedir) el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, se descuelga con eso de que, ante la posible inflación, subir los sueldos sería una gilipollez; obviamente, Trichet no opina sobre los beneficios de los bancos (están ahí para dedicarse al honrado trabajo de ganar dinero especulando, no se nos vaya a olvidar), ni sobre las ganancias de los responsables de los bancos, o como se llame a esos tiburones ….no, a esos no, no vayamos a tocarles las prebendas que se nos cabrean. Ellos a lo suyo, y ya que pagamos nosotros sin rechistar, pues hacen bien en continuar luego entonces ¿para que se van a preocupar? Subida de sueldos? Las cosas de Trichet no les afecta, entre otras cosas porque los banqueros (ojo, que no bancarios, siendo éstos trabajadores de la banca que ninguna pera tienen que partir con sus jefes) no tienen sueldos que rebajar, tienen jugosos bonos que cobrar. Noblesse Oblige, claro está.
Así pues, Señoras, Señores, siéntanse orgullosos porque estamos pagándoles, con intereses eso sí, a los poderosos, su avaricia y su ansia de poder. Y no pasa absolutamente nada. Sí, así es, usted y yo, estamos financiando todo el “chiringuito” sin que nadie, sea de la Derecha o de la supuesta Izquierda, mueva una sola pestaña ni haga nada para evidenciarlo o remediarlo; más les valdría tomar ejemplo de los islandeses que han decidido meter en la cárcel a los banqueros causantes de tanta miseria. Bien por ellos. Así pues, y visto lo visto, a veces, me pregunto si no debía haber nacido tunecino, yemení, egipcio, libio, argelino o marroquí, de verdad me lo pregunto…
Mientras, aquí, Trichet y los bancos a lo suyo…..o sea, a lo de siempre.