Sufian A.C., conocido como 'Ribery', de veinticinco años, falleció en la madrugada del domingo al recibir un disparo en el abdomen, mientras que se encontraba atendiendo el negocio que había abierto en la barriada de 'La Reina', donde vivía y que está situado en la calle principal de acceso a este núcleo de población.
Alrededor de las dos de la mañana del domingo en esa calle de acceso a la barriada el movimiento era el normal de cada noche. El negocio del que era propietario Sufian cerraba bastante tarde y era el lugar de reunión de muchos vecinos y más en una noche de sábado. No hacía muchos días había alquilado una antigua hamburguesería y lo había transformado en un establecimiento para que los vecinos pudieran pasar el rato. El ambiente era tan tranquilo que muchas madrugadas, para mitigar estos calores del inicio del verano, algunos vecinos sacaban una mesa a la calle y se ponían a jugar al dominó. Y esto también sucedió entonces. Justo enfrente del negocio de posteriormente fallecido, varios clientes y amigos estaban echando una partida al aire libre, en vez de hacerlo en el interior del comercio, aprovechando que quedaba espacio entre dos vehículos que se encontraban aparcados. Pero también había niños jugando en las cercanías, porque como nos narraba uno de los vecinos “aquí todos nos conocemos y normalmente no hay peligro para los más pequeños”.
Sin embargo, no iba a ser una madrugada más ni mucho menos. Unos minutos antes, tres individuos encapuchados y vestidos totalmente de negro, que algunos señalan que debían provenir de la barriada Príncipe Alfonso, debido al lugar elegido para entrar el interior de la barriada, se acercaban hasta la entrada trasera de la misma. Pero, en esta ocasión, los pistoleros no utilizaron el tradicional vehículo para salir huyendo, sino que lo hicieron a pie. Atravesaron seguramente el cementerio musulmán y a través del mismo llegaron a la parte trasera de los edificios que dan a la Avenida Teniente Coronel Gautier. El ‘modus operandi’ que efectuaron estos delincuentes, según fuentes policiales consultadas por esta redacción, ya se ha repetido en otras situaciones del mismo calibre ocurridas en los últiimos meses.
De pronto, en una operación muy rápida, según han descrito a este periódico testigos presenciales, uno de ellos se quedó cubriendo la retirada en el cruce de la calle principal con una de las que se encuentran dentro ya de los bloques de viviendas; un segundo pistolero se acercó hasta quienes jugaban al dominó frente al establecimiento regentado por Sufian con la intención de encañonarles y que ninguno de ellos se moviera del sitio, mientras que el tercero de los componentes realizaba el acto que les había llevado hasta allí. Se da la circunstancia de que los tres individuos iban armados. Pues bien, el tercero se acercó hasta una pequeña ventana que está al lado de la puerta de entrada y desde allí disparó su arma, hiriendo de muerte a Sufian en el abdomen. El joven de veinticinco años tuvo que ser consciente que de iban a por él, puesto que cuando vió que le apuntaban desde la ventana empujó a un menor que estaba justo a su lado, para que no le alcanzaran las balas.
Como es lógico, de pronto se sembró el caos, porque los pistoleros comenzaron a disparar al aire y contra algunas de las paredes para que nadie se atreviera a seguirles. Los vecinos se lanzaron al suelo para salvar sus vidas. Por donde vinieron se marcharon y no tardaron ni dos minutos en ejecutar el mandato que llevaban y que además sabían a la perfección a quien estaban buscando, no había ningún equívoco.
Testigos presenciales narran como Sufian tuvo todavía fuerzas para salir hasta la calle, con la mano puesta en el abdomen, para impedir que siguiera saliendo la sangre que estaba perdiendo y de manera rápida los vecinos aprovecharon una vespa de carga que estaba por allí para trasladarle en la parte de atrás hasta el servicio de Urgencias del Hospital Universitario de nuestra ciudad.
No se quiso esperar a la llegada de la ambulancia, a pesar de que se telefoneó al 112, porque se sabía que la herida era lo suficientemente importante como para conocer que los minutos eran vitales de necesidad.
Hasta el lugar de los hechos llegaron agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Unidad de Intervención Rápida de la Policía Local, quienes acordonaron la entrada a la barriada, mientras se procedía a interrogar a las personas que habían sido testigos presenciales, pero aparte de la narración de los hechos poco pudieron aportar, debido a que como ya hemos contado, iban vestidos totalmente de negro y además con pasamontañas.
Igualmente los agentes de la Brigada Regional de Policía Científica estuvieron durante más de una hora recogiendo los diferentes casquillos que habían quedado esparcidos, tanto en el interior del establecimiento de Sufian, como en la misma calle. La Jefatura Superior de Policía ha abierto ahora una investigación para intentar esclarecer esta muerte.
Sufian había abierto el comercio hacía unos días como lugar de reunión
El establecimiento comercial donde Sufian A.C. recibió el disparo que le ha causado la muerte lo había abierto hace tres días y según nos cuentan algunos de sus clientes, la idea era convertirlo en un centro de reunión para todos los vecinos de la barriada 'La Reina'. Justo al lado de este comercio, que aún tiene encima el cartel de 'Hamburguesería La Reina' que era el nombre que le había puesto el anterior propietario, durante bastante tiempo el ahora fallecido tuvo una pequeña tienda de comestibles, en cuya persiana metálica también llegó a impactar una de las balas de los pistoleros. Sin embargo, cuando se quedó libre el local, que era de mayores dimensiones, se decidió a embarcarse en esta aventura. Y no solamente se llevó allí los comestibles, sino que fue más lejos y una parte la dedicó a cafetería y también siguió con el negocio anterior de hamburguesería. Hasta montó unos billares para que los vecinos se entretuvieran.
Unas horas después de los hechos , que habían ocurrido hacia las dos y cuarto de la madrugada, el barrio despertaba y quienes no conocían la noticia porque vivían en algunos de los bloques que estaban más alejados de la entrada, se llevaban las manos a la cabeza por lo ocurrido. En la misma puerta del establecimiento comercial quedaba sobre la acera una ficha de dominó, seguramente, de la partida que se estaba jugando justo cuando llegaron los pistoleros.
A las nueve menos cuarto de la mañana hizo acto de presencia el coche fúnebre del cementerio musulmán y sus ocupantes estuvieron durante unos minutos conversando con uno de los hermanos del muerto, quien prefirió no hacer ningún tipo de declaraciones, alegando que su madre estaba mayor y que preferían guardar silencio sobre todo lo ocurrido. Entregaron el carnet de su hermano para que se pudieran hacer todos los trámites. Posteriormente recogieron el cadáver en el Hospital Universitairo y lo trasladaron para que fuera posible realizarle la autopsia por el forense.
A través de las redes sociales flueron varios los vecinos de la barriada que realizaron comentarios a lo largo de la jornada. Uno de ellos contaba como hace unos días a un hermano suyo, cuando iba a aparcar el coche en la parte trasera de los bloques le amenzaron varios individuos con armas blancas y con pistolas simuladas, con la intención únicamente de robarle el móvil. Además llegaron a hacer varios cortes en el volante para intentar asustarle y luego huyeron a través del propio cementerio musulmán.
“Nunca han ocurrido cosas de esta gravedad”
El presidente de la barriada 'La Reina', Mustafa Hassen, se enteró de la noticia por la tarde porque había estado todo el día fuera de nuestra ciudad. Sin embargo, tuvo la oportunidad de palpar el ambiente entre el vecindario, el cual era de completa consternación “porque aquí somos cientos de familias trabajadoras que cada una va a sus cosas, aunque no quiero añadir que no ocurra nada, pero nunca del calado de lo sucedido en la última madrugada, donde tres pistoleros cortaron la calle, se lanzaron a disparar de manera alocada y mataron a uno de nuestros vecinos".
Hassen forma parte del grupo de presidentes de barriadas que llevan muchos meses solicitando a las autoridades una mayor seguridad ciudadana "porque son muchos los hechos que ocurren tanto en Los Rosales, como en Juan Carlos I como aquí, pero nunca de esta envergadura. Estamos alrededor de una calle como es Claudio Vázquez que, hoy por hoy, se ha convertido en una arteria principal de nuestra ciudad, donde todos los días pasan miles de vehículos y miles de personas hacia un lado y hacia otro”.
En su voz se denotaba tristeza, mucha tristeza porque “nadie está a salvo de que le pueda suceder un hecho como éste y más si llegan los pistoleros como lo hiceron, disparando de manera indiscrimanda para asustar a todos los que allí se encontraban”
Además, desde su propio punto de vista es un tema que se escapa de las propias opiniones que puedan salir desde una asociación de vecinos “y la prueba es que muchos de los habitantes de esta barriada se están planteando ya irse a vivir a otros lugares que pueden considerarse más seguro. La consternación es tan grande que durante todo el día me han comentado que casi no ha habido gente por la calle a ninguna hora”.
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