La familia de Mountacir G., marroquí de 38 años de edad, prácticamente no duerme desde que dejó de tener contacto con él. En plena crisis provocada por
Marruecos, tras alentar la entrada masiva en Ceuta de miles de marroquíes, Mountacir comunicó telefónicamente que marchaba a España. Su familia sospecha que intentó hacerlo con otros compañeros utilizando un kayak con el que quería cruzar el Estrecho y con el que partieron desde Tánger. Eso es al menos lo que el desaparecido les dijo que haría, tras una última comunicación que todavía mantienen fresca, que recuerdan y a la que se aferran como el último rastro para resolver la gran incógnita de su desaparición.
El caso de Mountacir se suma al de otros marroquíes de los que nada se sabe, hasta el punto de que sus familias llegan a temer que estén muertos. En la denuncia que han presentado ya ante la
Policía Nacional para dejar constancia de esa desaparición, la familia del joven reseña que recibieron una segunda llamada del teléfono de su hijo pero efectuada por otro marroquí, supuestamente uno de los que llevaba a cabo esa travesía en kayak. Les indicó que tras recorrer unos 8 kilómetros, la embarcación volcó y todos cayeron al agua, perdiendo de vista a Mountacir y a otro compatriota más. Según el testimonio de esta persona, a él lo rescató
Salvamento Marítimo y lo trasladó al puerto de Ceuta para proceder a su expulsión, dato que no concuerda con la situación real que se produce en nuestra ciudad ya que las devoluciones a Marruecos no se están llevando a cabo salvo que se traten de retornos voluntarios.
Las llamadas al teléfono del desaparecido no surten efecto porque no hay respuesta. Saben que Mountacir siempre comunicaría su llegada, al igual que hizo cuando se marchó, de ahí su desesperanza y nerviosismo acrecentados conforme van avanzando los días.
De momento no han recibido respuesta de las autoridades. El desaparecido tiene familia en Marruecos pero también parte residiendo en Francia.