Fouad lleva buscando a su hijo Saad desde el pasado 5 de agosto. Junto a su esposa Nadia deambulan por Castillejos intentando entender el camino que siguió su único varón, de 13 años. El niño se marchó de la casa para intentar cruzar a Ceuta. En el hogar no le falta de nada, pero es un niño que, tal y como reconoce su padre en una entrevista mantenida con este periódico, solo quiere marchar a España.
Hubo una primera escapada hacia Tánger hace unos meses, pero la familia recuperó al menor. En esta ocasión comentó que quería escaparse, que su intención era alcanzar al final la Península creyendo que allí iba a encontrar esas bonanzas que alimentan unos falsos sueños.
Fouad y Nadia, que tienen otra hija de 17 años, han recorrido la zona de Beliones por si el niño hubiera intentado cruzar por ese espigón que comunica con Benzú. Ninguno de los vecinos lo ha visto. La misma incertidumbre pesa sobre el lado Tarajal. Por Castillejos no encuentran noticias sobre el paradero de Saad, y temen que algo malo haya ocurrido, que esa pretendida travesía a una vida mejor, con la que sus padres no estaban de acuerdo, se haya torcido.
El menor no ha llamado a sus padres, no se ha comunicado con ellos. No saben por tanto si pudo cruzar a Ceuta o si llegó a emprender ruta directa a la Península, siendo víctima de una ruta equivocada.
Están desesperados, cuentan que han dejado todo lo que tenían por dar con el paradero de su hijo, pero nadie les da datos.
A diferencia de otros casos conocidos en los que los padres han renunciado a sus propios hijos, ya que consideran que llegando a España serán mantenidos en sus centros, en el caso del matrimonio Fouad y Nadia solo quieren recuperar al pequeño y regresar a su vivienda para volver a ser una familia.