A pesar del fuerte viento que azota este lunes Ceuta, los
transfronterizos no han dejado de pasar la oportunidad para seguir reivindicando sus derechos. Otro lunes más, este colectivo ha puesto el grito en el cielo en la plaza de Los Reyes debido a la situación de “incertidumbre” que están padeciendo. Siguen exigiendo poder tener una permiso de residencia en nuestra ciudad que les posibilite la entrada y salida sin el miedo a perder su
puesto de trabajo o quedarse atrapados al otro lado de la
frontera. Es el tercer Ramadán que se quedan sin poder celebrarlo con los suyos, algo que hace que pierdan en parte la esperanza. “Seguimos sin ninguna solución, y con mucha indiferencia. Parece ser que no importamos, somos un cero a la izquierda. Solo hablan de una posible reapertura de la frontera, pero siempre se olvidan de nosotros. Nosotros queremos que se abra la frontera pero con una seguridad, que podamos ir y volver. Llevamos más de 8 meses concentrándonos y nadie hace nada por nosotros”, ha explicado Rachida Jraifi, portavoz de los transfronterizos. El anuncio de una posible reapertura de la frontera en las próximas semanas llena de ilusión a los transfronterizos. Pero esa situación no asegura la solución a sus problemas por eso seguirán reivindicando hasta poder conseguir la tarjeta de residencia. La reunión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el país vecino se presenta, al menos para ellos, como el primer paso para la reapertura del Tarajal. “Ojalá que se estudie y se abra. Nosotros nos alegremos de las buenas relaciones entre los países, pero eso no quita la incertidumbre que tenemos porque vamos a seguir igual”, ha proseguido.
Las declaraciones de Salvadora Mateos, delegada del Gobierno,
en las que afirmaba que tendrían prioridad los trabajadores que se encuentran en Marruecos, han caído como un jarro de agua fría. Han declarado que ellos no han cometido ningún crimen y solo se quedaron en Ceuta para poder mantener a sus familias. “Nosotros qué crímenes hemos hecho. Nos hemos quedado para mantener a nuestras familias, además de otras que se quedaron de casualidad por citas médicas o porque han sido rechazadas cuando han querido cruzar. Por quedarnos para mantener a nuestras familias, ‘¿ya no tenemos derecho de ir y volver’?”, ha finalizado. La incertidumbre está provocando la desesperación permanente de este colectivo. La solución que esperaban no llega, a pesar de pasar los meses y seguir sin poder regresar a su país para volver a ver a sus familias. Eso no les va a quitar las fuerzas para seguir protestando cada lunes hasta conseguir esa ansiada tarjeta de residencia.