La oenegé Environmental Justice Foundation (EJF) ha publicado una nueva investigación que viene a ratificar las sospechas y denuncias efectuadas, también en Ceuta, sobre la práctica de la pesca ilegal con redes de deriva en aguas marroquíes.
La investigación la acaban de publicar y en ella desvelan el “uso persistente” de estas redes por parte de buques marroquíes en el Mar de Alborán, considerado como un punto crítico de biodiversidad en el Mediterráneo que alberga algunas de las especies marinas más vulnerables del mundo.
Esta pesca indiscriminada y destructiva se considera “una grave amenaza para la vida silvestre vulnerable y viola numerosas leyes pesqueras”, afirma la oenegé.
En Ceuta se tiene conocimiento, y de hecho se ha denunciado llevando a intervenciones de la Guardia Civil, de la presencia de pateras de pescadores marroquíes que ejecutan esta pesca ilegal con el daño que causa a los fondos marinos.
Explica esta oenegé que “las redes de deriva pueden extenderse decenas de kilómetros y atrapar todo lo que encuentran a su paso. Si bien se dirigen principalmente a grandes especies pelágicas, como el pez espada del Mediterráneo, en peligro crítico de extinción, estas también atrapan ballenas, tortugas marinas y tiburones”.
Son auténticas trampas de la muerte, de hecho, cuando se abandonan o se pierden, estas redes de nailon pueden convertirse en "redes fantasma", matando la vida marina durante años y contribuyendo a la contaminación plástica.
“Sus inmensos costos ambientales se reflejan claramente en la prohibición de las redes de deriva por las leyes internacionales, regionales y marroquíes. Sin embargo, la investigación de EJF concluye que la pesca con redes de deriva continúa abiertamente y puede incluso estar aumentando”, advierte.
Las cifras del informe revelan un aumento sustancial del tamaño de la flota marroquí con redes de deriva y, por tanto, de la presión pesquera.
“Nuestros hallazgos exponen una violación sistemática de las prohibiciones nacionales e internacionales de redes de deriva y el fracaso de las autoridades marroquíes en hacerlas cumplir”, afirmó Steve Trent, director ejecutivo y fundador de EJF.
"El uso de redes ilegales se ha más que duplicado, de 370 buques en 2004 a 846 en 2024, lo que amenaza la rica biodiversidad marina del mar de Alborán y podría socavar esfuerzos más amplios para salvaguardar la biodiversidad y la pesca en el Mediterráneo, incluso por parte de Marruecos", agregó Trent.
“Instamos a Marruecos a mejorar su vigilancia y control de las actividades ilegales y, a través de la cooperación y la asistencia de la UE, apoyar a las comunidades pesqueras para que abandonen de manera sostenible el uso de redes de deriva para finales de 2025. Al poner fin a las redes de deriva ilegales, podemos proteger los ecosistemas marinos. la vida silvestre, el océano y las comunidades costeras que dependen de él”, señaló.
Expone la oenegé que, además de la aplicación limitada de las prohibiciones de pesca con redes de deriva y las dificultades económicas locales, la alta demanda extranjera de pez espada es un factor clave de este uso.
En 2022, Marruecos se ubicó como el cuarto mayor proveedor de productos pesqueros de la UE por valor, y casi todo el pez espada marroquí se destinó a la exportación, principalmente a España.
"La continua demanda de pez espada marroquí, especialmente de la UE, sigue siendo el principal impulsor de esta pesca ilegal", afirmó Jesús Urios Culiañez, responsable de campañas oceánicas de EJF.
“La UE y sus Estados miembros, en particular España e Italia, deben asumir la responsabilidad de inspeccionar de cerca las importaciones. Esto garantizará que el pescado capturado ilegalmente no acabe en el mercado de la UE y que los consumidores de la UE no sean cómplices de la destrucción medioambiental del Mediterráneo”, acotó.
La investigación también reveló un perfil en evolución de los buques con redes de deriva: donde antes dominaban los buques industriales y semiindustriales más grandes, los pequeños barcos de madera (de 5 a 10 metros de largo y alrededor de 3 toneladas brutas) ahora utilizan redes de deriva, sin estar sujetos a ningún tipo de control regulatorio.
En agosto y septiembre de 2024, como parte de la investigación, los investigadores de la EJF visitaron los puertos de Tánger, M'Diq, Alhocaima, Nador y Sidi Hsaïn en el norte de Marruecos y confirmaron el uso continuo de redes de deriva, con 843 buques con redes de deriva registrados. En 2004, se registraron 370 buques utilizando redes de deriva.
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