Los traficantes de personas se las saben todas. Y es que en esto de cometer delitos también cabe el hermanamiento. Si hay que delinquir y muchos quieren hacer negocio a costa del pase de inmigrantes pues se montan unas particulares cooperativas. Es lo que hacen en Ceuta, un reparto de papeles con tal de ganar dinero.
Así, mientras unos se dedican a llevar a los inmigrantes otros tienen la encomienda específica de marear a la Guardia Civil y a los agentes marroquíes. El dinero obtenido, que es mucho, se reparte. Además hay tarifas variables; se han llegado a ofrecer pases hasta por 2.500 euros, mucho más rebajados de los que se estilan con cobros que pueden alcanzar los 7.000.
Tanto como para que unos trabajen unos meses y dediquen el resto del año a vivir de las rentas.
Nada es casual, tampoco que haya quienes únicamente se estén dedicando todo el día a ir y venir con sus motos de agua o phantom realizando carreras de todo tipo e intentando despistar a los agentes.
No lo hacen por aburrimiento sino por cooperar con quienes realmente van a ejecutar el pase cargando a las personas que han pagado por ser trasladadas a la Península o directamente a Ceuta.
Las fuerzas de seguridad organizan operativos para intentar anular a estas pequeñas redes que viven del negocio del verano y se nutren de la cantidad de jóvenes que solo aspiran a ser introducidos de manera irregular en la Península o a cruzar a Ceuta. Sus familias se hipotecan al completo para garantizar la llegada de alguno de sus miembros a este otro lado.
Esto funciona como un auténtico negocio en el que se coopera a base del reparto de papeles. Ya ha habido detenidos tanto en Ceuta como en Marruecos, pero esas respuestas no abortan la actividad.
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