Esta semana se cumplía medio siglo desde que los míticos Rolling Stones actuasen por primera vez, como teloneros, en el legendario club londinense Marquee. ¿Quién nos dice que los Zenttric, que tuvo la oportunidad de telonear en 2007 a Jagger y su banda, no alcanzarán, como sus ídolos, el medio siglo de vida? Mientras eso ocurre, Gutxi Bibang, Javi Montes, Íñigo Rozas y Dani Vicente vuelven por segunda vez a Ceuta para ofrecer sus mejores temas al público caballa. La cita, en las Murallas Reales, comenzará a las 22.30 pero antes el grupo local ‘Plan Banana’ calentará una noche de muy buena música.
–Repasando su cada vez más extenso currículum hay algo que llama la atención por encima de muchas otras cosas. Y es que fueron teloneros de los Rolling Stones cuando actuaron en el estadio de Anoeta, ¿cómo les llegó la oportunidad?
–Lo que hicimos fue lo que casi nadie suele hacer. Que cuando llega un artista o hay un evento importante en tu ciudad anticiparte y escribir a la oficina que lo organiza. Es lo que hicimos. Decir que éramos un grupo local, que nos interesaría telonear a los Rolling y todo el rollo... Por supuesto pensábamos que no nos responderían, pero por si acaso lanzamos la piedra. Un día, de repente, estábamos en el local y nos respondieron. Fue una sorpresa muy grata, porque es un grupo que hace tiempo que es historia y nosotros somos unos frikis de los años 60 y toda esa cultura. Un sueño.
–¿Qué supuso ese recital ante miles de personas para Zenttric? Una oportunidad inmejorable, supongo.
–Bueno, ya llevábamos bastante tiempo haciendo conciertos por nuestra cuenta, pero la importancia de aquello fue el combo mediático que nos dio, muchas entrevistas, mucha gente más se enteró de que Zenttric existía, de que queríamos hacer cosas diferentes, crear indie rock en castellano... Todo se disparó y empezaron a llegar las ofertas a la página del grupo.
–¿Llegaron a conocerlos en persona?
–No... (ríe). Nadie lo hace, porque llegan con su avión y se van. Eso sí, uno de los guitarristas, Ron Wood, salió a animarnos y a bailar cuando estábamos tocando. Fue increíble. No entendíamos nada. Fue como... ¡este tío! ¿qué hace aquí? Alucinábamos.
–La popularidad, como aquel concierto en Anoeta, les llegó de forma bastante inesperada. ¿El éxito llega cuando uno menos lo busca?
–Creo que esa frase tan bonita y repetida de que la suerte te pilla trabajando tiene mucho significado. Nosotros estuvimos trabajando mucho tiempo, pero nunca fuimos a concursos porque queríamos demostrar nuestra valía de otra forma. No queríamos que un jurado hable de tu música, pues es la gente quien debe, siempre de valorarlo. Nadie se espera, cuando entra en un local, que pueda llegar a pasar algo así.
–Claro, porque cada uno tenían sus respectivas profesiones, ¿verdad?
–Sí, era un hobby que practicábamos todas las tardes con muchísimas ganas. Queríamos llevar nuestra afición a lo que es, desde hace cuatro años, nuestro trabajo. Hemos tenido mucha suerte, somos muy afortunados. Hemos trabajado mucho, pero también hay otra gente que hace lo mismo y no llega. Yo, por ejemplo, trabajaba en una tienda de música en Londres, el batería en una radio, el bajista era profesor de música, el guitarra también...
–Un cambio radical...
–Sí, pero somos unos frikis de la música y estamos 24 horas al día con ella. Por eso es genial, este es el trabajo perfecto para todos nosotros.
–¿Como definiría su estilo?
–Indie rock y luego, en el tercer disco que va a salir en octubre, también hay muchos elementos de pop retro.
–En castellano... ¿por qué?
–No habría ningún problema en cantar en inglés, de hecho yo hablo tres idiomas, pero siempre hemos querido que la gente escuche las cosas en su idioma. Un grupo que te pueda gustar de fuera, como Artic Monkeys, y escucharlo en castellano para que cuando estés fregando entiendas lo que te dice... pero siempre con el mismo estilo británico es muy inusual.
–¿Qué van a ofrecer a sus seguidores ceutíes?
–Mucha energía. Ritmos frescos, letras curiosas contadas coloquialmente, sin metáforas. Es un directo muy directo. Indie rock puro y duro en castellano. Mucha gente nos dice que siempre transmitimos mucha energía positiva. Eso llevamos en la mochila.
–My Space y otras redes sociales han sido muy importantes en sus inicios, ¿qué os han ofrecido este tipo de plataformas?
–Cuando empezamos en 2005 tener My Space era vital. Si no tenías uno estabas fuera. Me acuerdo de que yo venía de Inglaterra y, tras escuchar a un montón de grupos a través de ahí decidimos hacernos uno. Nos dio mucho a conocer. Hacíamos intercambios con bandas de otras ciudades y eso nos permitía que nos viese su público... Las redes sociales, hoy en día, son lo más importante.
–Permiten también un diálogo diferente con los fans, ¿verdad?
–Sí, y te abren muchas puertas porque puede escucharte cualquier persona desde cualquier lado del mundo sin que el disco esté editado en su país. Luego el directo, el cara a cara con el público, es lo que hace que esas puertas se mantengan abiertas.
–¿Por qué Zenttric? Creo que tiene algo que ver con la ‘excéntrico’...
–Hemos respondido a esa pregunta millones de veces y, la verdad, no tiene demasiado sentido. Debíamos buscar un nombre urgentemente porque ya teníamos como cuatro o cinco canciones y pensamos ‘necesitamos un nombre y no queremos que sea una mierda’. No queríamos que fueran cosas compuestas. Nos pusimos a jugar y salió ‘Xcentric’, de ahí le pusimos dos ‘t’, lo acabamos en ‘c’. Al final el significado de todo lo dan las canciones, en realidad. Es la trayectoria del grupo la que al final te identifica.
–¿Con qué tema se queda?
–Con todas las del próximo disco. No adelanto el nombre, pero en Ceuta daremos una sorpresa cantando casi todas las canciones nuevas. Hemos estado 20 días grabando y vamos a ir a Ceuta con ganas de cantarlas. De las antiguas me quedo con ‘La noche que estuvimos a punto de casarnos’, que nos encanta.
–¿Qué diferencia el tercer disco de los anteriores?
–Mucha madurez, me encuentro mucho mejor a la hora de escribir. Tiene un sonido más retro. Es lo mejor que hemos hecho nunca, somos fans de esto. Hemos ido aprendiendo y se nota. Este nos convence desde principio a fin, cada segundo.