Los numerosos baches o socavones -de mayor o menor tamaño- que se han ido formando en la calzada en distintos puntos de Ceuta comienzan a ser arreglados. Este lunes han empezado las obras en la subida de Pozo Rayo, junto al estadio federativo José Martínez 'Pirri' y
el campus universitario, donde un importante hundimiento impedía la normal circulación de los vehículos en esta zona de la ciudad, provocando numerosos problemas. Los conductores habían alertado de la situación, después de
lo ocurrido en Puente del Quemadero, temiendo que vaya a suceder lo mismo. Tras ser denunciada esta situación, trabajadores de ACC -Africana De Contratas Y Construcciones- han estado durante la mañana de este lunes solucionando este problema que se suma a los numerosos que tiene Ceuta, especialmente en lo que se refiere a los coches, grandes damnificados del mal estado de la calzada, aunque los peatones no son ajenos a ello. Se solucionará este hundimiento para evitar la generación de un socavón cortando para ello la carretera. Tras la aparición la semana pasada del importante socavón en el antiguo puente del Quemadero, fueron varias las quejas de vecinos de otros baches o agujeros en distintos puntos de la ciudad, lejos del tamaño del que está cercano a la entrada en
la barriada del Príncipe, pero sí que supone un inconveniente para los ceutíes.
Uno de esos puntos era Pozo Rayo, donde es habitual el paso de vehículos y también de peatones, al ser una zona concurrida entre lo que es el inicio de la zona del Sarchal en conexión con la Marina, pasando por el Campus Universitario y un campo de fútbol, el 'Pirri', utilizado en estas últimas fechas más de lo que habitualmente se hace (por las obras en el 'Alfonso Murube'). Según ya informó este periódico, la Ciudad Autónoma espera que “durante las dos próximas semanas”, en cualquier caso antes de que termine marzo,
comience la ejecución de las obras de pavimento en diversas calzadas, unos trabajos mejorarán un total de 36 zonas frente a un mal que parece endémico de todas las partes de Ceuta, el de la degradación del asfalto y la aparición de irregularidades de mayor o menor grosor. Con todo ello, los técnicos de la Administración local atribuyen “desde un punto de vista general” el pavimento de las calzadas “al natural desgaste por uso del firme de la carretera, al tráfico pesado que soportan las calles y a la edad del asfaltado, que en la mayoría de las calles supera los veinte años”.