El trabajo en la sombra que hay detrás de la vacunación

Cada día a las ocho y media de la mañana en punto comienzan a montar todo el dispositivo de vacunación en Ceuta los sanitarios de la Consejerías de Sanidad con el apoyo de Cruz Roja y la Asociación de Voluntarios de Protección Civil. A esa hora, Protección Civil y Policía Nacional, penúltimo eslabón de la cadena de distribución de las vacunas contra la COVID-19, llegan al Palacio de la Asamblea con las cajas isotérmicas que custodian las dosis.

Unos 270 mayores son citados para recibir la primera de Pfizer. El viaje de un vial desde el congelador de la Ciudad hasta que llega al paciente podría parecer una simple cuestión, pero no lo es. Implica a bastantes más protagonistas y trabajo en la sombra del que uno se imagina.

Lo primero para las enfermeras de Cruz Roja y de la Ciudad es comprobar que los 45 viales de Pfizer están todos y en perfecto estado, así como el material complementario como jeringuillas, suero y agujas, además de un kit de reserva por si hubiera algún fallo.

“Nuestra jornada arranca con la recepción del listado de las personas que ese día tienen derecho a la vacuna y, por supuesto, con la recepción de las vacunas. Comprobamos que se correspondan en número, que vengan en buen estado y el número de lote. Esto es súper importante para hacer todo lo que es la trazabilidad de la vacuna”, cuenta David Galindo, uno de los coordinadores de Cruz Roja del punto de vacunación en Ceuta, “antes de que empiece todo el lío”.

“Todo conforme”, proclama a toda voz el presidente de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de Ceuta, Juan Moreno Crespo, tras contar a en alto todas las viales. La documentación está lista, y recoge las cajas “hasta el próximo día” junto a un agente de Policía Nacional. Son los chóferes que las transportan y cierran el círculo. En cierta manera, custodian las dosis hasta que el paciente las recibe.

Este pasado jueves parece que venían más congeladas que días anteriores. También le compete al personal de este punto de vacunación revisar si las vacunas llegan en la temperatura adecuada dentro de las cajas isotérmicas y, al final del día, realizar un informe sobre la jornada. “Todo el proceso de vacunación está súper controlado en cuanto a temperaturas para que el vial no pierda sus propiedades. Aquí las recibimos congeladas aún y se descongelan”, detalla Galindo.

La temperatura a la que debe conservarse la vacuna de Pfizer ha sido, sin duda, uno de los datos que más ha llamado la atención: tiene que mantenerse a -80ºC, aunque, evidentemente, no se inocula a esta temperatura en el cuerpo humano y “se deben descongelar la noche anterior”, explica la médico Cleopatra R’Kaina Liefsi, de la Consejería de Sanidad de Ceuta.

Una vez en este punto, llega el momento de cargar todas las jeringuillas, preparar los algodones y todo el material necesario. “Moderna y AstraZeneca vienen totalmente preparadas, pero una vez que llegan las de Pfizer hay que hacer un proceso previo que se llama reconstitución, en el que la vacuna se mezcla con suero fisiológico antes de administrarla. Hoy se vacunan a 270 personas de Pfizer y es un día un poquito completito en cuanto al número porque son bastantes personas, así que es muy importante la organización porque es un colectivo especial al ser personas mayores de 70 años y algunos rezagados de 80 que no se han podido vacunar antes por algún motivo y necesitan acompañamiento”.

Y si la persona en cuestión no puede acudir, hay un listado de reserva para que ninguna se pierda, aunque no es lo habitual. “Personas que renuncien voluntariamente a la vacuna es raro. Sí es verdad que evidentemente hay incidencias, sobre todo con personas que por sus propios medios no pueden desplazarse, que se encuentran enfermas o que han pasado el COVID y evidentemente no pueden vacunarse. Pero la población suele responder que sí y pocos reservas se llaman diariamente”, continúa a minutos de que empieza todo el despliegue.

El reloj marca las 9:30 horas y con todo listo los voluntarios de Cruz Roja abren las puertas del salón de actos del ayuntamiento. Fuera esperaban con ilusión los mayores de 70 años que estaban citados ayer. Muchos se reencontraban después de bastante tiempo sin verse. Y para este momento especial para muchos de nuestros mayores no podía faltar la música.

Los voluntarios de Cruz Roja les acompañaban, les ayudaban a sentarse y los distribuían por el salón de actos. Ahora sí, comenzaba la vacunación. “Una vez que arranca el proceso tirando del listado que nos deriva Sanidad se procede a la vacunación de los usuarios. Todos antes de ello, son entrevistados por un médico por si hubiera algún tipo de achaque previo o patología”, recuerda Galindo.

En ese momento la médico Cleopatra R’Kaina Liefsi se acerca con cuidado a los mayores y les pregunta si padecen diabetes, enfermedades cardiorrespiratorias, problemas renales o hipertensión, así como si han sentido antes algún síntoma relacionado con el COVID.

El manejo de las vacunas es muy meticuloso y necesita cierta destreza. Llevan trabajando desde el pasado 27 de diciembre, cuando se inició la campaña, que está siendo un éxito. Y muestra de ello eran las caras de nuestros mayores, que no podían evitar mostrar su emoción.

Tras esto, la enfermera Caridad Blanco Rodríguez les explica que deben esperar sentados unos 10 o 15 minutos para ver si presentan alguna reacción y que si al día siguiente tienen “dolor en el brazo o un poco de destemplanza” es algo normal y que con un paracetamol “se les pasará”.

Tras recibir su vacuna, la enfermera Concepción Iglesias Cote les pide su DNI y los voluntarios de Cruz roja les dan un documento justificativo de que se les ha suministrado la primera dosis. Y todo el circuito concluye cuando los pacientes abandonan el salón con una sonrisa que supone el inicio del final de la pandemia

Un gran equipo de profesionales que lleva trabajando desde el 27 de diciembre

Todo un equipo el que hay detrás de la vacuna contra el COVID. Para que todo este proyecto funcione es clave también el personal que se encarga de realizar los listados de las personas que se van a vacunar y de darles su cita por teléfono. Se cita a cinco personas cada cinco minutos.

“La plantilla puede ir variando en función del número de personas que vengan a vacunarse en el día. Hoy, por ejemplo, estamos un coordinador, un médico, cuatro voluntarios de Cruz Roja, un conductor de ambulancia por si hubiera que hacer algún tipo de traslado, tres administrativos, además de tres enfermeras nuestras y otras tres de la Ciudad. Básicamente esa es la plantilla tipo en el día a día”, detalla el coordinador de Cruz Roja.

La vacunación no seguirá en Semana Santa

Las horas de vacunación van en función de la disponibilidad de vacunas. Por eso, este viernes la campaña de vacunación deberá interrumpirse por la falta de stock disponible de dosis. Si se cumplen las previsiones y se recibe una nueva remesa de 1.900 vacunas de Astrazeneca, la Ciudad lo retomará el sábado y domingo.

Efectos secundarios “mínimos” de la vacuna

Sobre los posibles efectos secundarios que puedan derivar de la vacuna, la doctora Cleopatra R’Kaina Liefsi aclara que “ningún medicamento es 100% seguro” y “efectivamente no podemos descartar que pueda haber efectos secundarios”. Estos efectos, los más comunes, son dolor e inflamación en la zona de inyección, fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, escalofríos y fiebre, “son leves o moderados y mejoran al cabo de unos días después de la vacunación”, explica Cleopatra. “Pero aquí lo que hay que evaluar también no es solo la seguridad, sino el riesgo-beneficio. Es decir, tienes más riesgo de infectarte, enfermarte y morir por el coronavirus y transmitírselo a un ser querido que posibles efectos secundarios puedan aparecer. El peor efecto secundario que puede tener la vacuna es no administrarla”.