Los colegios electorales abrían sus puertas a los votantes a las nueve de la mañana, aunque media hora antes comenzaban los preparativos de las mesas de modo que todo estuviera preparado para que los ciudadanos ejercieran su derecho al voto.
Los funcionarios de la Administración eran los primeros en llegar a los centros en los que estaban ubicados los colegios electorales. Ellos se encargaron de organizar una nueva jornada electoral, las terceras en lo que va de año y las cuartas generales desde 2015. “Tenemos que comprobar que están todos los miembros de las mesas, que la Policía trae el censo de los votantes y organizar todo para poder abrir a las 9 de la mañana”, ha explicado uno de los tres representantes de la Administración pública encargados de la apertura en el colegio San Agustín.
Organizar el material, el voto por correo o comprobar que todos los integrantes de las mesas han hecho acto de presencia son algunas de las tareas que acometen estos funcionarios, que en este día se convierten en los ojos y oídos de la Administración.
La experiencia de unos segundos comicios generales en lo que va de año ha sido determinante para que antes de la hora estipulada todo estuviera dispuesto para abrir las puertas a los ciudadanos a las nueve de la mañana. “Sobre todo es por la responsabilidad de los ciudadanos que tienen ese mandato, ellos vienen con ilusión y han llegado muy puntuales, incluso los suplentes y eso nos ha permitido constituir las mesas como procede y sin incidentes”.
Una vez comienza la jornada electoral, otra de las tareas que realizan los representantes de la Administración es el control del escrutinio a lo largo de la jornada. Hasta en tres ocasiones se lleva a cabo esta función, entre las dos de la tarde y poco antes del cierre de los colegios electores a las 20.00 horas.
Una de las figuras esenciales en este día para asegurar la transparencia en las elecciones es el del interventor que cada partido despliega entre los distintos colegios electorales. “Nosotros somos los testigos del partido para que todo funcione correctamente y estamos pendientes de la votación, además de ayudar a quien viene a las urnas y no sabe qué mesa le corresponde. Le facilitamos la votación y controlamos que todo sea legal”, ha explicado Benjamín Álvarez, interventor del Partido Popular.
Aunque no suelen encontrarse con demasiadas incidencias, “porque la mayoría de la gente ya sabe qué tiene que hacer”, es cierto que “hay personas mayores que viene despistada porque no sabe qué mesa le toca y para eso estamos, para indicarles cómo actuar”, añadió Álvarez.
Ellos son los encargados de controlar que todo se desarrolle de manera correcta y, junto a ellos, los apoderados también se aseguran de que la jornada electoral sea totalmente transparente. “Nuestra tarea es de control y por eso la presencia de los apoderados es importante en todos los colegios. Controlamos que las papeletas estén bien, las mesas constituidas y al final del día que todo esté en orden”, ha comentado David Castellanos, apoderado de Vox. Figuras también fundamentales en esta jornada es la de los integrantes de las mesas electorales: presidentes y vocales son los encargados de que todo marche a la perfección para que los ciudadanos puedan ejercer su derechos en las urnas. Aunque para algunos no es la primera vez como miembro de estas mesas, “me ha tocado en las municipales y ahora otra vez en estas generales”, apuntaba un integrante del colegio electoral, en el caso de Paola Navarro, presidenta de una de las mesas electorales, se trata de su primera vez “como presidenta y también en una mesa electoral. Estoy un poco nerviosa, pero tengo unos compañeros que me ayudan mucho y ya tuvimos una reunión la semana pasada para explicarnos las funciones que teníamos que desarrollar”. A las nueve de la mañana, los votantes más madrugadores comenzaban a llegar al colegio electoral. No sin ciertas dudas sobre cómo utilizar la papeleta del Senado, en la que el ciudadano debe señalar su opción política, en general las primeras votaciones transcurrieron de forma fluida. “Yo prefiero venir pronto y aunque para todos los españoles es un poco incordio venir, esperemos que éstas sean las últimas elecciones y estaremos satisfechos”. Es el inicio de una jornada electoral que todos confían en que sea la última, al menos hasta los próximos cuatro años.