Los trabajadores del Servicio de Notificaciones de Ceuta ubicado en el sótano del
Palacio de Justicia carecen de las más básicas medidas de seguridad ya que se ven obligados a atender al público sin tener siquiera una mampara de protección. Mientras que en los juzgados, en la guardia o en el puesto del vigilante de seguridad sí se han ubicado esas protecciones, en las instalaciones ocupadas por estos trabajadores no se ha colocado a pesar de haberlas pedido “por pasiva y por activa” a todos, aclaran. Este jueves atendieron de esta manera a 34 personas. El riesgo al que se exponen es más que evidente pero, a pesar de sus quejas, los responsables del Ministerio no llevan las gestiones necesarias, más aún en un periodo crítico como el vivido con un repunte de casos de
contagiados.
CCOO-Justicia ha recalcado, en declaraciones a este periódico, que no se están colocando todas las medidas de protección que se deberían. “Se ha hecho un estudio a mi parecer chapucero de distancias de seguridad e instalación de mamparas”, explica el sindicato. “Y digo chapucero porque entiendo que una evaluación de riesgos de puestos de trabajo debe realizarse por personal técnico y especializado y no por trabajadores de la empresa de mantenimiento de los edificios judiciales”, añade.
Los resultados son los que sufren determinados trabajadores como los destinados en este servicio, que sienten inquietud por esta situación.
En este sentido la Ley es clara y dice que debe realizarse en todo caso “identificando el puesto de trabajo, los riesgos existentes, el resultado de la evaluación y las medidas preventivas procedentes así como la referencia a los criterios y procedimientos de evaluación y de los métodos de medición, análisis o ensayos utilizados, si procede”, aclara la sección sindical en Justicia de CCOO.
“En este caso ha habido continuos incumplimientos reiterados y generalizados de las obligaciones legales dispuestas en la LPRL”, reseñan. Uno de los casos más flagrantes se ha producido con el reparto de medios de protección: tanto las mascarillas como los geles han llegado tarde a las distintas dependencias judiciales, cuyos trabajadores se han tenido que organizar por ellos mismos para evitar contactos que pudieran derivar en más riesgos y contagios.