En pocas palabras y con un semblante cansado, ocho de los diez subsaharianos detenidos la mañana del martes en el CETI salieron en libertad tras pasar toda la mañana en el interior del Palacio de Justicia. Algunos se mostraban contentos por la decisión del juez de su puesta en libertad, pero otros se quejaban de la detención que habían sufrido la mañana anterior, considerando que se ha tratado de un acto racista.
“Toda España es racista”, expresaba en francés ante las cámaras uno de los últimos subsaharianos que salió del juzgado. Ante la presencia de los medios, se quejó de que lo que estaba sucediendo “no es normal”, mostrando su disconformidad por encontrarse de frente el revuelo mediático que ha causado, no sólo su detención, sino toda la situación surgida tras el salto del 26J.
Los primeros salían con otro semblante, felices por quedar en libertad, aunque sea con cargos y volviendo a reiterar su inocencia. “Je suis content de l'Espagne” (yo estoy contento de España), en referencia a la decisión judicial. No obstante, confesaban no estar de acuerdo con la entrada en prisión de los dos compañeros restantes, que fueron trasladados desde el Juzgado a la prisión de Fuerte Mendizábal en un fuerte dispositivo de seguridad. “Él no lo hizo”, se entendía entre algunos de sus reclamos.
En grupo, salieron de los juzgados, muchos de ellos aún con el almuerzo en una bolsa de plástico y es que, en total, pasaron más de siete horas en el interior, siendo observados en varias ruedas de reconocimiento para verificar si ellos eran parte de esta cúpula que encabezaron los ataques del violento salto a la valla.
Mientras ocho salían por la puerta principal, unos metros más abajo de la calle, en la salida del garaje del Palacio de Justicia, un celular de la Guardia Civil trasladaba en el interior a los supuestos cabecillas de los actos violentos protagonizados el 26 de julio en contra de la Guardia Civil cuando saltaron por la valla.
Fue en ese mismo lugar, donde a primera hora de la mañana llegaron desde los calabozos que la Compañía Fiscal tiene en el Puerto y donde permanecieron durante toda la jornada del martes tras la detención realizada en el CETI.
Tras su puesta en libertad, el cansancio era visible y el secretismo ante lo ocurrido en el interior también. Los ocho subsaharianos sólo entonaban alguna que otra frase, que a su vez expresaban sentimientos contrariados. Mientras se alegraban por haber salido, también se quejaban por este trato recibido y por la detención de sus compañeros.
Algo desorientados, salieron del juzgado sin rumbo definido. Con un simple, “ça va bien”, se despedían y se dispersaban en la calle, algunos se fueron en grupo y otros solos. Terminaban así las 32 horas que han permanecido fuera del CETI, después de su detención y de su puesta a disposición judicial.
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