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Dos tortugas, una verde y otra boba, a salvo

CECAM tiene ya bajo su tutela seis tortugas marinas, especies protegidas en peligro de extinción. Entre ellas destaca la tortuga verde que han rescatado este lunes, y lo hace por la rareza de que nadase en nuestras costas tan lejanas a sus rutas habituales. El Faro de Ceuta tuvo la oportunidad de entrevistar a Manu Vera, voluntario durante 20 años de CECAM, que explicó las características de estos quelonios, especialmente, las de la tortuga verde, una especie que hacía tiempo no era objeto de un rescate en Ceuta. “La tortuga verde no tiene nada que ver con la que normalmente tenemos aquí que es la boba, se diferencian tanto en el caparazón, en la piel,... En este caso es la tercera tortuga verde que tenemos, hace dos años contamos con dos, cosa muy extraña. Desconocemos las causas por las que ha pasado por aquí, los cambios de hábito que haya podido tener”.
Vera remarcó la importancia de asistir “no solo a las tortugas verdes, sino a todas las tortugas marinas”, esto se debe a que son especies que “están en peligro de extinción y se encuentran protegidas” y a todos estos quelonios se les da “la misma importancia, lo que no quita que la tortuga verde llame más la atención ya que es raro que se encuentre por aquí”.
Ceuta cuenta con la visita de estos animales con asiduidad, este año se ha cumplido “más o menos” la misma cifra que en los años anteriores, que suele ser “una media de 30 tortugas anuales” aunque este año “la temporada ha empezado más tarde”. Las tortugas siempre han sido acogidas, vigiladas y controladas por la ya mencionada organización, que sigue un determinado protocolo de actuación dependiendo del animal al que estén rescatando, estos pueden variar desde las ya mencionadas tortugas a delfines. “Lo primero es evaluar la situación y el estado de salud, a partir de hay ya se ve cómo se hace el rescate en sí del animal”, relató Vera.
Las tortugas quedan atrapadas en las redes y de ahí son transportadas a las instalaciones del CECAM. Una de las cuestiones principales desde la que partiría toda la actividad sería las circunstancias en las que se encuentran las especies. “Las tortugas se encontraban bien, normalmente no sufren daño dentro de la red ya que es un espacio bastante amplio donde pueden comer e incluso nadar”. Después de que estas tortugas sean localizadas se llevan al centro para “desparasitarlas, llevar un seguimiento de su estado de salud, implantarles el microchip y vigilar que no expulsan plástico”.

“Salvamos a los animales pero no tenemos los medios”

Una de las principales preocupaciones, que no solo repercute a CECAM, es el abandono que sufren estas especies protegidas por parte de un ayuntamiento que se escuda en que no es su competencia. Los voluntarios tienen que poner el material de su bolsillo y cuentas con unas instalaciones insuficientes en las que llevar a cabo su labor. Por más que lleven años solicitando ayudas ninguna llega y tampoco se les da material ya sea furgonetas a las que no se les de uso, barcos, etc.
Al hablar de especies en peligro de extinción, la muerte de una de ellas se traduciría en una multa para el gobierno. Vera relató desesperado “que hace falta todo, que no tienen nada”. Los voluntarios de CECAM llevan a cabo su trabajo en “unas condiciones precarias desde hace años” y lo único que tienen son “promesas falsas año tras año” tal es así que ya “he perdido la fe de que algún día tengamos algo”.
Les fue prometida una subvención de 15.000 euros que aún siguen esperando, tienen que rescatar a los animales en sus propios barcos, gastándose su dinero en gasolina y demás materiales necesarios cuando ellos no reciben ninguna recompensa económica por la labor que están llevando a cabo. Han llegado a la situación de verse obligados a transportar delfines en vehículos personales o tener que pedir ayuda a la Policía Local o a la Guardia Civil.
Estas tortugas son patrimonio de nuestra ciudad y son especies protegidas a las que deberían “darle más importancia”. En algunas ocasiones han recibido a colegios y a asociaciones y los niños ni siquiera tenían un lugar dónde sentarse. Vera lamentó que “salvamos a los animales, pero no tenemos los medios”.
Finalmente queda la duda de cuándo se llevará a cabo la liberación de estas maravillosas especies a su hábitat natural, para que puedan continuar su duradera vida en mejores condiciones que en las que llegaron a nuestras aguas, dicha liberación tendrá lugar cuando “dejen de expulsar plástico, coman bien y su flotabilidad sea la correcta”,entonces, podremos disfrutar de su libertad.

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