Lavadoras, sofás, restos de obra y basura, mucha basura. Todo el entorno de las antiguas caracolas del
Príncipe, en Ceuta, y la parte de
Arcos Quebrados se ha convertido en un vertedero insalubre para los vecinos del lugar, además de ser una auténtica tortura para los
Bomberos. Y lo es por haberse convertido en uno de los lugares frecuentes de intervención dada la cantidad de incendios provocados que allí se llevan a cabo. No solo se han quejado los residentes del lugar sino también los propios integrantes del SEIS, dado el riesgo que se produce en cada una de las intervenciones. Son quemas provocadas y quemas complicadas dada la cantidad de restos acumulados. Cientos de bolsas de
basura, pero también neumáticos e incluso piezas de vehículos que son desguazados aquí mismo. Algún día temen que este tipo de incendios se vaya de las manos y tenga consecuencias peores.
El vertedero creado en el lugar va a más. Ha habido épocas en las que se ha llevado a cabo una limpieza exhaustiva que de nada sirve porque los incívicos continúan haciendo uso del mismo. Y de la insalubridad se va a la inseguridad y a la proliferación de todo tipo de insectos. El panorama que se divisa a plena luz del día arroja la visión que nadie desea. Se está ante un vertedero ilegal que va creciendo y ocupando el camino, se está ante uno de los particulares puntos negros que no pueden ser eliminados del todo y que se suman a otros desperdigados por toda la ciudad. Hay informes oficiales, tanto del SEIS y de la Policía como de Medio Ambiente, pero la capacidad de reacción del sistema no es la adecuada a tenor de la visión permanente en el lugar. Kilos y kilos de restos, toneladas por toda la zona hasta el punto de ser imposible divisar el camino de tierra entre tantos restos. Los servicios de recogida se hacen cargo de muebles, electrodomésticos y enseres que sobran en las casas. Solo hay que llamarles, pero parece que resulta menos complicado para algunos utilizar el espacio común como basurero. Esto pasa a la vista de todos, sin remedio