Un matrimonio y sus hijos son los primeros sirios en salir a la península. Ibrahim y Zainab sufrieron momentos amargos tras el desalojo de los menores en octubre. Ahora son felices con la nueva vida que comienzan.
Atravesaron 15 países hasta entrar en Ceuta y aún les quedan por cruzar otros estados europeos antes de llegar a Bélgica, donde se encuentra la verdadera meta de ese viaje que emprendieron desde Siria escapando de la guerra civil. El matrimonio formado por Ibrahim y Zainab, junto a sus hijas Zizo y Tafida –tres y seis años respectivamente– y el pequeño Khalid –nacido en la ciudad hace unos cuatro meses– zarparon ayer en el ferry rumbo a Algeciras, donde comienzan su “nueva vida”, en la cual tienen depositadas todas sus esperanzas. Tras su estancia en el CETI, la Administración autorizó la semana pasada desde Madrid su traslado a un centro para personas que se encuentran en su misma situación. Así se convierten en los primeros residentes del grupo de esta nacionalidad en abandonar el centro.
Radiante de alegría, la familia se personó en la Estación Marítima como en ese sueño compartido por todos los extranjeros que pasan por las instalaciones de acogida de la ciudad. “Estaba escrito que íbamos a conseguir el permiso con el que ir a la península y Allah así lo ha querido”, comentó el padre poco antes de que subieran las escaleras automáticas en dirección a la zona de embarque; “estamos muy contentos de que nos den esta oportunidad”, añadió.
Sus meses de permanencia en Ceuta, pese al feliz desenlace, no estuvieron exentos de complicaciones y momentos convulsos como fue el desalojo de los menores de la Plaza de los Reyes en octubre. En aquel momento, Ibrahim fue blanco de las críticas porque, según estas voces, intentó arrojar a su propio bebé por las escaleras del aparcamiento subterráneo junto a la Delegación del Gobierno. De Zainab, dijeron que amenazó a las niñas con un cuchillo. “Nunca haríamos daño a nuestros hijos. Todo lo he hecho por la seguridad de mi familia”, comentó el progenitor, quien aseguró que solo pretendían alejar a los pequeños de los policías nacionales. No obstante, tampoco quiso ahondar en esta cuestión para no empañar la alegría de la partida.
El Juzgado de Instrucción nº 3 imputó a los padres un atentado con medio peligroso por el que se le pidieron cuatro años de prisión a ella y tres a él. “No sabemos nada del juicio”, aseguró Ibrahim, quien estuvo en prisión preventiva hasta noviembre, cuando quedó en libertad con cargos y regresó al CETI.
“En la cárcel se portaron muy bien conmigo, no me faltó de nada, pero pasaba el día pensando en mi familia, en si los volvería a ver porque desconozco las leyes españolas. Afortunadamente, así ha sido y ahora continuamos nuestro camino”, confesó Ibrahim acompañado de su esposa. Ella también pasó momentos muy amargos al comprobar que se llevaban a su marido y le retiraban la custodia de sus hijos de forma temporal, quedando en libertad con cargos. “Parecía que nunca llegaría el momento de estar todos juntos otra vez”, comentaron.
Su destino inmediato es Algeciras, sin embargo, tienen previsto su traslado a Valencia para, cuando tengan posibilidad, viajar a Bélgica, donde vive la familia de Zainab. “Allí podremos recuperar nuestras vidas, una normalidad interrumpida por el conflicto en Siria”, señalaron.
Por otra parte, Francisco Antonio González, delegado del Gobierno, aclaró ayer al colectivo sirio que nadie “pone pegas para que salgan de aquí, hay que ir haciendo los expedientes, comprobando que lo que dicen se ajusta a derecho y una vez que se resuelvan, saldrán”. En cuanto a la familia de Ibrahim, recordó que sus miembros estaban en el CETI durante la última protesta, y al resto de la comunidad le pidió “paciencia” porque en función de las resoluciones se irán marchando también.
El resto deja la concentración en la Plaza de los Reyes
El colectivo de sirios que permanecía acampado frente a la Delegación del Gobierno desistió este domingo de continuar con su movilización porque, pese a sus esfuerzos, “la Administración no presta atención a nuestras peticiones”. Los grupos que se turnaban en la Plaza de los Reyes ya pernoctaron anteayer en el CETI, donde ahora esperan la resolución de sus casos. La salida de Ibrahim y su familia ha sido la primera y, probablemente, le seguirá el resto de sirios que, ahora sí, están alojados en el centro. No obstante, el malestar persiste entre los miembros de esta comunidad, explicaron. “¿Por qué no nos mandan a la península a todos juntos?”, se preguntaron. Ibrahim y Zainab rechazaron participar en el segundo plante, otra vez, a las puertas de la Delegación del Gobierno e iniciado a mediados de este mes. Esta familia optó por continuar en el CETI con sus hijos.