Nos llaman alarmistas a quienes informamos sobre la realidad. Una realidad marcada por un repunte delincuencial que nadie puede negar, a no ser que sea un iluso que espere que todo ceutí atracado o víctima de un atentado vaya a acudir a comisaría a denunciar. No sucede y por eso los peces gordos se mueven felices en sus ilusiones de Ceuta happy mostrando el taco de denuncias que se han registrado. Necios, más les valdría patearse las calles para comprobar que, sí, la seguridad se les está yendo de las manos.
Los taxistas se han convertido en víctimas de atracos perpetrados por una banda de adolescentes crecidos y cobardes. Más de media docena ha sido objeto de robo y hasta uno de estos profesionales al volante ha terminado en el hospital. La Policía se preocupa de perseguirles para comprobar si llevan los pantalones cortos, pero les dejan en la estacada cuando son víctimas de emboscadas. Ah, pero no pasa nada, la feria está tranquila, Ceuta es la ciudad más segura y los periodistas somos unos liantes que nos dejamos embaucar por los taxistas. Y encima los desvergonzados nos enseñan las piernas... tiene cojones.
Y los tiros... bueno eso es cosa de bandas... mientras se disparen entre ellos... aquí no pasa nada. Y así llevamos más de diez tiroteos en un año, con una pila de víctimas y con una nota común: ‘caso sin resolver’. A este ritmo me veo al consejero de Economía, Guillermo Martínez, captando empresas para instalar ortopedias en el Príncipe. Negocio redondo donde los haya, sí señor.
Ironías a parte no sé qué piensan ustedes pero a nadie escapa que la situación en materia de seguridad no está normalizada. Quien diga lo contrario miente, aunque en esta ciudad los mentirosos son los que triunfan. No se consiguen pruebas y se pretende que sean los propios vecinos del Príncipe los que ejerzan de servicio de información particular. Con toda la cara. Y encima, si pueden acudir al Paseo Colón en persona, pues mejor que mejor. Caso resuelto.
Las voces de alarma se escucharán cuando la situación haya llegado a un punto que el remedio sea complicado de encontrar. Ceuta, con tamaña cantidad de guardias civiles y policías, no puede registrar un tipo de delincuencia como el que estamos conociendo. Y que no nos narren cuentos chinos sobre la situación fronteriza... ¿acaso los que pegan tiros son de Marruecos? Alguien no está haciendo su trabajo y las consecuencias las tenemos cada día en forma de titulares.