Hace unas semanas tuvimos nuestra primera reunión con la nueva dirección de ACEMSA, reunión que fue facilitada por la actual responsable política de la gestión del agua, la consejera Susana Román. Tanto a la consejera como a los responsables de la citada empresa les agradecemos su predisposición al diálogo que, bien es cierto, veníamos reclamando desde hacía meses. A partir de la mencionada reunión nos hemos comprometido a intercambiar información con el fin de colaborar en beneficio del recurso hídrico y, por lo tanto, de la propia ciudad en su conjunto. Ha transcurrido ya bastante tiempo desde que presentamos el informe de sostenibilidad que destapaba que nuestra ciudad perdía el 60% del agua de suministro. El tremendo despilfarro se había ocultado a la opinión pública durante un número de años indeterminado, y una de las consecuencias de tal atentado contra los recursos de todos fue la destitución del antiguo gerente. Durante la elaboración de nuestro informe sufrimos la falta de transparencia en relación a la documentación pública que le solicitamos, la ACEMSA de entonces parecía un baluarte de la opacidad, salvo cuando la culpabilidad de los problemas se achacaba directamente a las malas prácticas ciudadanas. Sin embargo, las cosas fueron cambiando y llegamos a cursar visitas informativas, y también formativas, con el entonces técnico encargado de las redes de saneamiento. La incorporación de nuevos técnicos en ACEMSA fue un paso positivo, pero sin la coordinación política necesaria servirá de muy poco. El nuevo gerente de la empresa del agua ha tardado, lógicamente, algún tiempo en ponerse al día en todo lo referente al ciclo del agua y los innumerables problemas que se derivan de esta compleja gestión. Tendrá que trabajar mucho y muy bien para reducir significativamente los problemas relacionados con el ciclo del agua en Ceuta y ganarse la confianza de la ciudadanía. Desde luego su perfil de gestor político profesional no es aval que transmita optimismo de cara al futuro, como en tantas ocasiones hemos comentado la profesionalización de la política es uno de los grandes errores de nuestro tiempo. Tampoco debe considerarse un demérito en sí mismo el tener una trayectoria política más o menos profesionalizada. Desde nuestro punto de vista, son las buenas actitudes las que impulsan las consecuciones y los hechos que importan. Los datos que nos empezó a transmitir el nuevo gerente sobre ciertas medidas para responsabilizar y concienciar a los ciudadanos en la importancia de mantener las infraestructuras comunes en los bloques de vecinos nos parece un paso firme y positivo. Transcurridas unas semanas después de la reunión mencionada al principio del artículo, nos preguntamos qué cabe esperar de cara al futuro en relación a cuatro temas de calado para la gestión del ciclo del agua en nuestra ciudad: La reducción significativa en términos morales, económicos y ecológicos de las vergonzantes pérdidas del agua de suministro; la supresión de la tercermundista emisión de aguas fecales al litoral que afecta a especies y hábitats protegidos y prioritarios para nuestro desarrollo económico; el futuro de una EDAR con sobrecostes inexplicables, mal terminada y nada integrada en el entorno y, por último, la propia adecuación de la ciudad y de su empresa pública al nuevo plan hidrológico que se está gestando. El estado de dejadez en relación a los recursos, el agua en el caso que estamos tratando, solo retrasa el necesario cambio de mentalidades que necesitamos, pues nos acostumbramos tanto a las cortinas de humo y a ocultar las realidades afeantes que terminamos creyendo que todo está bien como está. Estas son las inercias que debemos eliminar y que provienen de una larga y férrea tradición de decadencia moral y ocultamiento de la realidad en la gestión del agua que no deja de ser solamente un ejemplo concreto entre muchos otros.
Se nos ha informado que las inversiones anuales propias (provenientes de fondos de la propia empresa) de ACEMSA son de un millón de euros para el agua corriente y de dos para el saneamiento. Esto que puede parecer mucho o poco, según la experiencia del sujeto que analice, y nosotros aplazamos nuestra opinión hasta que nos proporcionen los datos sobre las inversiones que la empresa ha estado realizando en los últimos años. Por el momento, se nos comunicó que las pérdidas en la red de abastecimiento se habían reducido sobre la cifra de años anteriores en un 30%, pero lo cierto es que si suponemos que la diferencia entre volumen facturado y volumen suministrado son las pérdidas, éstas nos tememos que todavía alcanzan el 48.29%.
La evolución de las pérdidas parece que es tal y como indicamos a continuación: AÑO 2009: 60,78 %; AÑO 2010: 58,22 % AÑO 2011: 48,29 %, según estos datos la reducción en términos absolutos ha sido de un 12,49% y de un 20,5% en términos relativos. Es decir, que más de la mitad del agua que corre por nuestras tuberías no alcanza su destino, sino que se pierde en el camino: una de las mayores inmoralidades colectivas que se perpetran en nuestra bonita y marinera ciudad contra los recursos que es tirar piedras contra nuestro propio tejado. Cómo vamos a confiar en los gestores del agua si todo apunta a que nos dan información falseada sobre las pérdidas. Por todo ello, en este tema del agua corriente el avance se reconoce pero es tímido y, desde luego, los gestores y la consejera responsable se tienen que comprometer a ser honestos y transparentes con los datos.
La cuestión de las aguas fecales es tan doliente como maloliente y estéticamente repulsiva. Indudablemente se lucha contra uno de los peores enemigos que puede tener una administración, la falta de civismo y de co-responsabilidad de muchos habitantes de Ceuta. La pléyade de tejidos obturadores de las conducciones de fecales que son vertidos a los inodoros quedan como testigos mudos de estas incívicas actuaciones en contra de todos. Pero esto no puede ser la justificación para no hacer todo lo posible por solucionar los graves problemas que se producen. Habrá que hacer campañas y perseguir a los infractores que causan tanto daño a la red de saneamiento pero también hay que continuar con las necesarias remodelaciones de las infraestructuras como sabemos que se han hecho en algunos puntos. El paseo de Fuentecaballos y la zona de la trasera del mercado es un ejemplo de la dejadez en la actuación de la empresa del agua en relación a las aguas fecales. Éstas manan en determinadas circunstancias por cuatro puntos diferentes, y el peor de todos se produce a cielo abierto, flanqueado por una escollera, junto a un cartel que declara playa con bandera azul. Con dos millones de euros anuales destinados a tal fin, ¿no se podrían arreglar estos problemas o parte de ellos?. Quizá somos muy ingenuos en relación a los precios del mercado, o por el contrario acaso la empresa está invirtiendo en barriadas más necesitadas de infraestructuras, cuando tengamos los datos de inversiones podremos opinar con mayor juicio.
La EDAR y el nuevo plan hidrológico son nuevos retos que podrán ser un lastre insostenible o un acicate para un mejoramiento responsable de la empresa del agua ceutí, ambos aspectos serán tratados en otro artículo de opinión.
Por el momento, solo se nos ocurre continuar presionando y ejerciendo nuestro derecho a opinar constructivamente o al menos a intentarlo. Por otro lado, nos parece bastante interesante crear un espacio en nuestra web donde se puedan incluir informaciones sobre problemas con la red abastecimiento o saneamiento (en breve deseamos que este activo).
Esto concentrará muchas informaciones de ciudadanos preocupados por el agua en general y ayudará a la empresa a conocer más problemas no detectados de sus redes de conducciones.