La tierra no es plana

Hubo un tiempo en el que los hombres creían que la Tierra era plana, el mundo era igual de feliz o de desgraciado. Muchos doctos en el mirar y admirar las estrellas comenzaron a pensar que la Tierra pudiera no ser plana, aunque no fueron escuchados. En Grecia Anaximandro de Samos (S.VI a. de C.) demostró la redondez de la Tierra, nadie le creyó y nueve siglos después Eratóstenes calculó la longitud del meridiano terrestre en unos 39.700 Kms, tampoco fue más que cosas de eruditos, porqué a quien iba a importar. Tomás de Aquino que, hablando sobre los diferentes métodos de trabajo de físicos y astrónomos, decidió utilizar justamente el ejemplo de la tierra: «El astrónomo y el físico pueden demostrar la misma tesis, que la Tierra, por ejemplo, es esférica: el astrónomo lo demuestra con la ayuda de las matemáticas, el físico lo demuestra a través de la naturaleza de la materia...».

Con Copérnico, en 1514, se introdujo la teoría heliocéntrica, por la que el Sol está en el centro y los planetas giran en torno a él. El descubrimiento de América navegando Colón hacia el Oeste, el descubrimiento del Océano Pacífico y la y la vuelta al mundo realizada por Juan Sebastián Elcano, escribiendo en Septiembre de 1522 al llegar al muelle de Sanlúcar de Barrameda, tres años después de su salida, al Emperador Carlos I : “Sabrá Vuestra Majestad que hemos dado la vuelta a toda la redondez del mundo», pone fin a la duda.

Desde entonces, es difícil encontrar personas que crean seriamente la no esfericidad de la tierra, lo que no quiere decir que no los haya. Algunos de ellos consideran que la Tierra es una superficie plana en forma circular con el polo en el centro de ese círculo y perimetrado en toda su circunferencia, por los hielos antárticos.

Aunque pudiera parecer una locura en 1956 se fundó la International Flat Earth Society (Sociedad de la Tierra Plana) y desde 2017, los movimientos terraplanistas de todo el mundo están viviendo un periodo de auténtico auge. Uno de sus teóricos John Davis, dice “Empecé a darme cuenta de cuánto aceptamos sin cuestionar, a pesar de que vaya en contra del sentido común”, señaló. Ahora, está convencido de que “la Tierra es plana, horizontalmente infinita y tiene al menos 9.000 kilómetros de profundidad. La Tierra es, más o menos, un disco de 24.900 millas de diámetro”, declara. “Obviamente no es perfectamente plana, debido a los fenómenos geológicos como valles y montañas” Cuando se le muestra la esfericidad de la Tierra por medio de las fotografías señala: “Las agencias espaciales del mundo están involucradas en una conspiración internacional para engañar al público en pos de vastas ganancias”.

"La izquierda progresista ahoga la economía, no cree en el empresario como creador de trabajo y prosperidad sino como alguien al que hay que castigar fiscalmente para distribuir la riqueza que ha creado, por ello la izquierda progresista nunca crea riqueza y no ha hecho otra cosa que repartir la riqueza que los otros han logrado, nunca el progresismo contribuyó a crear riqueza, solo a distribuirla"

La evidencia de la esfericidad de la Tierra como contraste ante las absurdas teorías terraplanistas, se expanden a otros campos del saber, como en la Filosofía, la Política Justicia, la Economía, en todos ellos podemos encontrar axiomas que ya por la razón son inequívocos pero siempre hay “terraplanistas” que pueden contrariarlo e incluso defenderlos ante una gran cantidad de personas , a las que finalmente logran integrar en la teoría terraplanista. Los ejemplos de la pertinaz soflama que confiesa que la izquierda es el progreso y el de, la también pertinaz que señala al Tribunal Constitucional como un tribunal judicial, como el Tribunal Supremo, son en mi opinión dos casos en los que siendo la tierra esférica nos quieren hacer creer que es completamente plana.

El axioma terraplanista de que la izquierda es el progreso ha alcanzado gran difusión en contra de la esfericidad de la Tierra que en este caso señala, que eso es simplemente un engaño que lleva solo a la distribución dela pobreza. La izquierda, una vez caído el muro comunista y ante su fracaso se ha adueñado del feminismo, del igualitarismo, de las políticas de género, del “buenismo” ante la inmigración , de no proteger la propiedad privada sino al ocupante ilegal, de limitar la libertad de opinión y de información, de no creer en la democracia al ignorar el parlamento, de intentar destruir la separación de poderes, en el dominio total de la cosa pública y de gran parte de la privada, a todo este conjunto le denomina “Progresismo”, que ha pasado de defender el universalismo a segregar por sexos o razas, o cualquier identidad que se manifieste como tal enfatizando lo que nos separa en lugar de lo que nos une polarizando la sociedad a la que envenena y haciendo que la democracia liberal se bata en retirada, lo que ha tenido una gran fortaleza a pesar de su debilidad ideológica porque los dirigentes que han utilizado esta teoría han sabido venderla oponiendo el conservadurismo más extremo al que tildan una y otra vez de fascismo.

Cualquier persona que no comulgue con el progresismo de la izquierda es un fascista, lo que repiten una y otra vez. La izquierda progresista ahoga la economía, no cree en el empresario como creador de trabajo y prosperidad sino como alguien al que hay que castigar fiscalmente para distribuir la riqueza que ha creado, por ello la izquierda progresista nunca crea riqueza y no ha hecho otra cosa que repartir la riqueza que los otros han logrado, nunca el progresismo contribuyó a crear riqueza, solo a distribuirla.

El referente de la Igualdad, otro de sus mandamientos no se establece para que todos seamos iguales ante la Ley, o que todos tengamos las mismas oportunidades para optar a un determinado trabajo, y que todos nazcamos libres e iguales en igualdad de derechos y apoyando que el puesto de cada uno en la sociedad debe estar basado en el esfuerzo y la inteligencia, no para conseguirlo por el mero hecho de ser hombre o mujer, o cualquier otro distingo identitario.

Desde el punto de vista económico la izquierda progresista obvia la eficiencia, la eficacia, el crecimiento, la productividad, la reducción del déficit, la disminución de la deuda la innovación tecnológica, las horas trabajadas, el equilibrio fiscal. Solo hablará de gasto sin control, de contratación sin reglas o saltándose las que hay, se trata de pintar la casa no de reformarla y pedirá al empresario que se sume a su causa, a la que acudirán los que están a la sombra del Presupuesto, pero no los miles de autónomos y pymes a los que deja en la estacada por el aumento de sus cotizaciones, de sus impuestos por imponerle un salario mínimo a sus empleados que no pueden pagar, la riqueza que se produce se produce a pesar de esa izquierda progresista, pero irremediablemente será usurpada por el poder porque debe ser distribuida para pagar subvenciones para esclavizar al trabajador al que no le enseña que con su esfuerzo puede tener mejor salario, es el opio de la izquierda progresista, el crecimiento cero de los años setenta como incuestionable meta de la humanidad.

Esta pérdida de la libertad económica, se une a la pérdida de la libertad intelectual y política, al mismo tiempo, la libertad intelectual está bajo amenaza, ya que los defensores de la ideología de la izquierda progresista intentan politizar todos los aspectos de nuestras vidas. El surgimiento de una política identitaria que rechaza los valores universales y ve nuestras instituciones como intrínsecamente defectuosas es un error.

Pero la tierra es esférica y los países que han tomado medidas liberalizadoras opuestas a las antes señaladas, han conocido las mejores décadas en abundancia de recursos naturales, crecimiento económico, creación de empleo, descenso de la pobreza, mayor igualdad de oportunidades, longevidad, descenso de la mortalidad infantil, etc., de toda la historia de la humanidad.

Desgraciadamente no es nuestro caso, debido al socialismo inmerso en esa izquierda progresista, que al negar la esfericidad de la Tierra, hemos caído en la fosa de las Marianas, de la que es difícil salir ya que el progresismo entra en una democracia como la nuestra que aunque imperfecta contiene mecanismos correctores de los desmanes cometidos –prensa libre, justicia independiente, elecciones que pueden renovar los gobiernos –pero una vez alcanzado el poder trata de prescindir de los citados mecanismos del Estado de Derecho –se creen religiosamente elegidos para siempre- para gobernar para la eternidad, y eso con el sátrapa actual es lo que nos espera.

Solamente una verdadera oposición que sea capaz de cercenar de raíz todos los troncos en los que se apoya el progresismo, podrá llevar de nuevo a España a una auténtica democracia. La defensa de la democracia liberal, de los valores y principios fundamentales que sustentan nuestras sociedades que, aunque tienen imperfecciones reales e injusticias son infinitamente superiores a las alternativas y nos han permitido lograr un progreso significativo durante las últimas décadas, porque la tierra es esférica.

"El TC debe ser despolitizado, para ello debe convertirse en una Sala del Tribunal Supremo, en otro caso sus miembros debieran ser exclusivamente Magistrados de la carrera judicial sin cercanía a ningún partido político. Y es que, de nuevo en este caso, la Tierra es esférica y los terraplanistas, en este caso se cobijan en el TC, y ya sabemos que eso no es verdad."

El otro axioma que nos lleva de nuevo a la esfericidad de la Tierra se relaciona con el postulado apoyado por el progresismo que considera el Tribunal Constitucional un Tribunal de Justicia, capaz de rectificar las sentencias del más alto Tribunal del Poder Judicial, el Tribunal Supremo. La esfericidad de la Tierra nos conduce a lo que señala nuestra Constitución, art.123: “El Tribunal Supremo, con jurisdicción en toda España, es el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales”, por lo que si existiera alguna corrección a sus sentencias inexorablemente tienen que estar fundamentadas exclusivamente en la falta de garantías constitucionales.

Los miembros del T Supremo son magistrados de carrera con muchos años de experiencia en su haber como para cometer en sus sentencias, fallos en contra de la Constitución. Sin embargo el Tribunal Constitucional es un tribunal político, por eso la CE lo sitúa en el Título IX, fuera del Poder Judicial,(Art159) se compone de doce miembros, cuatro a propuesta del Congreso, cuatro a propuesta del Senado, dos a propuesta del Gobierno y otros dos a propuesta del CGPJ , nombrados entre profesores de universidad, funcionarios públicos, abogados e incluso magistrados, todos ellos juristas de reconocida competencia y más de quince años de ejercicio profesional. Con ese solo bagaje se enfrenta a los experimentados Magistrados del T Supremo que llevan toda la vida con la toga. En la actualidad, algunos de sus miembros han sido miembros del Gobierno, con lo que la neutralidad de sus decisiones está permanentemente en duda, o mejor dicho, ninguna duda dado el peso ideológico de sus componentes lo que, en mi opinión, le invalida completamente para modificar las sentencias del Supremo y, como ha ocurrido recientemente, exculpar a los protagonistas del mayor caso de corrupción ocurrido en España, el caso de los ERE en Andalucía que supuso una malversación de 680 millones de euros.

En la actualidad se ocupa de rechazar los recursos de inconstitucionalidad que han presentado diversas Comunidades Autónomas, contra la ley de Amnistía porque al parecer tiene dudas su Presidente sobre la legitimación de estas Comunidades a presentar el citado recurso. En total 16 CCAA, han presentado el recurso, que el buen Cándido quiere rechazar y esto a pesar de tener una extensa cantidad de jurisprudencia de su propio Tribunal admitiéndola legitimidad de los recursos de las CC.AA contra leyes nacionales. Gran parte de los magistrados del órgano consideran que el asunto hace tiempo que está resuelto en una «doctrina muy clara y consolidada» que ahora «se trata de cambiar para frenar la ofensiva» jurídica” contra la ley del Gobierno y sus socios separatistas.

El problema es simplemente político de una persona que persevera en acatar las recomendaciones del jefe del Ejecutivo. , como fin del relato. La formación política Iustitia Europa se ha querellado contra el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, por un delito de prevaricación en la tramitación de los recursos de la Ley de amnistía del 1-O y el PP, ha remitido un escrito a dicho Tribunal en el que solicita ”se acuerde el inmediato apartamiento” del Presidente del órgano , y de los magistrados Juan Carlos Campo y Laura Díez hasta que se resuelva el incidente de recusación presentado contra estos tres miembros por los más de 50 diputados y senadores de esa formación política.

El TC debe ser despolitizado, para ello debe convertirse en una Sala del Tribunal Supremo, en otro caso sus miembros debieran ser exclusivamente Magistrados de la carrera judicial sin cercanía a ningún partido político. Y es que, de nuevo en este caso, la Tierra es esférica y los terraplanistas, en este caso se cobijan en el TC, y ya sabemos que eso no es verdad.