Doce horas, la mitad de un día. Es el tiempo de espera que están teniendo soportar muchas familias con niños pequeños en la frontera de Ceuta antes de poder seguir su camino a Marruecos en coche. El lunes ha arrancado con imágenes similares a las del fin de semana, la explanada de Loma Colmenar atestada de coches, los niños jugando dentro de las carpas para protegerse del sol y los usuarios acercándose a supermercados y tiendas cercanas para comprar agua, refrescos y alimentos con los que hacer frente a estas demoras que requieren de una buena dosis de paciencia.
Según los datos de la Operación Paso del Estrecho (OPE) ofrecidos por la Delegación de Gobierno, este fin de semana han pasado por Ceuta más de 10.000 vehículos con el pico del viernes cuando fueran 4.400; el sábado la cifra fue de 3.600; y ya este domingo se rebajó a 2.200 coches.
La estimación ha sido de 40.000 personas en los últimos tres días. La Fiesta del Sacrificio, el Eid Al-Adha 2022, que se celebrará el próximo domingo 10 de julio, hace que el trasiego de personas continúe siendo incesante y se espere una semana muy fuerte. Algo esperable tras los dos años de pandemia.
La experiencia de la frontera de Ceuta está desesperando a muchos marroquíes que se están enfrentando a esperas de doce horas para atravesar la zona de embolsamiento de vehículos (aunque ya por la tarde la información es de que ese tiempo está ya entre las tres o cuatro horas). El Faro ha recogido numerosos testimonios en Loma Colmenar de personas que llegaron a las 23:00 horas del domingo y no habían salido aún a las 11:00 horas de este lunes. Muchas historias particulares, muchos caminos y un denominador común: el cansancio ante una espera tan larga y tediosa, con el añadido de que hay quejas porque falta de aseos y no hay puestos de venta para acondicionar mejor el entorno.
Un calvario para estas familias con niños que están sufriendo una larga demora debido a la ralentización de los protocolos sanitarios y de control de documentación. El objetivo es poder seguir el camino a su ciudad de origen donde celebrarán la Fiesta del Sacrificio y pasarán sus vacaciones.
Algunos después de una noche en la explanada de coches de la frontera del Tarajal hablaban con su mejor sonrisa tras recibir el visto bueno para volver a su país tras cuatro años sin pisarlo. “Hemos sufrido mucho, han sido doce horas esperando”, suspira Mohamed al bordo de su vehículo con toda su familia antes de seguir camino a la provincia de Al Hoceima donde van a estar algo más de un mes.
Los que esperan en esta explanada de Loma Colmenar, este lunes otra vez inundada de coches al igual que en el fin de semana, se acercan a supermercados cercanos para hacer más fácil una espera que ven muy problemática. Los hay que salen un rato a pasear, a buscar sombras fuero del recinto vallado o a comprar en los tenderetes cercanos, donde se amontonan los curiosos y los medios de comunicación en estos días críticos y caóticos de la OPE.
“Problemas”. Es la palabra a la que alude Rachid constantemente para explicar la experiencia ceutí. Habla con este periódico tras venir de un establecimiento comercial con bolsas de comida para varias familias y reconoce que algunas personas dentro le han contado casos de personas que llegaron a las siete de la tarde del domingo y que no han salido hasta las nueve de la mañana de este domingo.
Él, tras toda la etapa del Covid sin pisar su país, tiene todavía varias horas de espera antes de continuar 700 kilómetros en coche. “Aquí dentro la gente está bien, pero el problema es la aduana o algo porque esperamos muchos y estamos sufriendo aquí con niños”, destaca este usuario de la frontera que admite que “es la última vez que vengo por Ceuta”.
Lo cierto es que la Operación Paso del Estrecho está elevando de forma considerable los pasajeros que están eligiendo la ruta de Ceuta para seguir su camino a Marruecos. El motivo es que es una forma de viaje más barata que el barco a Tánger o los pasajes de avión con embarque, pero piensan que probablemente no compensan estas esperas.
“Es la primera y la última vez que vengo por Ceuta, aquí se tarda mucho”, destaca Rachid, que se ha gastado 300 euros de ida y vuelta pero cree que es mejor pagar 500 euros más y acortar el viaje para no perder una jornada entera en la frontera.
Su testimonio lo firman también unos jóvenes venidos desde Francia y Alemania, que para otra ocasión apostarán por el avión y evitarán las dificultades que conlleva una OPE. Una Operación Paso del Estrecho que este año además es especial por ser la de la reapertura tras los dos veranos anteriores del Covid.
Durante toda la semana se espera un importa trasiego de vehículos y personas en Ceuta. Mientras tanto, la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma siguen colaborando para que la OPE funcione lo mejor posible acondicionando, por ejemplo, la nueva zona de embolsamiento en el Muelle de la Puntilla.
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